Revista Personae

“COLOR CARNE»

Soy Karla Aparicio ¡Y soy de Jalisco!

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Color carne

Desde pequeños, en el jardín de niños, para los de generación de 50 y más, nos enseñaron que el color carne es el color rosita pálido, cuando coloreábamos en grupo en el salón de clases, podíamos pedir el color carne a los demás y nadie se equivocaba, nos daban el mismísimo “color carne”, ese “rosita”, y a esa edad no lo cuestionábamos. Por otro lado, las muñecas que existían en esos ayeres, por mencionar algunas: “Lagrimitas”, “Comitiditas» y las “Barbies» con su novio “Kent”, eran todas de ese color, rubias, ojo claro, cuerpos esbeltos, cinturas de avispa, las “bubis” (seguro eran de silicón) eran enormes, perfectas y muy en su lugar, solamente una de la colección era de piel apiñonada, ella era “Bárbara”, y era la menos vendida, no se llamaba “Barbie”. Y qué decir de las películas infantiles o caricaturas, por lo general la protagonista era “color carne”.

 

Pasando esta etapa de niñez a la adolescencia, en las revistas de moda, igual que las “Barbies,” las modelos que posaban, eran del mismo estereotipo, siempre “color carne”. Nos vendieron un significado de lo que entendemos como bello y lo compramos, y así fuimos creciendo con ese prejuicio, tratando de convertirnos en clones, algo muy doloroso para muchos que queremos encajar en este ideal inalcanzable para la sociedad. De ahí que existen en el mercado infinidad de marcas de cremas para blanquear o aclarar la piel.

 

Color carne

 

Hoy en día tecleas en internet “color carne” en Wikipedia y te da esta respuesta:

“Carne (color) Carne o carnación es un color o gama de colores rosa anaranjados cuya tonalidad está dentro del rojo naranja claro, de saturación débil y que representa el aspecto típico de la piel humana de raza blanca”.

En la mercadotecnia y publicidad “el color carne” se asocia con la desnudez, libertad, sociabilidad, sensualidad y sexualidad y nos dicen que es el resultado de combinar blanco con una pequeña porción de rojo.

Todo esto lo menciono para hacer una recapitulación de toda la información que traemos en nuestro cerebro la mayoría de nosotros que vivimos en México, y somos generación 50 y más.

Es entendible que muchos sigamos con esta absurda referencia, pero hoy en día no podemos concebir que sigamos creyendo esta triste historia que nos contaron, llena de estereotipos y conceptos, “el color carne”, no en un solo color, sino miles de colores. Miren que los que amamos el color, nos damos cuenta que nadie es blanco o negro.

No deberían de existir las razas, de hecho esta palabra debería desaparecer en el contexto de discriminación.

 

Color carne

Aquí les dejo el concepto de raza según Wikipedia y tal vez me den la razón:

Raza. Cómo se pronuncia. Nombre femenino: Cada uno de los cuatro grandes grupos étnicos en que se suele dividir la especie humana teniendo en cuenta ciertas características físicas distintivas, como el color de la piel o el cabello, que se transmiten por herencia de generación en generación; las cuatro razas existentes son blanca (caucásica), negra (negroide), amarilla (mongoloide) y cobriza.

 

 

¿Por qué seguimos discriminando por un color?

Debemos tener cuidado cuando tratamos a un ser humano como menos humano, no solo por su color, también por su género, su opción sexual, sus capacidades, su nacionalidad o su cuenta bancaria.                       

La diversidad es un gran valor, entendamos el término diversidad: Se refiere a la diferencia o a la distinción entre personas, animales o cosas, a la variedad, a la infinidad o a la abundancia de cosas diferentes, a la desemejanza, a la disparidad o a la multiplicidad. El término “diversidad” es de origen latín “diversitas”, que podemos entender de lo que es ser diferentes.

 

Color carne

 

Y miren el significado tan enriquecedor que Wikipedia arroja como Diversidad cultural: “Muchos países del mundo consideran la diversidad cultural parte del patrimonio común de la humanidad. El concepto de la interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se considera por encima de otro”.

Vamos creando una nueva narrativa, claro que sí se puede, reestructuremos la información que traemos generacionalmente, todos debemos cambiarla y cambiar nuestra historia, no hablemos de diversidad y racismo, hablemos más bien del “no racismo”.

 

Color carne

 

Hay que replantearnos unos a otros. Quizá debemos parar, hacer pausa, reflexionar y dejar de estereotipar, tenemos que trabajar duro, para terminar con la discriminación que sigue siendo común en todo el mundo, el “color carne” no va a desaparecer por sí solo.

MISCELÁNEO

Núm. 300 – Noviembre 2024