KARLA GARRIDO

En un mundo que está en constante cambio, charlamos con Karla Garrido, quien ahora ha participado en películas como Sujo (representante de México en diversos festivales) y Quebranto, próximamente en Disney+, cintas que abordan temas sobre la inclusión y visión de género en los medios.

Respecto al sueño de ser actriz de muchas niñas, opina: “Ese deseo sigue latente en muchas personas, pero ahí entran muchos factores, la familia, el contexto, lo que se espera de nosotros y creo que en mi caso existieron varias cosas que jugaron a mi favor, una es que mi papá, por ejemplo, es músico y toda la vida me enseñó a ir por mis sueños, ir al teatro, al cine, estar en contacto con el arte. Hubo mucho apoyo de parte de mis padres”.

Con una licenciatura en Actuación de la Escuela Nacional de Teatro del INBA suma la constancia a factores fortuitos para el éxito: “Que yo siga trabajando después de tantos años que empecé en mi carrera de actuación, pues es una consecuencia de que yo he trabajado duro, he tenido a la gente correcta a mi alrededor y también creo que juega el factor suerte, como en cualquier lugar, afortunadamente, yo he sido de las personas que ha podido transitar en el mundo de la actuación”.

Su pasión por el trabajo actoral data desde la secundaria: “Me gustaba jugar a contar historias, a ser otras personas y también los equipos de trabajo. Esta conexión que se establece cuando estás en un equipo de trabajo de actuación es muy sincero, hay mucha honestidad, mucha vulnerabilidad, la gente cuenta sus vidas, sus miedos, sus deseos. Esto me atrae mucho, conocer a otras personas e identificarme con ellas, sobre todo, creo que en los miedos es cuando uno conecta más, saber que no está solo y que todas las personas sentimos exactamente lo mismo y nos acompañamos, eso es lo más bonito de los trabajos en equipo. Es una carrera que se juega en equipo, todo el tiempo, no podemos ir y hacer nuestra propia película, necesitamos un equipo de trabajo y eso siempre es bello, hacer comunidad”.

“Estamos en un momento en el que las mujeres nos apoyamos, queremos trabajar con nosotras. Queremos contar historias de mujeres, por ejemplo, en la película de Sujo, casi todo el equipo eran mujeres. Entonces, había una conexión muy distinta, yo nunca había trabajado en un equipo de puras mujeres y la verdad que la pasé increíble. Además, casi todas eran mujeres lesbianas, entonces había un trato distinto, no había esta competencia, más bien había una sinceridad y una camaradería que yo no había experimentado nunca y que me encantó”, expone.

Opina que el género y orientación sexual sí impacta en la visión del Arte: “Tengo una gran colega que se llama Laura Uribe, es lesbiana y trabajé mucho tiempo con ella en teatro y le decía que a mí me gustaba mucho cómo ella se aproximaba a los hombres, desde un lugar equitativo, igualitario; porque sí creo que las mujeres que somos heterosexuales, pues hemos aprendido toda esta norma de complacer al hombre y todavía lo tenemos muy inmerso en nosotras. Tal vez, es generacional, también, y viene desde hace muchos años que las mujeres tienen que darles el gusto a los hombres y que trabajan para que el hombre quiera estar contigo. Soy una mujer heterosexual y para mí la mirada masculina todavía sigue siendo muy importante, todavía busco validación en la mirada masculina, y siento que en las mujeres lesbianas hay otra forma de acercarse a los hombres. Creo que es muy importante que nosotras, mujeres heterosexuales, aprendamos eso”.

