PATRICIA SOTO
“Me siento lista para nuevos retos creativos”
- ACTRIZ - CONDUCTORA
- Josué Cruz
- Fotografía: Cortesía de Y c o n i k
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Patricia Soto es una actriz que paso a paso está dejando su huella en televisión, teatro y cine, su participación la cinta Un actor malo, le valió la nominación a la Diosa de plata y en los Premios CANACINE 2024 como Promesa Femenina.
Narra sus orígenes: “Soy de Mexicali, siento que en Baja todavía hay poco impulso en la cultura como debería haber para el talento que hay ahí. Entonces, yo lo veía aún mucho más complicado, porque de verdad nadie de mis cercanos, ni cercanos de mis cercanos, se dedicaban al medio o había escuchado que alguien de la prepa se dedicara a eso. Siento que, en el norte, lo ven un poco complicado, está muy centralizado acá todo. Por azares del destino, terminé conociendo a una amiga que estaba estudiando actuación, la conocí en el momento en el que tenía que tomar la decisión de qué estudiar, le conté que había tomado un curso de teatro, que a mí me había interesado mucho y ella me vendió la idea de Casa azul y me dijo «¡Está bien padre!». Confié en ella, investigué y ella me ayudó con el papeleo y así llegué a la escuela. Vine a hacer la audición con mi mamá, sin conocer la ciudad, me quedé en la escuela y, pues, aquí estoy, 15 años después”.
Sobre en qué medio se siente más cómoda, comenta: “Siento que uno nunca se siente totalmente cómoda, como diciendo «¡Ya lo tengo!». Cada uno tiene su complejidad. Siento que el teatro es el que más me reta, es una adrenalina distinta por ser un arte vivo. Pero, cuando he hecho cine y tele, también es un tipo de adrenalina muy particular, como que siento que siempre estás al límite, tienes que resolver rápido, como que no hay un proceso, a lo mejor, tan largo de creación. Trato, más bien, de sentirme cómoda en los tres y encontrar mi manera de poder abordarlo desde el placer y desde el trabajo genuino, no desde pasármela mal, he encontrado esta buena comodidad, no acomodada, cómoda”.
Hablamos de Un actor malo filme que la ha valido múltiples reconocimientos: Es con Catatonia Cine, hice un personaje que se llama a Ximena, que es la vestuarista dentro de la película, porque estamos grabando una peli, dentro una peli, es metacine. Me llegó así en un momento que no me lo esperaba, iba a ser un personaje mucho más pequeño en la película, de pronto, pues la vida se dio de qué se volvió a abrir un casting y me querían ver a mí y me quedé con el personaje. Es un trabajo que, a pesar de que se filmó hace ya tres años, me sigue rindiendo frutos y no me refiero sólo a la nominación, sino a todo lo que me ha dado como artista, siento que, a partir de ese proyecto, mi carrera tomó un rumbo más específico, como que yo me planteé mucho más en la carrera que quería construir y han venido estas consecuencias bonitas como son las diosas de plata (La película está en Amazon Prime)”.
Respecto al futuro nos adelanta: “Este año voy a estrenar uno de los capítulos de Mujeres asesinas, tercera temporada. Me voy a mediados del año a dar unas funciones fuera de El día que las estrellas dejaron de brillar, justo en el lugar donde la obra se creó, en Veracruz y sigo en la búsqueda eterna del actor”.
