Revista Personae

EL PODER DE LOS SUEÑOS

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Irritabilidad, depresión, cansancio y somnolencia son algunos de los síntomas que padece una persona con algún trastorno del sueño. En México se estima que un 45% de la población tienen mala calidad del sueño, mientras que el 5% de los adultos tiene insomnio y 11% roncan.

Los hábitos no adecuados en nuestros estilos de vida, muchas veces nos presentan la fórmula idónea para tener una mala calidad de sueño. La mala alimentación, la vida sedentaria, los horarios irregulares, ver la televisión acostados y por supuesto los dispositivos inteligentes en la madrugada nos alejan cada vez más de una salud del sueño.

El no dormir bien puede originar problemas bien conocidos como conductores que se quedan dormidos al volante hasta quizás otros problemas no tan conocidos que llegan a derivar en sobrepeso, hipertensión, diabetes, alto colesterol e inclusive la infelicidad.

Los seres humanos con todo y la aparición de los dispositivos inteligentes y los malos hábitos de vida sedentaria pasaremos un aproximado de 20 a 30 años dormidos. De los cuales una persona promedio pasa cuatro años de su vida soñando, aunque la mayoría de sueños no se recuerdan al despertar. La mayoría de las veces se nos imposibilita recordarlos debido a los malos hábitos que hemos adquirido. Beber agua o cenar e irse inmediatamente a dormir, promueven que nuestro cuerpo no descanse. Existen técnicas y buenos hábitos para que podamos alcanzar un estado del sueño consciente.

 

¿No les gustaría recuperar este tiempo e invertirlo en acciones que muchas veces el plano físico nos limita como volar, por ejemplo? Cuando éramos niños podíamos lograrlo sin tanto problema y mucho tenían que ver nuestros patrones antes de dormir, eran muy diferentes a los de hoy en día, así como nuestros grados de ansiedad y/o los cambios emocionales que se mantenían en niveles mucho más bajos.

Si optamos por tomar un camino espiritual o de sanación, el mundo onírico nos ofrece un gran campo de trabajo en nosotros mismos, nos brinda la posibilidad de experimentar con el poder dedicar tiempo a dormir de manera consciente y a tener los sueños del “despertar”.

Esto es posible si aprendemos a trabajar la parte inconsciente para conocernos de forma profunda. En los sueños tenemos la posibilidad de conocer mejor la sombra de Carl Jung. Según Jung, la sombra son las partes que conforman la mente inconsciente con todos los aspectos indeseables de nuestra psique, nuestra identidad que hemos inconscientemente rechazado, es nuestro lado oscuro en el cual habita todo aquello con lo que no hemos querido enfrentarnos. No significa que seamos malos o que estos aspectos lo sean, simplemente son las cosas que se oponen a lo que conscientemente elegimos ser. En nuestra forma consciente de identificarnos no encajan y los hacemos a un lado.

 

Por poner un ejemplo, si yo de niña fui educada de manera a ‘ser fuerte’ y no demostrar mis sentimientos, muy probablemente con el tiempo haya aprendido a reprimir las emociones, ya que las emociones las concibo en esa educación como una “debilidad”.
Si de niña tenía ganas de llorar y me enseñaron a no llorar en público, paulatinamente iré reprimiendo mi propia capacidad de llorar, incluso, llevándomelo hasta mi vida adulta. El llorar frente los demás pasa a ser parte de mi sombra, no tiene nada de malo llorar ni en soledad ni frente a las personas, sin embargo, debido a una represión en mi pasado es muy probable que YO, en mi forma de presentarme a los demás y el conducirme por el mundo, no lo vea natural y hasta me sienta incómoda cuando alguien lo haga en mi presencia o incluso cuando yo tenga deseos. Una forma de trabajar esto son los sueños y probablemente tenga sueños recurrentes donde despierte llorando. Hasta que decida conscientemente sanar esta parte conmigo misma, seguiré teniendo esos sueños donde llore hasta despertar, porque es la forma de nuestra sombra, de nuestro YO inconsciente de decirnos qué es lo que necesitamos para sanar. A pesar que la sombra contiene un gran grado de trauma, contiene la misma cantidad de sanación. En el ejemplo anterior, nos habla sobre una persona con gran empatía en potencia así como una gran creatividad que bien podría ayudarse a sí misma si ayuda a los demás.

Todos tenemos un YO el cual nos permite identificarnos, de lo que estamos hechos. Es nuestra parte consciente y lo que elegimos mostrarle al mundo de nosotros mismos, sin embargo, todo en el universo está creado de manera armónica basado en un equilibrio, existe la luz y la oscuridad, por cada lado consciente hay otro inconsciente, es a lo que Jung se refería con la sombra. Todo aquello que no reconocemos ya sea porque no nos gusta, lo rechazamos porque nos lastimó o hasta simplemente aspectos que no conocemos de nosotros mismos como posibles dentro de nuestra identidad es la parte inconsciente de nuestro YO.

 

Por eso cuando soñamos pareciera que nuestros sueños no tienen pies ni cabeza, existen muchas cosas que ni siquiera propiamente podamos entender de manera lineal, sin embargo los mensajes por más revueltos que parezcan se presentan de tal manera que nosotros podamos interpretarlos. Por eso no hay mejor intérprete de sueños que uno mismo. Los mensajes los lanza el inconsciente a través de los sueños para que el consciente decida si quiere trabajarlos o no.

Hay que conocernos desde la parte más oscura. Incluso abrazarla, no rechazarla, solo a partir de aquí podremos realmente evolucionar a convertirnos en seres más conscientes. No importa lo bien que te desenvuelvas en tu ámbito profesional, no pases por alto tu bienestar espiritual. Ahí colocamos todas las restricciones que vienen incluso desde la infancia. Las prohibiciones inculcadas gustan habitar en la sombra. El mejor puente de comunicación entre el consciente e inconsciente son los sueños. Por eso les compartiré algunas recomendaciones para tener sueños útiles.  Evita dormir con influencias externas de ruidos ajenos a nosotros, como la televisión o radio. El celular debe estar fuera de la habitación o en modo avión, también debemos evitarlo entre 30 y 50 minutos antes de dormir.
Procuremos un ambiente de total oscuridad, la glándula pineal se conecta al tercer ojo y si detecta luz te saca del sueño. El sueño útil es aquel que se logra sin recurrir a ningún tipo de ayuda, sin medicamentos, drogas o estados alterados de la conciencia. Cenas ligeras y deben ser 2 horas antes de ir a la cama, al igual que el beber agua debe limitarse a una hora antes de irse a dormir. Traten de dormir un aproximado de 6 horas siguiendo estas indicaciones y al despertar tómense un par de minutos para reflexionar sobre lo soñado. La mayoría de las veces son mensajes muy poderosos capaces de influir positivamente en la forma que empezamos el día, mejorar nuestra salud y llevarnos a tener una calidad de sueño reparadora.

MISCELÁNEO

Núm. 292 – Marzo 2024