LA VIA ASCENDENTE DE LA SEXUALIDAD
- SEXUALIDAD
- septiembre 2020
- Jaquelin Machado G.
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Conócete a ti mismo en la profundidad de tu sexualidad. Atraviesas un largo camino en tu historia personal cargado de creencias familiares, educativas religiosas y sociales que van cubriendo tu original y natural sexualidad, hasta que llega el momento en el que te sientes tan identificado/a con el personaje que representas en la vida, que realmente no tienes noción de quién eres en lo profundo de tu sexualidad.
Resulta que vives tu sexualidad desde la mente y sensaciones de tus sentidos sensoriales sin conectar en la profunda intimidad que te conduce al éxtasis y a la reconexión con la energía vital.
La sexualidad, aunque muy experimentada, es realmente desconocida, pues una gran mayoría de personas, quedan en la vivencia superficial de un desahogo físico y de la (a veces) insatisfecha satisfacción de deseos de posesión y fantasías de un erotismo básico.
Todo intercambio sexual que tienes lleva una carga energética con la historia de aquel o aquella con quién cúpulas, es decir, muy independientemente de que se combinen los fluidos del área genital, los sudores y la saliva, el intercambio de energías que llevan intrínseco el cuerpo emocional, mental y espiritual juegan un papel fundamental en la danza amorosa. Los karmas se mezclan alterando a ambos amantes, si esto se hace en una desarmonía interna de cada participante del acto amoroso, se queda atrapado en un ciclo de obsesión, sufrimiento, celos, rivalidad, ansiedad, miedos muy profundos que surgen a la superficie provocando comportamientos alterados.
En pocas palabras, a la cama no vas gratis.
En muchas ocasiones, la ironía, es que necesitas repetir y repetir compulsivamente el acto sexual porque la necesidad se vuelve imperativa cayendo en un círculo vicioso de deseo, obsesión y fantasías que siempre van a ir a más.
No se trata de anular ni reprimir la sexualidad, se trata de que conozcas quién eres y que seas consciente en la medida de lo posible que tu historia personal afecta definitivamente tu desempeño sexual.
Por muy fugaz que sea tu encuentro sexual el intercambio de las energías es inevitable y afectan a tu estado emocional y mental principalmente. Si no conoces quién eres y cuál es tu naturaleza sexual como expresiones fundamentales de tu ser sexuado, tus encuentros sexuales, incluso si eres casado, soltero, con pareja estable… Son sólo un acto mecánico que no pasa de una necesidad física que cubre una superficie excitación sexual y deseo fugaz quedando entonces, con una insatisfacción a veces tan sutil, que ni siquiera te percatas de ello.
La sexualidad es incluyente. Es una energía de fusión y disolución que te conduce por un sendero desconocido y misterioso que promete a tu vida, si eres impecable, el éxtasis que integra tu reconexión, resurrección y renovación continua de un estado de ser humano que trasciende la dualidad y aprende a caminar por el sendero, en medio del equilibrio y balance transformado en un ser plenamente amoroso, compasivo y comprensivo.
La ironía de tu ser es llevar integrado en tu cuerpo físico una energía tan poderosa y desperdiciarla por ignorancia, flojera, miedo, apatía y falta de entrega y compromiso.
La energía sexual que se activa durante la danza amorosa sube por el canal central de tu columna vertebral, siempre y cuando manejes en forma correcta y consciente tu vida amorosa. Elevar la energía sexual hacia la coronilla, pasa por los centros bajos de la zona genital, el placer y el orgasmo que las miradas, los alientos, el intercambio de fluidos y caricias acompañan a este encuentro amoroso: si eres como hombre, lo suficientemente humilde y valiente para permitir que la mujer eleve el fuego de la pasión que enciendes en ella, entonces, pasas de la Unión genital hacia un vínculo amoroso y hacia el éxtasis.
Esto requiere una gran disciplina y un profundo trabajo interno de autoconocimiento y autoestima necesaria para atravesar los fangos pantanosos de la etapa oscura tanto de tu sexualidad como de la sexualidad de tu pareja, implica un compromiso.
