ABIDA ISLAM

En esta ocasión charlamos con la representante de un mítico país, Abida Islam embajadora plenipotenciaria de Bangladesh en México, una de las pocas naciones cuya economía no se compacto durante la pandemia.

El género de la embajadora y de su ministra de relaciones exteriores, nos indica que a pesar de los estigmas de la región, las mujeres de su país sí encuentran desarrollo. Expone: “El rol de la mujer ha sido siempre muy importante, incluso, antes de la independencia estaban enroladas en el ejército. Las puede encontrar en el gobierno. En 2013, Bangladesh fue el primer país que envió un contingente de mujeres para mantener la paz (cascos azules). Las puede encontrar desde desempeñando funciones como taxistas hasta escalando montañas. El rol femenino es muy importante, es un país del tamaño del estado de Coahuila, teniendo el 50% de hombres y el 50% de mujeres, no se hubiera podido desarrollar como lo hace sin el trabajo femenino”.

Sobre las relaciones bilaterales nos expone que tienen apenas 48 años y en marzo pasado, el entonces canciller, Marcelo Ebrard anunció que se iba a abrir una embajada de México en Bangladesh: “Eso hace notar que nuestra relación está creciendo, hace doce años se abrió nuestra embajada en México”. Recuerda, “Cuando Bangladesh se independizó, México dio el apoyo”.

“Mejorar los vínculos políticos entre México y Bangladesh requiere un enfoque multifacético, que abarque diálogos elevados, grupos de trabajo bilaterales y la formalización de acuerdos. Al aprovechar las oportunidades que ofrecen sus ubicaciones estratégicas y sus intereses compartidos, estas naciones pueden cultivar una asociación más sólida y gratificante que beneficie profundamente a sus ciudadanos”, expone.

Considera que podríamos estrechar lazos comerciales: “Entiendo que México está siempre viendo a los Estados Unidos, pero si México mostrara más interés hacia Bangladesh, hay muchas cosas en las que se podría trabajar, por ejemplo, ahorita hay varios memorándums de entendimiento que están pendientes desde 2021. No es que no haya interés, sé que México está trabajado mucho con Asía, por ejemplo, con India, Japón y Corea, tanto de lado comercial como de las inversiones. La guerra y el COVID han sido muy difíciles, visto a la distancia es algo que lo detiene, pero si trabajara más con Bangladesh, por ejemplo, en temas como evitar la doble tributación, se podría mejorar mucho esta relación. Bangladesh invita a los hombres de negocio para que nos visiten”.

Expone: “Industrias bien establecidas de México, como los productos farmacéuticos, la tecnología de la información, los textiles especializados y la agricultura, ofrecen un amplio espacio para la colaboración; por ejemplo, en el sector farmacéutico, ambos países podrían explorar asociaciones para la investigación y el desarrollo, la fabricación y la distribución de medicamentos esenciales. El sector de la tecnología de la información presenta oportunidades para el intercambio de conocimientos, el desarrollo de habilidades y las empresas conjuntas en el desarrollo de software y servicios de TI. Los textiles especializados es otra posible esfera de cooperación, podrían entrañar el intercambio de conocimientos técnicos y enfoques innovadores de la producción textil para el desarrollo de productos de alta gama enfocados a la demanda global”.

También hablamos de otras formas de acercamientos: “Los lazos culturales ejercen una influencia significativa en el fomento de la diplomacia, el fomento del respeto mutuo y la creación de conexiones duraderas. El Memorando de Entendimiento firmado entre Bangladesh y México, destinado a la cooperación cultural, subraya su dedicación a abrazar y comprender el profundo patrimonio de cada uno”.

Para amplificar su eficacia, propone desarrollar estrategias sobre los siguientes puntos:

Intercambios culturales

Colaboraciones artísticas

Iniciativas educativas

Festivales y eventos culturales

Promoción del turismo

Diplomacia cultural

Colaboración digital.

“El intercambio de ideas, valores y expresiones artísticas enriquecerá ambas sociedades, fortaleciendo las relaciones diplomáticas y fomentando una comunidad global más interconectada”, afirma.

