Revista Personae

Maestro Javier Arévalo
MAESTRO JAVIER ARÉVALO
Homenaje Póstumo 1937-2020

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Javier Arévalo, uno de los grandes pintores mexicanos, autor de numerosas exposiciones en el mundo, falleció el 12 de febrero, a los 83 años en Guadalajara, Jalisco, su ciudad natal, a causa de un paro cardiaco.

 

 

Tuvimos el honor de ser los últimos en entrevistarlo a escasos días a su partida, con una petición personal, que publicáramos su entrevista en abril, porque era el mes de su cumpleaños y aquí estamos cumpliendo lo prometido.

 

La Galería Vértice Guadalajara facilitó todo para que esto sucediera y es ahí donde nos citamos para charlar. Llegó muy a tiempo y muy entusiasmado, acompañado de su hijo y su sobrino, mencionando que venía de hacerse unos análisis: -“nada de qué preocuparse”-, comentó. Lucía como siempre, encantador y con el excelente estado de ánimo que lo caracterizaba. Con él podías conversar de lo serio entre risas, y reír entre lo muy serio también, así que pueden imaginar lo ameno que fueron esas horas.

 

 

Nuestra charla comenzó con: “No puedo estar mucho tiempo en un solo lugar”. Javier Arévalo se caracterizaba por ser un incansable nómada, un verdadero aventurero, no se estaba quieto, viajó casi por todo el mundo, y conoció muy bien su país. Un hecho muy curioso que vale la pena comentar, es que aún después de su partida, se seguía moviendo, les explico: su cuerpo estuvo en la capilla de velación como cualquier otro, pero de ahí se preparó para salir en la carroza, a un emotivo homenaje de cuerpo presente en el Instituto Cultural Cabañas, donde fue despedido entre aplausos, lágrimas y música por su familia, amigos y la comunidad cultural. Posteriormente regresó a la capilla y unas horas después partió a otro homenaje a la galería de arte que lleva su nombre en el Museo de Arte de Zapopan, regresó a la capilla para salir de nuevo a otra misa de cuerpo presente. En verdad que el espíritu del maestro iba de aquí para allá, y seguirá así hasta la eternidad.

 

 

El maestro Arévalo, nos comentó: “mi estilo, es no tener estilo”, su trabajo es impresionante, vamos, siempre sorprende, porque nunca parece un Arévalo; es de los artistas más propositivos e inquietos que han existido, con él siempre había algo nuevo, siempre algo distinto.

Continuó: -“Entre más viejo, menos aguanto estar en un solo lugar, esto le da a uno una visión y mucha inquietud, todo influye -el lugar, el clima-, de pronto meto colores fríos, porque el clima así estaba y ya, en otro lugar hace calor y meto colores cálidos, me muevo mucho, siempre estoy viendo mundos nuevos. Es la naturaleza misma de mi inquietud, moverme mucho, de un lugar a otro, entonces se da por sí solo el proponer cosas diferentes”.

 

Yo estoy de paso y no solamente en los lugares, sino en la vida

 

 

“No es lo mismo estar en un lugar de costa que en la montaña, eso me encanta, llegar a un lugar y no conocer a nadie y empezar algo. Mis exposiciones por el mundo no duran mucho, porque no me quedo mucho tiempo, yo estoy de paso, y no solamente en los lugares, sino en la vida. Todo esto provoca en que en un lugar me pueda inspirar y surgir muchas ideas y en otro lugar ya son otras…”. Tras una pausa, añade: “¡Lo único que no se puede hacer es arte aburrido!”.

 

“Les digo una cosa, y sin ofender a nadie, no me explico cómo tantos pintores siguen repitiéndose tanto, y me pregunto, ¿no se aburrirán? Se puede hacer muchas formas de arte, lo único que no se puede hacer es arte aburrido. La mayoría de la gente es miedosa, si encuentra una minita por ahí, ahí se quedan, se sienten seguros y tienen miedo a cambiar, se quedan bastante estancados, ojalá estancarte tuviera un desarrollo, pero no, estancarte es ir para atrás. Siempre hay que arriesgarse, probar horizontes nuevos”.

 

 

El que enseña, aprende dos veces

 

“Por distintas situaciones del destino, no porque yo lo buscara, he sido maestro desde los 18 años, y descubrí que el que enseña aprende dos veces. He enseñado a mucha gente como yo pinto. ¡Ah! porque la mayoría de maestros cuidan mucho sus secretos, yo nunca tuve ese egoísmo, siempre fui de la idea de que hay que compartir, porque además, yo al ratito ya andaba en otro camino, con otras técnicas y propuestas”.

 

¿Qué les cuento que ustedes no sepan?

 

“Para ser pintor cualquiera puede serlo, lo difícil es ser artista, ser pintor es pintar bien, pero ser artista es sinónimo de creatividad, por lo que sí hay mucha diferencia, entonces, existen muchos pintores, pero muy pocos artistas”.