El día que las estrellas dejaron de brillar acaba de concluir su segunda temporada en la Ciudad de México: “Obviamente, queremos que haya una tercera, nada más que no tenemos pactado bien en dónde ni cuándo, pero por lo pronto nos vamos a Xalapa a dar unas funciones, ahí está contextualizada a la obra, ahí fue creada, significa mucho regresar. Nos vamos la primera semana de junio. Es una obra que fue escrita ahí hace aproximadamente ocho años y habla de una niña que soy yo, que es la protagonista, que la vemos en su recorrido por la juventud y por su adultez primaria, se va dando cuenta de la violencia en la que estaba inmersa. Todo comienza porque su papá es víctima de una desaparición forzada, pero ella crece con la fantasía de qué fue abducido por un extraterrestre. Entonces, ella comienza la búsqueda de su padre y, durante su crecimiento, se da cuenta que la violencia de la ciudad le estaba quitando a las personas más importantes para ella. Al final, vemos cómo esa niña siempre tuvo esperanza, no sólo de encontrarlo sino de luchar, se fue dando cuenta de cómo estaba realmente y lucha por no caer en un sistema que nos quiere ensordecer, enmudecer y hacernos como de la ‘vista gorda’, ahí todo el tiempo se mantiene con la idea de levantar la voz, de ser resiliente, de seguir con su esencia. Al final del día, no es una obra triste, es una obra esperanzadora que termina arriba, termina con ella diciendo «hay que darnos cuenta de lo realmente importante». No es triste, es reflexiva y nos gusta pensar que termina como con alguien con mucha fuerza”.
“Yo creo que el teatro es un regalo que, claro, nos puede dar la oportunidad de divertirnos y a través de la comedia, de hecho, en mi obra hay mucha comedia, a pesar de qué estamos contando cosas horribles y yo creo que sí, que es un espacio para soltar, para divertirse, para reflexionar que, al final del día, los temas fuertes, que estamos viviendo, no tienen que estar llevados solo desde el lado triste y lúgubre. Pero, al menos, a mí como artista, me importa tomar textos que hablen de temas sociales, eso es lo que a mí más me interesa. El tema está contado desde la imaginación, desde lo lúdico, desde la vista de una niña que vemos crecer y en su juventud le pasan muchísimas cosas muy graciosas y determinantes para forjar tu carácter y su criterio ante el mundo; no se vuelve, solo triste o un tema trillado, ya lo vemos desde el lado más puro y más honesto. A veces, abordar esos temas tan complicados a través de la comedia o de lo lúdico funciona y te entra más. Nos ha tocado ver gente que sale riendo y llorando a la vez, y ni siquiera terminan de entender por qué. Es muy bonito, poder ver la reacción de la gente y en esta reflexión de sentirse en los dos polos todo el tiempo en nuestra obra”, comenta.
Le preguntamos, cuál cree que es el papel social del arte y opina: “Yo creo que más que querer cambiar a un mundo, o como querer cambiar alguna manera de hacer o ver las cosas, creo que tiene que ver más con nosotros, tenemos la oportunidad de poner en escena cosas que siento que ya no nos podemos seguir haciendo de la vista gorda, como mensos alrededor de eso. Siento que es un acto de confrontar, de hacer comunión, de escucharnos, de voltear a ver al otro y no permitir que el dolor nos sea ajeno, solo porque no nos está pasando a nosotros”.
Le preguntamos por su papel soñado, responde: “Me gustaría mucho hacer más cine y, a lo mejor, una película, una de dos: ser una super mega villana así villanas mala, mala, mala, mala con «M» de maldad o que se dedique a algo muy específico que me haga tener que practicar esas cosas. Tengo muchas ganas de hacer una película en donde yo sea una gimnasta o una patinadora sobre hielo, no sólo porque yo estaba muy cerca de esos deportes de chiquita y como que un poco dudé si me quería dedicar a eso, sino porque me parece muy interesante que tengas que aprender a hacer cosas o recordarlas y habitar una vida de alguien que se dedique a eso”.
Concluye describiéndose: “Soy empática, muy amorosa, que hace las cosas -o sea muy valiente- a pesar de tener miedo. Muy agradecida por las oportunidades que El actor malo me ha dado y estoy muy abierta a las cosas que puedan venir porque siento que ahora estoy en una etapa natural, es decir, aunque tenga miedo, me siento lista para tener un reto, retos creativos, que se abran las puertas hacia eso”.