Revista Personae

COQUETEOS PERVERSOS

Apuntes sobre Elena Garro

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Las huellas escénicas indican tragedia, sentencia y persecución, la locura y el desvarío, son un simple detalle que engalana las aventuras de la escritora Elena Garro. Periodista, escenógrafa, dramaturga, cuentista, novelista, cronista, historiadora, amante y luchadora social. Desde cualquier ángulo fue una mujer valiente, característica tan escasa en nuestros tiempos. Usada como carne de cañón, acusada de ser la autora intelectual del movimiento del 68, sentenciada por las “conciencias dormidas” por ser espía de la KGB.

 

Hace décadas años murió Elena Garro, quizá por ello el húmedo agosto que se vaticina estará animado de papalotes con hilos que se convierten en ríos y revientan como estrellas de cristal; nuestras oraciones estarán rodeadas de pájaros y besos que saben dulces y se convierten en oro. Hoy Elena vive en su Hogar Sólido, morada de imaginación, tapia sin cruz, en el panteón de la Paz… ¿la paz?, ¿paz?… Vocablo que la sentenció, significado que quiso mutilar su creatividad, pero a final de cuentas la buena madera trasciende las inundaciones de la blasfemia, y se besa con la inmortalidad. ¡Ah…!, pero si no estuviera acompañada de Juan Cariño, del Rey Mago y de la Dama Boba, en el país imaginado por los niños, entre cajones desordenados y letras al revés, quizás estaría inconsolable. Su cuerpo no fue llevado al Palacio de Bellas Artes al morir: “Porque… eso tiene que programarse”. Emergió la voz de la autoridad desde el fondo de la oficina burocrática. No tenemos idea, si en aquel mundo de transparencias y mariposas también las muertes se programen.

 

Apuntes sobre Elena Garro

 

En vida Elena le deja sus derechos literarios a su hija Helena Paz y a sus gatos, Petrushka, Negrus, Maria Antonieta, Smoking. Sabía que los grupúsculos intelectuales en realidad son huracán, lo funesto, el desencanto, tomándolas como rehén de sus caprichos literarios, como la carroña, no como la mujer tierna y desafiante, que siempre fue, incluso hasta después de la Gran persecución, mordaz, sarcástica y caminaba diariamente tejiendo poemas con una sombra llamada desilusión. Ella sabía que los “seudo pensadores” adornaban sus textos con sus “tragedias y persecuciones” personales. Pero cuando las vivía no había “Nadie” ni corrales, ni pozos, ni su burra “Flor del campo”, sobre la que paseaba en el pueblo de Iguala. Nadie que le diera la mano o pagara sus medicinas. Sus letras fueron mutiladas como su sonrisa y la luz de su mirada: Sócrates y los Gatos, los Caudillos, mi hermanita Magdalena y tantos más cortados con “la tijera de oro”. ¿Por qué? ¿Qué decía?, ¿qué comprometía tanto al sistema establecido? ¿Qué expresaba La Rompesistemas que temían y temen las mafias de la política cultural? ¿Acaso la verdad?

 

En México el poder se hereda, y aún hoy es demasiado peligroso destapar cloacas y mirar avernos. Los reto a investigar qué hay detrás de estas persecuciones, detrás de esta victima que acomodó sus huesos en tierras morelenses y hoy están retoñando, en las venas de la nueva generación Garro. Pero de dónde proviene el coqueteo perverso, esta falla del sistema que no es coherente con la realidad. Casi todos aquellos que promueven la cultura normalmente comentan lo que ya se ha dicho, o lo que los intocables han señalado como oficial. Caminar por las avenidas transitadas es aburrido, porque no se investiga, porque la historia esta adulterada. Porque hoy las venas están henchidas de programación, hay ceguera, hoy carecemos de este filo para investigar las fuentes y mucho menos la fortaleza mental para soportarlas.

 

Apuntes sobre Elena Garro

 

A Elena Garro le usurparon sus tesoros ya no vivía Deva ni Estrellita para hacerle justicia. Los mexicanos estudiosos ya no tendremos la oportunidad de deleitarnos con sus últimas obras. No sabemos dónde está la novela Rusa, la Factura, los cuentos, poemas, y tantos inéditos. Elena fue robada y quien se vanagloria en el festejo luctuoso, sin hablar de este tema, de seguro nunca ha entrado a su casa vacía, ni se ha reflejado en los charcos donde hablan los muertos. De seguro nunca ha acariciado gatos ni conversado con su hija, la poeta, que se levanta sobresaltada de madrugada diciendo: “¡Mamá por qué te fuiste y me dejaste tan sola!”. Seres que se adornan con su sangre y en vez de investigar y hacer justicia se disfrazan de laureles para ser aplaudidos por el vulgo, flirteando con cadáveres exquisitos; sin inhibiciones, recibiendo las preseas, aplausos y becas. Y duele cruzar los brazos y expresar todas las injusticias y pánicos en un diminuto gemido “Eso sucede en nuestra patria”.

 

Sin embargo, Elena y tantos otros siguen vivos en las mentes lucidas en los caminos reales. Las verdades que matan, que comprometen a los cánones establecidos, por más que se quieran ocultar, emergen como burbujas de fuego evidenciando las zonas del tesoro. Su vida un cuento de terror, ¡en vida fue la gran abandonada! Hoy todos quieren ser su amistad. ¡Elena ya despierta que se aproxima tu fiesta! Tranquila ya no vas a tener que rondar 72 domicilios en un año, hoy estamos embelleciendo tu tapia con poemas de aire. Manuela te recuerda como una estrella fugaz, Ventura Allende te hace señas para que salgas de tu espejo ennegrecido, la mudanza ha llegado para llevarse los muebles rotos por los halcones, los perros afuera han sido llevados al rastro, despreocúpate ya no te pueden arrancar los brazos. ¡Deja de jugar con tus arañas y ven a saltar! Afuera está Helenita esperándote con tus cigarros y tu copa de tequila…Te aseguramos que, aunque extraños sucesos se exhiban en las presentaciones de tus obras, hoy la hebra de la verdad sabe dulce y las muñecas le sonríen al amanecer.

POLÍTICA

Núm. 293 – Abril 2024