El feminismo y la noticia
- PERIODISTA
- febrero 2020
- Patricio Cortés
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Durante más de cincuenta años ha realizado periodismo con visión de género, incluso cuando muy pocos lo hacían, Sara Lovera es a su vez una de las feministas más destacadas de México.
Si bien el periodismo de investigación más reconocido hoy es dominado principalmente por mujeres, nuestra entrevistada nos recuerda que en el siglo XIX se dio la incursión de la mujer en el periodismo y ya masivamente en los años sesenta. No obstante, estaban reducidas a zonas que llama “la cocina del periodismo”: sociales y cultura. Fue hasta los años setenta que pasaron a la política.
Expone el cambio: “Uno, trabajábamos los lunes, porque las mujeres no nos íbamos de pachanga el fin de semana; dos, por nuestra condición histórica no amenazábamos con sindicatos. Los editores se dieron cuenta de que era una mano de obra más barata, más confiable, menos corrupta. De pronto empezamos a hacer buen periodismo, entonces nos mandan a la sección de Salud.
Es porque ganaron su espacio en el país, ustedes no se han dado cuenta que en este país el 43% de los hogares son mantenidos por hombre y mujer, en algunos casos más del 22% sólo por mujeres solas con sus hijos y que estamos en todas las actividades. Pero las mujeres llegan lentamente a la política y a la toma decisiones, cosa que sucedió por ley, si no, no las dejaría llegar. A Peña lo molestan, pero él es el padre de la paridad, es que, aunque no lo quiera nadie, la política oficial a favor del avance de las mujeres tiene un proceso rapidísimo en su sexenio. Hizo barbaridades, pero a él le debemos un cambio en la política de la igualdad, que así se llama, no de la equidad”.
Explica el apoyo en el sexenio pasado: “Habían dejado de ser gobierno doce años y nosotras nos volvimos 50% de los votos en México, allí un reconocimiento, un pequeño esfuerzo del PRI. Luego tuvo muy buena asesoría, hubo un gran equipo de mujeres alrededor. Por el otro lado, lo que había, lo que se consolida un poquito antes de Peña, desde Fox y luego con Calderón, es este movimiento social de mujeres muy fuerte. Una característica de nuestro movimiento es que somos plurales, somos todas, no nos dividimos por partido, siempre que hemos conseguido algo lo hemos hecho juntas”, expone.
“Con Fox, por primera vez, con el Instituto de la Mujer, es que hay una política nacional y eso abrió puertas. Peña es el padre por qué mandó la iniciativa en una carambola de tres bandas. Se sentaron todas las mujeres de los partidos, y una senadora del PRI dijo: ‘bueno vamos a ver, yo convenzo a Peña y ustedes me dan sus iniciativas’, había cinco iniciativas en la Cámara para paridad. Lo convencieron y un 8 marzo de 2014 Peña lo anuncia y dice paridad electoral, déjense de pendejadas, 50% de las candidaturas son para mujeres, con un adicional, el partido que no lo cumpla le quitamos el registro. Entonces, lo que tiene es lo que nos falta en justicia, es decir, castigo”.
Hace más de una década conversé con la periodista y tenía una perspectiva pesimista de los derechos de la mujer en México, hoy percibo algo muy distinto, festeja: “En el primer periodo (de sesiones del actual congreso) se declaró la paridad total en la Constitución, está prohibido que escribas con lenguaje excluyente, ¡por ley! Yo me río, porque yo creo que nadie ha vivido su vida soñando que pueden pasar cosas y de repente ya pasaron, como el aborto en la ciudad de México y ahora en Oaxaca. No lo puedes creer, son tus sueños. Mira tú puedes alegar conmigo y decir que estoy equivocada, eso es otra cosa, pero yo soñé con eso, trabajé por eso y de repente, ¡querido, hay paridad total!”
Hace un reconocimiento a Lorena Cruz Sánchez, titular de Inmujeres del sexenio pasado: “Hizo cosas que no se vieron porque estamos tan ocupados en la seguridad, en la violencia, ella produjo cambios en favor de la mujer y de la igualdad. Trabajó con muchos hombres a quienes también involucró, ¿sabes quién era un socio? ¡Osorio Chong!”.
Sin embargo, acota: “Esto tiene un costo, nos hicimos visibles, nos hicimos necesarias, política y económicamente, adquirimos muchísimos derechos, los tenemos todos en México como derechos escritos en la ley, pero no cambiamos la ideología, lo cual es muy grave”.