Es importante que comprendas que si tu relación íntima en la danza amorosa se queda en un nivel de desahogo de deseos y de pasiones, entonces sólo te mueves desde la personalidad, desde tu ego, y te quedas atado/a en un nivel de satisfacción, incluso, de complacencia, sin ganas reales de tener una relación íntima, de obsesión y necesidad de repetir en ello un poco placer y sentido; encuentras por qué no hay un contacto con el corazón que maneja el sentimiento y con lo divino que maneja tu espiritualidad.
La energía sexual como energía creativa es la energía de vida qué te conduce a la plenitud y el éxtasis de sentirte plenamente vivo/a. Dependiendo del nivel de conciencia en el que te encuentres y te manejes, la energía sexual la nivelarás desde el fuego que se encuentra en la zona genital y en la zona sacra o sagrada –a nivel de tu segundo chacra–. Elevas tu energía hacia el sol del corazón en tu pecho, y aún más hacia la luminosidad de la energía supramental que te vincula con la espiritualidad.
Tu sexualidad queda disminuida con su respectiva luminosidad cuando desperdicias tu energía sexual por medio de la eyaculación, y como mujer, por tus excesos emocionales a nivel del sentimiento.
Si eres consciente de la importancia que tiene la sexualidad y su correspondiente energía, ¡vive! Si experimentas la danza amorosa de la entrega sexual sin quedarte atrapado/a –solo los placeres sensoriales–, así aprendes a utilizar tu sexualidad, el deseo, la caricia y la pasión sin quedarte atrapado/a. Si no tienes pareja y prácticas la masturbación tántrica puedes mover la energía sexual a través de la excitación sin llegar al clímax y desperdiciar dicha energía.
Por otro lado, la sexualidad mágica es vivir tu sexualidad desde el punto de la magia sexual. Esto es posible en tu vida cuando tienes un alto grado de conciencia, o tienes una de las claves principales en la danza amorosa cuando te integras con tu pareja en el uso adecuado y correcto de tu energía sexual. Ello requiere que no desperdicies hacia afuera tu energía sexual y subas dicha energía por tu canal central desde la zona sacra o sagrada hacia lo alto de tu coronilla.
Para ello es necesario un trabajo interno y una disciplina para lograr los frutos del éxtasis de la pasión.
Una mujer iniciada en estas artes de la sexualidad mágica concibe a su útero como un portal sagrado de alta energía magnética que le permite la activación de una fuerza interna que genera en su amado la fortaleza y la capacidad para erguirse ante cualquier desafío que la vida le presenta. Sin embargo, ella debe de sentirse profundamente amada para que esto sea posible porque de lo contrario, el encuentro de intimidad sólo sería un desahogo del deseo sexual, que se convertirá en una mera técnica sin el efecto de la gran potencia que tiene la alquimia en la sexualidad.
La sexualidad y su energía usada en forma adecuada te conduce por diferentes vías, ya que todo tu cuerpo tiene canales de energía ascendente y descendente que abren o cierran, que dependen de la utilización y la forma en que vives tu sexualidad hacia la expansión de tu conciencia o el bloqueo de la misma, si la forma de conducirte sexualmente es básica. Comprende que el hecho de que conozcas diferentes posturas y fantasías sexuales, no quiere decir necesariamente que vivas y manejes tu energía sexual en forma adecuada.
Muchos hombres y muchas mujeres confunden el hecho de que al expresar su sexualidad en diferentes posiciones y jugar diferentes fantasías, aumentando la frecuencia y tomando sustancias, durando más en el encuentro de intimidad es que se pueden denominar excelentes amantes. Esto puede ser verdad sólo a cierto nivel. Cuando eres consciente del mar profundo de la energía sexual, de los abismos de la sexualidad, y de la energía del orgasmo, surge en ti un absoluto respeto por tu sexo y tu sexualidad.
La sexualidad ha sido tan deformada, que raras veces, cuando dos personas se encuentran en la intimidad conducen sus energías hacia la espiritualidad y lo divino que hay contenido en ambos llegando a frecuencias tan altas de vibración que pueden vivir el éxtasis y la expansión de la conciencia al punto de lograr propósitos que trascienden la pasión corporal y el placer.