Revista Personae

TRAHI

Tercera Parte

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Continuamos con Las Heridas de Infancia, mejor conocidas como TRAHI palabra que se forma por las iniciales de cada una de éstas: Traición, Rechazo, Abandono, Humillación e Injusticia. Las tres primeras serán nuestro tema de resumen en esta ocasión.

 

Nuestro ego hace todo lo posible para que no percibamos nuestras heridas ¿por qué? porque inconscientemente hemos ordenado a nuestro cerebro que lo haga. Es tal el miedo a revivir cada herida, que por cualquier medio evitamos revivir el dolor asociado a cada herida y evitamos confesarnos a nosotros mismos que vivimos una u otra herida y aceptar que si vivimos la herida de rechazo (por ejemplo), es porque nosotros mismos nos rechazamos.  Quienes nos rechazan (abandonan o traicionan etc.) están en nuestra vida para recordarnos qué tanto nos rechazamos a nosotros mismos.

 

Heridas de Infancia

 

La persona con herida de Traición que desarrolla la máscara de Controlador:

Se sufre entre los dos y cuatro años de edad, cuando se desarrolla la energía sexual y aparece el llamado Complejo de Edipo. Esta herida se vive con el progenitor del sexo opuesto, ya que es con quien tiene una fuerte conexión y atracción intensa. Su poder de creación también se encuentra en desarrollo por eso las niñas y explica el comportamiento de las pequeñas haciendo todo lo posible por seducir al padre y de los niños a la madre. En esta etapa los niños y niñas hacen todo lo posible por obtener el afecto del progenitor del sexo opuesto. El niño o niña se siente traicionado cuando el progenitor del sexo opuesto no cumple una promesa o cuando traiciona su confianza.

 

Resumen de las características, enfermedades y origen de la herida de Traición:

Surgimiento de la Herida: De entre los dos y los cuatro años de edad. Pérdida de confianza o expectativas no satisfechas en la conexión amor, amor sexual. Manipulación.

Máscara: Controlador.

Progenitor: Del sexo contrario.

Cuerpo: Muestra fuerza y poder, en los hombres hombros anchos, más que las caderas; en las mujeres las caderas son más fuertes que los hombros, pecho o vientre abombados.

Ojos: Mirada intensa y seductora, ojos que ven todo rápidamente.

Vocabulario: “disociado”, “separado”, “me entiendes?”, “soy capaz”, “deja que lo haga solo”, “lo sabía”, “confía en mí”, “no confío”.

Carácter: Se cree muy responsable y fuerte, intenta ser especial e importante, no cumple sus promesas y compromisos o para cumplirlos tiene que esforzarse. Miente fácilmente, manipulador, seductor. Estado de ánimo dispar, está convencido de que siempre tiene la razón, intenta convencer a los demás de ello. Impaciente, intolerante, comprende y actúa rápidamente, actúa como si fuera un actor para destacar, comediante, difícilmente confía en los demás, no muestra su vulnerabilidad, escéptico, con temor a deshacer compromisos.

Mayor Temor: La disociación, la separación, la negación.

Alimentación: Buen apetito, come rápido, añade sal y especias a la comida. Puede controlarse cuando se mantiene ocupado, pero en otras ocasiones lo pierde.

Enfermedades Posibles: De control y de pérdida de control, agorafobia, espasmofilia, sistema digestivo, males que terminan en “itis”, herpes bucal.

 

 

La persona que sufre la herida de Rechazo con máscara de Huidizo:

La persona que la sufre se siente rechazado incluso antes de nacer, hasta el primer año de vida; de las cinco heridas es la primera que se manifiesta.  En la mayoría de las ocasiones el niño o niña que sufre esta herida viene de situaciones como: ser un bebé no deseado (aunque en el transcurso cambie la situación), ser un bebé del sexo contrario al que esperan sus padres o tal vez cuando es un embarazo de alto riesgo, donde existe la posibilidad de ser expulsado (aún siendo un embarazo deseado).  La persona con esta herida empieza a sentir el rechazo desde el vientre materno por diferentes razones y circunstancias y el feto crece con la sensación de ocupar muy poco lugar.