La crisis global no les ha sido ajena: “Ante el doble desafío planteado por la pandemia y el conflicto europeo, Bangladesh está adoptando un enfoque multifacético para mitigar la crisis económica resultante. Estamos buscando nuevos socios comerciales en las regiones menos afectadas por la crisis y diversificando los destinos de las exportaciones con objetivo mitigar el impacto de la reducción de la demanda de los mercados tradicionales”.

Destaca los sectores resilientes como los textiles y los productos farmacéuticos como bastiones de estabilidad: “La nación está aprovechando la optimización de procesos, la mejora de la calidad y la exploración de nuevas líneas de productos para capitalizar el potencial de estos sectores, generar ingresos y preservar el empleo”.

De hecho, nos dice que, a pesar de todo, durante la última década el Producto Interno Bruto de su país siempre ha crecido: “Nunca fue negativo el crecimiento y buscamos mantenerlo así.”

¿Cómo lo han logrado? “De milagro, por la resiliencia, dependemos también de las remesas, por el comercio tan grande que hay en productos textiles -somos el segundo productor mundial de prendas de vestir, solamente después de China-. Otra industria que ha crecido mucho son los medicamentos genéricos, eso fue lo que pudo mantener a Bangladés”.

Reconoce que la demanda de insumos médicos durante la pandemia, incluyendo cubre bocas, ayudó a sostener su economía. La inversión tecnológica forma parte de la estrategia: “Estamos amplificando las inversiones en infraestructura digital, plataformas de comercio electrónico y marketing en línea. Para forjar una economía más robusta y sostenible, estamos priorizando las inversiones en energía renovable, agricultura sostenible y tecnologías verdes, sentando las bases para una estabilidad económica duradera. Al mismo tiempo, se están realizando inversiones sustanciales en educación y desarrollo de habilidades para garantizar una fuerza laboral capaz de adaptarse sin problemas a los cambiantes panoramas económicos”.

El antropoceno también se hace presente: “Bangladesh es un país muy vulnerable al cambio climático, cuando hay huracanes hay víctimas por la cantidad de agua que cae, se busca minimizar sus afectos tanto en vidas humanas como en la economía”.

Otra característica de Bangladesh es su alta densidad poblacional, la diplomática explica: “La población de Bangladesh es muy joven, tiene el bono demográfico y lo tendremos hasta el 2050”, añade que con organización pueden seguir creciendo, ya que cuentan con nuevas islas que pueden recibir a la población.

Sin embargo, la migración también ejerce presión: “Hay 1.2 millones de migrantes rohingyas que están viviendo en Bangladesh desde hace cinco años, siendo un país con pocos recursos es difícil y no los queremos forzar ni obligar a que regresen; pero necesitamos el espacio que ocupan, queremos que tengan un regreso digno”.

“En el asunto de los musulmanes de Myanmar dependemos de la Comunidad Internacional, porque tienen que presionar al gobierno y lograr un medio ambiente óptimo para que su gente pueda regresar a su patria”, expone.

“Bangladesh en 1971 tuvo esa misma situación, 10 millones de personas, durante la guerra de independencia, fueron a la India, por eso no queremos obligarlos, pero el problema con Myanmar es muy difícil porque no los reconoce como ciudadanos, los explota y desde 1970 empezaron a abusar de ellos, hay casos inhumanos, violando a las mujeres, necesitan del apoyo internacional para que puedan regresar a su lugar de origen de manera segura. Ha sido muy difícil esta situación, el costo económico social es muy alto, se ha desarrollado contrabando y trata de personas, las personas que viven ahí compiten con las personas de Bangladesh por el trabajo, eso hace que el nivel de vida decaiga, se les ha puesto servicios de salud y seguridad, para ello; hemos pedido ayuda a China e India, como potencias regionales, sin éxito, hasta el momento”.

Abida Islam es una mujer que gusta de pintar y cantar, hija de un funcionario, se inclinó por la diplomacia porque quería ayudar dentro o fuera de su país.