Revista Personae

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Doncella del Verbo y Las Genealogías de Margo Glantz

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Una plática a bordo del Metrobús con dirección a la estación Tepalcates: –¿Sabes tú quién es Sor Juana Inés de la Cruz? –Sí, es la monja que aparece en los billetes de $200, pero ya la devaluaron y ahora aparece en los nuevos billetes de $100. –Sin comentarios.

 

Sor Juana Inés de la Cruz 

Cuando cursé tercero y cuarto año en la Escuela Primaria Andrés Ortiz para hijos de ferrocarrileros en mi natal Tierra Blanca, Veracruz, los profesores de aquellos tiempos –en la década de los años 40 del siglo pasado–, basaban su enseñanza apoyándose en la memoria de los infantes, cuando todavía las autoridades no prohibían recurrir a las artes de Mnemósine. Tiempos que no volverán. El programa educativo incluía clases de declamación. Los niños aprendían a recitar y se aprendían, de memoria, muchas poesías de los bardos más populares, nacionales y extranjeros. Modernos y antiguos: Amado Nervo, Salvador Díaz Mirón y otros menos literarios. A la par de estos vates masculinos, aparecía el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz. Desde aquellos lejanos tiempos supe quién era la Décima Musa, que todavía no aparecía en los billetes de cualquier denominación. Supe que la monja jerónima no sólo había hecho profesión de fe, sino que fue una excelente poetisa y escritora, por lo que se le reconoce como la Fénix de América, cuando nadie la había inmiscuido en ningún movimiento feminista.

Entonces, no era extraño que cualquier párvulo, sin importar la reunión, recitara, como ahora lo hacen los jóvenes con las canciones de moda, aquello de «Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón,/ sin ver que sóis la ocasión de lo mismo que culpáis,/ …querédlas cual las hacéis o hacédlas cual las buscáis»/…. En aquellos momentos posiblemente no entendíamos, bien a bien, el trasfondo de la poesía de Sor Juana, la defensa que hacía de la mujer y de su perenne condición. La chiquillada las aprendíamos y las recitábamos. No era necesario que los educandos tuvieran maestros de derechos humanos. Simple y llanamente reflexionaban en muchas posturas masculinas respecto a la mujer. La doble moral que ha imperado entre lo masculino y lo femenino. Nunca pensó la monja hasta cuándo perduraría su poema. La tarea poética de Sor Juana trascendió a su factura. A tantos años de distancia su obra continúa bajo la lupa. Una mujer excepcional, sin duda. 

Años más tarde, ya en la Secundaria –el ex Internado Federal Número 3 para Hijos de Trabajadores, en Orizaba, Veracruz, imborrable en la memoria–, la fortuna continuó sonriéndome, al ser el maestro de Literatura, el cosamaloapeño don Rogerio Fentanes Lavalle, descendiente del famoso gramático Benito Fentanes, autor de Espulgos del Lenguaje, libro del que abrevé la esencia del idioma español. Don Rogerio, primo hermano de mi padrino de bautizo, don Juan Lavalle Rodríguez, era un experto en Sor Juana Inés de la Cruz, y lo mejor del caso, es que sabía trasmitir a sus alumnos su sapiencia sorjuanista. Se extasiaba cuando dictaba cátedra sobre la Décima Musa. Muchas gracias maestro Fentanes, a quien, no le preocupaba que sus alumnos memorizaran los poemas de Sor Juana.

 La rueda siguió rodando y cuando llegó a Xalapa, al Colegio Preparatorio Benito Juárez –institución inaugurada por el propio presidente oaxaqueño que si presenciara las barbaridades que se hacen en la 4T abusando de su nombre se moriría al instante–, en la selecta Biblioteca de la histórica institución leí en ediciones antigüas varias de las obras de Sor Juana Inés, incluyendo su autobiográfica Respuesta a sor Filotea de la Cruz. En fin, para no aburrir al lector contando mis andanzas estudiantiles, en la inolvidable Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde estudié la carrera de Diplomacia, conocí al maestro (periodista, escritor, ex militante del Partido Comunista y polemista, más que nada), Rubén Salazar Mallén, autor de Apuntes para una biografía de Sor Juana Inés de la Cruz. Resultó que Salazar Mallén era originario de Coatzacoalcos, Veracruz, y, como «primero paisano que Dios», esa coincidencia me permitió hacer amistad con quien era mi maestro de Teorías del Pensamiento Político, primero y segundo año. Una vez roto el hielo con el catedrático de muy difícil carácter, y con uno o dos whiskies de por medio, platicábamos más de Sor Juana que de los teóricos políticos. Al parecer, Octavio Paz, el único Premio Nobel de Literatura de México, aprovechó (por no decir plagió) partes del libro de Salazar Mallén sobre Sor Juana, para el suyo, Trampas de la fe. En este delicado asunto, solo repetiré el epígrafe que utilizó en su última novela, Plagio, Héctor Aguilar Camín: «El plagio es la forma más sincera de la admiración», Jorge Luis Conrad.