 

Resumen de las características, enfermedades y origen de la herida de Rechazo:

Surgimiento de la Herida: Desde el nacimiento, incluso desde el vientre materno antes de nacer, hasta el primer año de vida. No sentir el derecho a existir.

Máscara: Huidizo.

Progenitor: Del mismo sexo, en ocasiones del contrario.

Cuerpo: Contraído, angosto, delgado o fragmentado.

Ojos: Pequeños, atemorizados o con la impresión de llevar un antifaz.

Vocabulario: “nulo”, “nulidad”, “nada”, “inexistente”, “desaparecer”.

Carácter: Desapego a lo material, perfeccionista, intelectual. Pasa de la fase de amor al odio profundo. No cree en su derecho a existir. Tiene dificultades sexuales, se cree insistente, carente de valor, procura la soledad, se contrae, tiene la capacidad de hacerse invisible, busca diferentes medios para huir, se deslinda del mundo. Se siente incomprendido, tiene dificultades para dejar vivir su niño interno.

Mayor Temor: El pánico.

Alimentación: Pérdida de apetito por las emociones o el temor, ingiere porciones pequeñas. Para huir consume azúcar, alcohol o drogas. Tiene predisposición a la anorexia.

Enfermedades Posibles: Cutánea, arritmia, cáncer, diarrea, problemas respiratorios, alergias, vómitos, desmayos, estado de coma, hipoglucemia, diabetes, depresión suicida, psicosis.

 

 

La persona con la herida de Abandono que desarrolla la máscara de Dependiente:

La herida de Abandono se vive con el progenitor del sexo opuesto. Por lo general la persona que sufre de Abandono, también sufrirá la herida de Rechazo, cuando es joven se siente abandonado por el progenitor del sexo opuesto y rechazado por el del mismo sexo. Por ejemplo, una mujer que sufre la pérdida del padre, sentirá al mismo tiempo el rechazo y abandono.

 

Resumen de las características, enfermedades y origen de la herida de Abandono:

Surgimiento de la Herida: Entre el primero y tercer año de vida.  Carencia de muestras de afecto o del tipo de afecto deseado.

Máscara: Dependiente

Progenitor: Del sexo contrario

Cuerpo: Largo, delgado, sin tono muscular, brazos aparentemente muy largos y pegados al cuerpo, piernas débiles, espalda encorvada, zonas del cuerpo demasiado flácidas.

Ojos: Grandes, tristes, con mirada que atrae.

Vocabulario: “ausente”, “solo”, “no soporto”, “devoro”, “no me sueltan”.

Carácter: Víctima, fusional, necesidad de presencia, atención y sobre todo apoyo. Dificultad para decir o hacer cualquier cosa por sí mismo. Pide consejos sin seguirlos necesariamente. Voz infantil, dificultad para aceptar un NO,  tristeza, llanto fácil, causa lástimas, un día está alegre y el otro triste, se retrae físicamente de los demás. Mental. Le gusta tener espectadores, busca independencia, le gusta el sexo.

Mayor Temor: La soledad.

Alimentación: Buen apetito, bulimia, come despacio, prefiere alimentos blandos.

Enfermedades Posibles: Lumbalgia, bronquitis, migrañas, hipoglucemia, agorafobia, diabetes, glándulas suprarrenales, miopía histeria, depresión, enfermedades raras, enfermedades incurables.

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Heridas de Infancia

 

Recuerda que nuestras máscaras se construyen como un sistema de defensa ante lo que nos hiere o nos recuerda nuestras heridas; también debemos recordar que nuestras cualidades también existen y siempre han existido dentro de cada uno de nosotros, pero que las olvidamos al tratar de evitar sentir. Para saber quiénes somos debemos saber quiénes no somos, y no somos nuestras heridas. Ayudémonos a sacar provecho de nuestras cualidades para sanar todo aquello que no nos deja avanzar y evolucionar.

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“Todos deseamos ser amados, en su defecto admirados, en su defecto temidos, en su defecto odiados y despreciados. Deseamos despertar una emoción en quien quiera que sea el otro. El alma se estremece ante la vida y busca el contacto, sin importar a qué precio”.

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Núm. 292 – Marzo 2024