También aclara que hay una responsabilidad de los medios, en que no se haya avanzado más en el tema ideológico: “Hay más mujeres en los medios, proporcionalmente, que en otros sectores, pero no hemos trabajado para mejorar la ideología de género. No es biológico que las mujeres aprendamos a pensar igual que los hombres, por eso es absurdo hacer una nota que diga ‘era jueza y lo perdonó’. En las redacciones llenas de hombres, es legítimo pensar como hombre, hablan aplicando el ‘nosotros’, ellas están en una reunión y dicen ‘nosotros’, no hablan de ‘nosotras’, nadie se los ha enseñado. No es un rollo de cultura o de culpa, ellas no aprenden a ser mujeres cuando salen a la calle con legítimos deseos de participar, de ganar dinero, de ser profesionales, de irse a comer el mundo y, si pueden y las dejan, agarrar la Presidencia de la República, más no están pensando como mujeres, están pensando como piensa la mayoría que tenía el poder, que son los hombres.”
“Las mujeres periodistas son como las políticas (eluden definirse), hay quien dice ‘yo sí creo que las mujeres tienen derechos, pero no soy feminista’. Con eso quiero decir que no es automático que con muchas mujeres va a cambiar el discurso, el discurso va a cambiar si cambia la ideología. Ahora, estamos cambiando de paradigma como nunca antes, hay una generación de mujeres periodistas jóvenes, que hablan con toda autoridad ante las cámaras de la televisión, hablan de género, hablan de no violencia contra las mujeres, de impunidad, de machismo, una palabra que no usábamos aquí popularmente, no se hablaba de violencia machista. En los últimos 2-3 años, hubo un cambio de paradigma, nos rebasaron por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo mujeres de menos de 20 años: las de la diamantina, las de la marcha de las putas, las de las marchas contra la violencia, las universitarias que tienen tomada la Facultad de Filosofía. Esas chavas, a todas nosotras las feministas de los años 70’s, nos rebasaron, así como a las acciones legislativas y los medios de comunicación las tienen que ver”.
Afirma que el actual gobierno no está a la altura del momento: “Estamos ante un nuevo paradigma, donde va a tener que responder, sin embargo, tenemos un gobierno retrógrada en esa materia”.
De hecho, pone como ejemplo políticas públicas específicas que considera retrogradas: “Eso de que las mujeres que no cuiden a los niños y que los abuelitos los cuiden, esto de las estancias infantiles es la revelación más grande. Eso de vamos a dar a las mujeres golpeadas el dinero en lugar de los refugios, no entiende. Él (López Obrador) es un hombre retrógrada, es él el que vetó el aborto en la Ciudad de México y el matrimonio igualitario”.
En contraparte, los movimientos, asegura, han pasado a una actitud más activa, ya no son sólo las madres que lloran a sus hijos, sino “madres que toman las calles, le mientan la madre a los gobernadores como al de Jalisco”.
En contraparte el feminicidio va en aumento: “Hay que modificar la mente, que los machos comprendan que no nos pueden matar. A pesar de que avanzamos tanto, la tragedia es que nos sigue matando. Hay una reacción muy fuerte porque avanzaron nuestros derechos y están muy enojados. El avance de las mujeres ha generado una reacción negativa y muy violenta. En la medida en que hay un avance en los últimos 30 años, en que entramos al espacio público abierto y reconocido, hay una reacción violenta. Fueron educados para tener todo el poder, hoy lo tienen que compartir y son incapaces”.
En este contexto aclara: “…Ni los hombres son naturalmente violentos, para nada, y las mujeres tampoco odian a los hombres cuando son avanzadas”.
A Sara Lovera se le considera una de las periodistas más radicales dentro del feminismo, curiosamente durante su adolescencia les dio catecismo a las hijas del profesor Avilés, un día que las acompaño a su casa vio una biblioteca inmensa, pregunto ‘¿de quién es?’ ‘De un periodista’ le respondieron y ella eligió su profesión.
En tercero de secundaria hizo un periódico, luego entró a la escuela de periodismo Carlos Septién y, por presiones familiares, simultáneamente estudió para trabajadora social. Las prácticas de campo de esta última carrera le permitieron un acercamiento a problemas como la violencia contra las mujeres.
Cuando entró a trabajar a El Día, una señora elegantemente vestida, le preguntó ‘Y tú, ¿a qué viniste al periódico?, Escribir sólo de los hombres’. Era Adelina Zendejas, una de las periodistas más versadas en temas de género de la época, quien se transformó en su maestra. Dirigió el suplemento feminista La Jornada de en medio, que toma su nombre del periódico que Sara Lovera ayudó a fundar. Es coordinadora de SEMlac en México, de Comunicación, Educación y Desarrollo, A.C.(CEDI) y una reconocida activista feminista.
Fotografía: Mario Torres
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