 

Alejandro Soriano Vallès, autor de «Sor Juana Inés de la Cruz, doncella del verbo»

Esta larga introducción viene a cuento por la reciente reedición de la soberbia biografía escrita por Alejandro Soriano Vallès, Sor Juana Inés de la Cruz, doncella del verbo. Secretaría de Cultura y Deporte del Gobierno del Estado de México/Jus, librero y editores, S.A. De C.V., México, 2020. 534pp. $290.00. «Crece leyendo», es el lema de esta nueva edición de la biografía sorjuanista de Soriano. Desde su primera edición, esta obra se convirtió en un hito que fijó el rumbo de los estudios sobre la Décima Musa. El volumen dio pie a nuevas vías de investigación no sólo por el rigor con el que se aproxima a la vida y obra de la biografiada, sino porque amplía el análisis de sus relaciones sociales y su entorno y expone muchos documentos que se desconocían.

 

 

 

De tal suerte, el profesionalismo documental y el análisis bibliográfico que llevó a cabo Soriano Vallès abarca la vida y la obra de la poetisa mexicana reconocida por todo mundo. Al mismo tiempo, el contexto cultural en el que se desenvolvió la jerónima. Así, este nuevo volumen –de Jus y el Consejo Editorial del gobierno del Estado de México–, contiene tanto la mejor biografía de Sor Juana en las últimas cuatro décadas, como un apasionante volumen que permite dar a conocer un renovado rostro de la poetisa y de la época en que vivió la Fénix de América.

 

Para los sorjuanistas de antaño y los de hogaño esta biografía es una joya. Los que apenas sienten el llamado por conocer la obra de Sor Juana tienen a la mano un libro serio, fundamentado, sin aventuras feministas que algunos villamelones –perdón por el término– quieren usar como si fueran ideas de «avanzada» siendo que «no saben lo que hacen». Sor Juana no sólo fue poetisa, no fue una mujer disfrazada de monja; fue una monja verdadera que vivió como tal porque así lo decidió cabalmente, como lo afirma el escritor.

 

El autor de esta biografía, Alejandro Soriano Vallès (Ciudad de México, 1960), tal parece nació predestinado para investigar, escribir y publicar lo más profundo de Sor Juana Inés, a nivel nacional e internacional. En 1995, al celebrarse el tricentenario de la muerte de la monja, Soriano recibió el Premio Nacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz por su investigación sobre La invertida escala de Jacob: filosofía y teología en El sueño de Sor Juana Inés de la Cruz.

 

En suma, las publicaciones de Soriano son la base para el rescate en el siglo XXI de la personalidad histórica de la monja jerónima. A sus 60 años de edad, es autor de una decena de libros sorjuanistas, entre los que se cuentan: El Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz. Bases tomistas; La hora más bella de Sor Juana; Aquella Fénix más rara; Sor Filotea y Sor Juana. Cartas del obispo de Puebla a Sor Juana Inés de la Cruz, así como la edición del poema Primero sueño, hace apenas un año.

 

La reedición de esta biografía, dice el autor, no tiene grandes cambios, pero sí es una actualización. En la última década fueron apareciendo nuevos documentos sobre Sor Juana, que le permitieron modernizar el texto. Desde que el libro apareció fue una biografía muy solicitada. La monja es un personaje sumamente atractivo, muchas veces se ha repetido que los que la estudian se enamoran de ella. Juana de Asbaje era una mujer de gran inteligencia, «como un símbolo de la gran alma que ella tuvo», dice Soriano.

 

En reciente entrevista, Alejandro Soriano precisó algunos puntos sobre Sor Juana: «actualmente ha sido tomada como abanderada de distintas causas que no le corresponden. Se ha visto presa de distintas ideologías y eso ha provocado que se despierte el interés por ella. El feminismo es el más notorio de todos. La ha reivindicado en los últimos 35 años; los movimientos homosexuales la piden ahora, pero eso no le corresponde…Algunos movimientos feministas que toman a la mujer como inferior al hombre la reclaman, pero ella no pensaba así; la quieren rescatar los antiabortistas, todos hablan en nombre de ella y eso la tiene en gran popularidad». Fin de la historia.

 

Al final, pero no menos importante, cada año, el 12 de noviembre se celebra en México el Día Nacional del Libro, instituido para festejar el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz. Con dicho motivo, como regalo, se imprime un libro para regalar en las librerías del país. ¡Qué mejor obsequio, no podía haber! En esta ocasión se eligió Las genealogías, de la escritora Margo Glantz que, no por casualidad es una sorjuanistas destacada. Sus libros Sor Juana: ¿Hagiografía o autobiografía?, y Sor Juana Inés de la Cruz: saberes y placeres, entre otros, así lo demuestran. Por cierto, Las genealogías, el libro de regalo el Día del Libro, fue publicada originalmente en entregas en el periódico UNO MÁS UNO, del que durante varios años fui subdirector general. Otro día hablaremos de este exquisito trabajo de Margo Glantz. VALE.

CULTURA

Núm. 300 – Noviembre 2024