 

 

“Les voy a hablar de Jalisco y muy bien, yo creo que no hay ningún estado con tantos artistas y artistas buenos como aquí, ¡Aquí hay muchos muy buenos y otros excelentes! Estoy sorprendido de la vena artística, ya Agustín Yáñez decía una frase: “Hay lugares donde sopla el espíritu» ¡Y aquí en Jalisco, sopla el espíritu! Aquí nadie se parece a nadie, eso es maravilloso, es impresionante. Cada exposición que veo, veo gente nueva y me siguen sorprendiendo”.

 

Hay que tener una gran capacidad de Aventura

 

“Yo siempre busqué la inseguridad, ella fue mi maestra, porque la seguridad, las situaciones seguras, me aburren y huyo de ellas, en definitivo, me he movido a través de la inseguridad. No me gustan becas, hasta ahora no he tomado ninguna a pesar de haberlas ganado, a todas las rechacé. Nunca fue mi intención -y lo digo con orgullo-, no me gusta deberle nada a nadie. Me gustó siempre andar por aquí y por allá.”

“Desde muy joven descubrí cosas, tengo esa facultad, toda mi juventud y hasta ahorita estuve en aventuras, con dinero y sin dinero, ¿y cómo le he hecho? La verdad, no lo sé. Siento que ha sido la capacidad de aventurarme. No todo ha sido fácil, a veces la vida nos enseña cosas muy duras”, comentó.

 

 

Nunca planeo

“Nunca planeo, ni siquiera un lienzo. Hay cosas muy extrañas, estamos en un milagro que se llama Vida y estamos ligados a la humanidad, ¡Qué belleza es estar vivos! y ¿cómo no hacer nada? ¿no aventurarse?…”

 

“En mi niñez, mis primeros enemigos fueron mi familia, no me apoyaron, me decían: ‘mijo, eso es bonito pero te vas a morir de hambre’, y ahora sí me ando muriendo pero al revés, por buen comer”, soltando una carcajada.

 

“Si todos hiciéramos lo que nos gusta, éste mundo sería diferente. Yo he dejado muchas cosas en el camino, he dejado dinero, puestos, por seguir a mi espíritu y no es que esté en contra del dinero, más no ha sido lo principal en mi vida. He tenido que hacer un montón de cosas para mantener a la familia, si me iba de vago, tenía que dejar cubiertas todas mis responsabilidades, porque sí lo reconozco, sí era vago”.

 

 

“El dinero siempre me ha perseguido a mí, no yo a él, solo es parte de la consecuencia. Muchos no se animan a hacer lo que aman, porque es muy arriesgado, pero hay que tener un espíritu de búsqueda, porque de verdad, es maravilloso hacer lo que uno ama…”. Tras una profunda respiración, continúa: “A los 29 años ya era director de la Escuela de Artes de Morelia. A los 30 ya estaba exponiendo en el Museo de Arte Moderno y a los 55 me estaban haciendo un homenaje en Palacio de Bellas Artes”.

 

Todo lo que tiene pies y camina, no es de uno

“Siempre hay que hacer caso a sus proyectos internos, íntimos, a su fuerza interior, porque esos no te los cambia nadie, se presentan muchas oportunidades, pero nos gana la necesidad, a veces pone uno el futuro en otras personas, en una pareja o en los hijos, pero les voy a decir algo: todo lo que tiene pies y camina no es de uno, no eres dueño de nada, únicamente de las cosas internas, esas sí nos pertenecen”.

 

 

“Yo no fui vicioso, le digo la verdad, sabiendo que todos los artistas deben morir de borrachos, yo voy morir de cualquier otra cosa, pero no de eso. Sí me gusta el tequilita bueno, pero no soy alcohólico, todo eso se me presentó en la vida, pero dije: ¡No! A lo mejor le caigo mal a mucha gente, pero no me gustó nada de eso, lo tengo a diario en mis manos, porque el ambiente es así, decidí mejor entrar a otra clase de magia, opté por realizar viajes internos y externos”.

 

Yo no quería concluir la charla, porque Javier tenía tanto qué contar, mucho que compartir, que en ese momento, confieso, me costó trabajo dejarle ir, y con un abrazo y un agradecimiento mutuo, prometimos continuar en otra ocasión, ahora sabemos que este día ya no llegará.

 

 

El maestro dejó un gran legado y aún estamos sufriendo su partida. La plástica mexicana ha perdido a uno de sus grandes exponentes, sabemos que Javier Arévalo habita hoy en cada trazo de su obra, de los que se percibe una energía muy especial al estar frente a alguna pieza suya, eso es eterno.

 

Le recordaremos como un viajero incansable, festivo, lleno de anécdotas, pintor excepcional, que motivó a muchos jóvenes que en algún momento fueron sus alumnos y hoy son artistas consagrados. Maestro de Vida, encantador… ¡Inmortal!
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Sus obras plasmaron la magia de la realidad que lo rodeaba y cautivaron múltiples recintos en México y en el extranjero, seguros estamos de que seguirá pintando en donde se encuentre.

CULTURA

Núm. 293 – Abril 2024