Revista Personae

EL MARAVILLOSO MUNDO DEL VINO Y SU LENGUAJE

Sommelier Josefina Fernández Cueto

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Sommelier Josefina Fernández Cueto

Quizás una de las barreras más difíciles para las personas que se acercan al mundo del vino sea los términos que usan los expertos para la descripción de esta apasionante bebida, la cultura del vino cuenta con un vocabulario propio. Para entender bien el mundo del vino se necesitan cursos, diplomados, especializaciones y por supuesto la práctica. Catar significa probar un alimento o bebida para examinar su sabor o calidad, para catar un vino debemos aprender los términos precisos que lo describen. Las catas de vino son una solemnidad cuyo lenguaje produce una fascinación muy especial, gracias a esa terminología podemos describirlos con mayor precisión en todos sus aspectos. Conocer los términos más empleados al hablar de un vino te facilitará su comprensión y podrás disfrutar mejor los vinos cuando visites una bodega y así puedas entender de lo que está hablando el enólogo o el sommelier en una cata o en un restaurante. El conocimiento de este lenguaje nos permite descubrir nuestros propios gustos sobre los vinos y poder entenderlos y describirlos de una manera más clara. Aquí les muestro un interesante vocabulario con algunas de las expresiones más empleadas durante un evento de testeo. 

 

Sommelier Josefina Fernández Cueto

 

Términos que se usan en una cata

Abierto: vino tinto claro, con poco color.

Abocado: es un vino con tendencia hacia lo dulce.

Aceitoso: vino denso, untuoso.

Acerbo: vino áspero, con sensación de acidez, dureza, es un vino poco agradable.

Acético: un vino acético es aquel que nos da sensación de olor a vinagre, que se ha tornado ácido debido al contacto con el aire.

Acidez: cantidad de ácido libre qué hay en el vino.

Acídulo: es un vino cuya acidez resulta excesiva y nada agradable.

Afinado: vino delicado y aromático que recuerda el sabor y el olor del fruto, es una característica de los vinos jóvenes.

Afrutado: vino con sabor a uva fresca.

Aireado: vino sin sabor, que ha perdido fuerza.

Amplio: complejo, con matices, con mucho aroma y sabor.

Apagado: es un vino que ha perdido sus cualidades.

Armónico: vino equilibrado.

Aromático: vino con olor intenso y suave.

Aterciopelado: vino suave y untuoso.

Astringente: es aquel que deja en el paladar una sensación de sequedad, y una sensación de aspereza en boca.

Balsámico: elevado aroma a resinas o aceites.

Bouquet: aroma complejo de un vino maduro.

Brillante: vino limpio y muy transparente.

Caliente: vino con alto grado alcohólico, no equilibrado.

Capa: son vinos con mucho color y extracto.

Carnoso: es un vino consistente, graso y presenta buena constitución.

Cerrado: es un vino que es preciso airear para que se desarrollen sus cualidades organolépticas. Complejo: un vino que deja percibir aromas dentro de los aromas o que sugiere capas distintas de minerales, frutas, flores, etc.

Con corcho: vino que huele a moho, por lo general, debido a que el corcho se ha estropeado.

Correoso: corriente, sin valores destacables.

Corto: efímero, sin posgusto.

Cru: terruño donde crece la viña, un espacio más bien reducido.

Cuerpo: vino completo, con fuerza alcohólica, rico en extracto y de pronunciado sabor.

Débil: vino bajo en alcohol, extracto y color.

Decrépito: vino defectuoso por exceso de añejamiento.

Delicado: alta calidad, pero frágil.

Denso: de color obscuro y alto sabor.

Desvaído: vino con poco aroma.

Duro: vino con exceso de tanino o de acidez.

Elegante: correcto en todo, pero sin destacar en nada.

Equilibrado: vino bien constituido, con armonía en sus componentes, es un vino sin defectos. Especiado: es un vino con aromas y sabor a especias, es decir un vino con sensaciones condimentadas.

Estructura: equilibrio y fuerza.

Finura: vino con aroma delicado.

Firme: joven con estilo decisivo.

Floral: vino con aroma a flores.

Franco: vino sin alteraciones ni defectos, con olor y sabores naturales.

Fresco: vino joven, ligero en boca, con moderada acidez y afrutado.

Fuerte: vino con mucho alcohol.

Herbáceo: olor a césped cortado, a hierba.

Intenso: de mucho color, muy cubierto.

Largo: perdura el posgusto en el tiempo.

Ligero: vino con poco cuerpo.

Límpido: es un vino transparente, sin defectos.

Madera: olor a barrica.

Maduro: vino muy envejecido.

Mineral: vino ligeramente salado, que recuerda a tierra o minerales.

Mudo: sin demasiado olor.

Nariz: aroma del vino.

Natural: vino no adulterado.

Neutro: vino sin características, corto en aroma y sabor.

Noble: elogio final que se le da al vino, resumen de virtudes.

Oloroso: muy aromático, perfumado, floral.

Oxidado: vino que ha perdido parte de su sabor y se ha tornado marrón debido a una exposición excesiva de oxígeno.

Pasificado: vino dulce, que recuerda a uvas pasas.

Penetrante: aroma y sabor intenso.

Pesado: demasiado cuerpo y alcohol.

Pétillant: ligeramente espumoso.

Picado: vino avinagrado y turbio.

Picante: vino rico en anhídrido carbónico.

Plano: es un vino sin atributos, carente de acidez y fruta.

Púrpura: vino joven, con tonos azulados.

Rancio: es un vino seco tradicional que envejece por oxidación adquiere unas características propias de sabor y un color de oro viejo.

Redondo: vino equilibrado, armónico.

Reseco: sabor a fruta muy madura o marchitada.

Retrogusto: son las sensaciones que permanecen en la garganta y las fosas nasales después de haber bebido vino.

Rico: vino con intensidad y amplitud de sabor y aroma.

Robusto: vino fuerte y bien constituido.

Rubí: color rojo intenso del vino joven.

Seco: lo contrario de lo dulce.

Sedoso: vino suave y agradable, de alta calidad.

Sensación en boca: designa el impacto táctil de un vino en el paladar.

Sucio: con olores extraños.

Sulfuroso: es un defecto de olor y sabor picante que se asocia con el empleo excesivo del dióxido de azufre como conservante.

Tanino: es la sensación de aspereza, sequedad y amargor que provocan en lengua, encías y dientes al beber un vino tinto.

Teja: color del vino tinto maduro, color ladrillo, marrón.

Terroso: olor a tierra, mineral, grava.

Turbio: señal de algún defecto en el vino.

Untuoso: vino de carácter oleoso que se adhiere a la copa y en boca se muestra suave, es un vino rico en glicerina.

Vainilla: aromas a vainilla o suave madera.

Verde: vino en el que el sabor ácido aparece exageradamente destacado, hecho con uvas poco maduras, vino demasiado astringente.

Vertical: catar un vino en distintas añadas.

Vigoroso: vino con potencia de sensaciones en la boca, sabroso y con cuerpo, acidez, taninos y alcohol notables y bien conjuntados.   

 

Sommelier Josefina Fernández Cueto

“Libros para leer, boletos para viajar, amigos para charlar y un buen vino que disfrutar”, JFC. 

Sommelier Especialista en Vinos Josefina Fernández Cueto.

CULTURA

Núm. 293 – Abril 2024