Revista Personae

EL ARTE DE SOLTAR EL CONTROL

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¿Qué es el control?

El control es un proceso al cual están sujetos varios sistemas para comprobar que su rendimiento es el adecuado y eficaz. Este término se escucha mucho en los sistemas basados en comprobación científica, ingeniera y auditorías.

 

El arte de soltar el control

 
¿Cómo es el control de nuestras vidas?

Por alguna razón, los seres humanos nos sometemos a una auto-auditoría en torno a nuestras decisiones del día a día. Constantemente el ego (y también la sociedad) nos dice que debemos controlar nuestra vida, planificar a la perfección cada detalle y practicar únicamente la toma de decisiones “correctas” para no equivocarnos. El buscar el control es hablar de nosotros mismos como de una máquina automatizada que es capaz de repetir el mismo proceso en bucles infinitos sin que el contexto le influya en un mínimo cambio.

 
Planear, controlar, decidir, ¿es malo?

Primero debemos tratar de ver la vida en otros términos menos rígidos como “bueno o malo”. El hacer esto nos ayudará a ir deconstruyendo nuestra bidimensionalidad sobre cómo percibimos la vida: ante una coyuntura podemos tratar de ampliar nuestro campo de visión al reconocer que estamos eligiendo lo que es adecuado para mí en este momento, sin calificar como “la mejor”. Esto ayudará a que en el futuro mi postura no sea tan rígida y quizás ante una situación similar me encuentre eligiendo algo que no me creía capaz en momentos anteriores. 

 

El control como ilusión que nace en el miedo

El miedo siempre está basado en la separación: la separación de mi ser, de la unidad, de mi zona de confort, de mis seres queridos, de mi origen etc. Al sentir miedo, creo que tengo que controlar todo lo que hay en mi alrededor y de lo que sucede, porque todo depende de mi y es “la única manera”.
Al hacer esto, nuestras elecciones y experiencias comienzan a basarse en un ejercicio de miedo a no equivocarme o al fracaso, el querer controlar o minizar el impacto de ellas va solidificándose en los temores que cada uno podamos tener.

 

La oposición al presente nos lleva al sufrimiento

Una trampa del ego ante una situación dificil, es creer que tenemos todo un abanico de posibilidades y que si estamos sintiendo incomodidad es porque esta situación no nos corresponde y entonces nos resistimos a vivirla en el presente. Evadimos nuestra responsabilidad ante la situación.

Creer que tengo que controlar mi vida, es creer que hay una elección correcta y una elección incorrecta. Creo que puedo equivocarme y puedo estar viviendo algo que no debería. Por tanto, surge la oposición al momento presente y esto nos lleva al sufrimiento.

 

El arte de soltar el control

La clave para soltar el control es la confianza

Cuando me doy cuenta que siempre estoy viviendo la situacion correcta, la que me corresponde, que todo lo que sucede han sido mis propias decisiones conscientes o inconscientes, en este momento dejo de resistirme al presente y comienzo a vivirlo.
Al aceptar el momento presente como simplemente el que tiene que ser, sin fantasear con otras posibilidades (que no sucedieron), cesar la lucha con mi realidad, entonces podré abrirme al bienestar que existe en el aquí y ahora.

Si tomo consciencia de esto en el momento presente, aprenderé a sentir las situaciones como son, sin agregarle un peso de tiempo futuro con expectativas o cualidades que no se cumplen y nos lleven a un estado de sufrimiento. Nadar en contra de la corriente solo nos lleva a ahogarnos; sin embargo, podemos aprender a dejarnos llevar y utilizar esa corriente a nuestro favor.

 

No existimos en el futuro, existimos hoy

 

Cada experiencia que vivimos influye en nuestra forma de actuar, sentir y pensar y nos transforma, pero, el querer limitarla hacia una exclusiva perfección nos cierra la posibilidad del aprendizaje que también viene después de la sensación de incomodidad cuando algo desconocido nos aborda. Nuestra forma de pensar debe de irse adaptando al momento presente y dejar de vivir en el futuro, la única certeza que tenemos es que existimos en este instante. La paz vive en el presente, no en el futuro y el arte de soltar se trata de recordarnos esto día a día hasta que se vuelva algo absolutamente natural.

MISCELÁNEO

Núm. 300 – Noviembre 2024