EL PUEBLO MEDIEVAL DE OLITE Y LOS VINOS DE LA BODEGA OCHOA
- SOMMELIER
- abril 2024
- Josefina Fernández
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El pueblo medieval de Olite, es un municipio de la Comunidad Foral de Navarra, ubicada a 42 kilómetros al sur de Pamplona. En la Zona media de Navarra hay un lugar con muchísimo encanto, el imponente Castillo de Olite, también conocido como el Palacio Real de Olite, que tiene su origen en la Edad Media y es uno de los emblemas más representativos del Reino de Navarra. Mandado construir por los reyes Carlos III y su esposa Leonor entre los siglos XIII y XIV, se dice que el Castillo de Olite tiene tantas habitaciones como días tiene un año. Es de origen francés y su arquitectura exterior es de estilo gótico. Fue considerado uno de los palacios más lujosos de Europa y una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra durante el reinado de Carlos III “El Noble”.
Durante el reinado de Carlos III, Olite gozó de paz, tranquilidad y prosperidad. Se celebraron varias veces Cortes del Reino. Aquí muere la reina doña Leonor en 1415 y diez años más tarde su esposo Carlos III. En la plaza de los Teobaldos, se pueden ver varios de los monumentos más interesantes de Olite, como el Palacio Viejo, actual Parador de Turismo, el claustro de Santa María, el Museo de la Viña y del Vino de Navarra. La diversidad de paisajes y climas entre la zona norte, la Navarra media, y el sur, en la ribera del Ebro, marcan hasta cinco zonas de producción completamente diferenciadas. Y en el centro de todas ellas, Olite, capital del vino navarro y sede del Consejo Regulador.
En Navarra existe una amplia variedad de uvas blancas y tintas que se utilizan para elaborar vinos de todos los estilos: rosados, blancos, tintos y dulces. En la actualidad las variedades aceptadas por la D.O. Navarra son: para la elaboración de vinos tintos, la Garnacha, la Tempranillo, la Graciano, la Merlot, la Cabernet Sauvignon y, en menor medida, también la Mazuelo, la Syrah y la Pinot Noir. Los vinos blancos constituyen un porcentaje menor de la producción vinícola de la zona. La Viura o Macabeo son las uvas que más botellas producen. Con la variedad de Chardonnay encontraran la mejor calidad en vino blanco navarro. Los vinos rosados también tienen un gran protagonismo en las bodegas navarras. Se fabrican fundamentalmente, a partir de las mismas variedades que los vinos tintos. La Garnacha es la vid preferida para hacer estos vinos más suaves, acompañada de vez en cuando del tempranillo o del Cabernet Sauvignon.
Familia Ochoa 6 generaciones desde 1845
Les hablaré de una bodega familiar con 179 años de historia en el vino. La Bodega Ochoa se construyó en Olite en 1845. Está ubicada en Navarra al norte de España, a 8 minutos de paseo del castillo de Olite. Históricamente es una zona muy potente en el mundo del vino, tienen Rioja a un lado y Burdeos a tres horas, se respira vino en la región. A final del siglo XIX, la Filoxera (Daktulosphaira vitifoliae es un insecto de origen americano que se alimenta de las raíces y las hojas de la vid) destruyó el viñedo de Olite. Sin embargo, la familia Ochoa continúa con el negocio, ampliando a venta de licores. Adriano Ochoa coge el negocio de Joaquín Ochoa en los años 1920-1930. En 1930, Adriano renueva la bodega y planta más viñedo cerca de Olite en tierras arrendadas. En 1964, Adriano muere. Su hijo Javier Ochoa continúa en el negocio centrado en la venta de vino de calidad embotellado.
La familia Ochoa, propietaria de la bodega, cuida la elaboración de manera personalizada. Javier Ochoa, es uno de los enólogos más reconocidos y fue él quien decidió apostarlo todo y dedicar su vida entera a construir Bodegas Ochoa. Mientras, su mujer Mariví desarrolló el negocio familiar expandiendo el mercado internacional. Actualmente sus hijas Adriana y Beatriz, siguen el legado. Adriana es enóloga y directora técnica de la bodega, se ocupa de cuidar el viñedo y la elaboración del vino, mientras que Beatriz es la gerente, se encarga de la parte comercial de la bodega, así que se ocupa de la botella al mercado.
Gracias a sus padres, tienen ahora 145 hectáreas de viñedo propio, en dos ubicaciones: Olite, junto a su bodega y donde comienza su historia.
Traibuenas, en las puertas de las Bardenas Reales, donde su padre Javier Ochoa invirtió en un suelo perfecto para el viñedo, a una altitud de 400 metros, y con un microclima especial para cultivar en ecológico. Lo que realmente marca un poco la característica de los vinos, es la presencia del desierto de Las Bardenas, es un desierto de Europa Continental que está en Navarra. Tiene un clima seco y con una diferencia térmica entre el día y la noche que es maravillosa para la calidad de las uvas. En verano llega alcanzar 40 grados durante el día y en la noche la temperatura baja bastante, a unos 18 o 16 grados, eso ayuda a que la acidez de las uvas sea bastante marcada y da frescura a los vinos.
Además, tienen 58 hectáreas de olivos. Su trabajo en la viña es ecológico, todos sus vinos están certificados en ecológico, son vinos genuinos, intentan expresar el viñedo en sus botellas. El sitio donde están es un viñedo especial en muchos sentidos, su objetivo es trabajarlo muy bien para obtener una uva de calidad, y que esa uva tenga un concepto de pertenencia y de genuinidad. Actualmente están trabajando en la cultura ecológica y la cultura generativa, tienen muchas tareas para ayudar a la naturaleza a que ella pueda tener un entorno sano, saludable y que eso se refleje luego en las uvas.
Tienen un portafolio de 15 vinos, entre blancos, rosados, tintos, vinos dulces (cosecha tardía), que son uno de los vinos insignia de la bodega. Tienen variedad de uvas tintas como: Tempranillo, Garnacha, Merlot, Cabernet Sauvignon y Graciano. En la variedad de uvas blancas tienen: Viura, Chardonnay, Moscatel de Grano Menudo y Viogner.
En Bodegas Ochoa buscan respetar siempre el medio ambiente, tienen espíritu innovador, a la vez que se mantienen fieles al legado de sus generaciones anteriores. Sus viñedos proceden de las antiguas cepas de sus antepasados, han seleccionado las mejores cepas y la investigación les ha ayudado a multiplicar su material vegetal para seguir haciendo vinos de calidad Ochoa. Cualquier época es buena para visitar la bodega, pero particularmente la primavera es muy bonita porque el viñedo está espectacular, se encuentra toda la floración. Visitar el viñedo en la vendimia y el otoño es todavía más hermoso, con las vides cambiando de color, ese manto rojo y cobre resalta su belleza.
Los invito a vivir la experiencia Ochoa y disfrutar de muy buenos vinos.
Agradezco profundamente a Iban Abaurrea, gerente de Exportaciones de Bodegas Ochoa, para la realización de esta entrevista.
Sommelier Especialista en Vinos
Josefina Fernández Cueto