Sobre lo que se ha denominado la inclusión forzada donde se busca que las historias incluyan personajes de diversas razas y orientaciones, opina: “Para que se modifiquen las estructuras creo que se tienen que implementar en primera instancia, y que después sea natural, es como la cuota de raza, por ejemplo, creo que es necesaria, hay que hacerla visible para que entonces ese sector que no lo alcanza a ver, o a entender lo que todavía está en la escuela, pues lo tiene que aprender y ¿cómo se va a aprender?, pues enseñándoles. Tal vez, imponer suena mal, pero creo que esta vez está bien, hay un momento en el que hay que establecer reglas y después las reglas se van entendiendo y se van haciendo naturales, después ya no se va a necesitar una cuota de cualquier tipo, ya va ser natural, como en otros países que vemos series como Sex Education de Inglaterra, en donde hay gente de todo tipo contando una historia y ya no estás viendo la historia de la lesbiana o la historia del discapacitado, la historia del negro, sino estás viendo la historia”.

Formó parte del colectivo Poder Prieto donde importantes actores de tez morena impulsaban la inclusión racial, sobre la disolución comenta: “Como todo lo que tiene que ver con la política, con lo cultural, se fue desvirtuando el movimiento y empezaron a entrar elementos individuales lo individual fue más fuerte que lo colectivo y, entonces, el movimiento perdió fuerza y se tuvo que deshacer. En su momento, hizo ruido, se empezaron a modificar cosas y gracias a eso creo que muchos actores prietos tenemos más trabajo, somos más visibilizados, se hizo la reflexión. Creo que el movimiento abrió un tema de conversación, eso era lo importante. Estoy comprometida con la causa, yo sí creo que debemos de ver mucha más gente mexicana, con rasgos mexicanos en la televisión, que se empiecen a modificar las historias y se está logrando poco a poco, vamos despacio, pero creo que se ha logrado un gran cambio”.

“Si tú ves a una persona morena en la pantalla que se parece a ti, entonces, una niña de cinco años, que ve eso, va a decir: ‘yo me parezco a ella que está en la televisión, yo puedo ser ella, yo soy hermosa’, no tengo que ser eso que me vendieron durante años, no tengo que ser blanca ni de ojos claros para ser hermosa y tener un lugar en el mundo. Eso es lo más importante y justo eso era la causa de Poder Prieto y el motivo por el que yo me uní también”, complementa.

Pasamos a Sujo (representante oficial de México en los Premios Oscar y los Goya): “Es una película que habla sobre un tema que ya hemos visto mucho, la violencia y el narcotráfico, pero mostrada desde otros personajes. Esta película lo envuelve desde el proceso, es una mirada femenina, las directoras son dos mujeres que son pareja, que han trabajado durante años, que todo su crew (equipo) era de mujeres, que hablan sobre las infancias y las mujeres que cuidan a estas infancias. Es una historia tan poderosa, tan humana, tan llena de amor que es imposible no conectar con ella. Por eso, le fue tan bien a la película en los festivales, estuvimos en Hong Kong, en Sundance, en San Sebastián; o sea, en todo el mundo y todo el mundo conectaba porque habla sobre el destino, sobre el amor, sobre las madres, sobre el cuando eres niño, sobre la identificación de tus padres, bueno, habla de una infinidad de temas existenciales que es imposible no conectar con la historia y por ello me parece que por ese motivo fue la representante de nuestro país y, aunque se habla en el mismo contexto, es una película completamente distinta”.

Un papel que ayudó a abrirle puertas fue el de la India María en El rey: “Al ser una persona tan famosa, tan querida por mucha gente de generaciones pasadas, había era un reto muy grande y para mí fue una gozadera porque interpreté a la India María y a María Elena Velasco. Descubrí que eran personas completamente distintas, la India María era como su alter ego, chusca, inocente, muy corporal, y María Elena Velasco era todo lo contrario, una mujer de clase, una gran estrella, muy culta con una postura política, también muy fuerte. Entonces para mí, como actriz, imagínate, hacer dos personajes en un mismo proyecto, fue increíble”.

Incluso, en Morelia, la nuera de María Elena Velasco la felicitó: “Se me acercó, yo pensé que me iba a felicitar por Sujo, porque estaba muy emocionada y me dijo ‘tú hiciste la India María, a mi suegra, y lo hiciste increíble, lo hiciste muy bien, yo la conocí’. Eso me confortó mucho el corazón. Al interpretar a un personaje, le pones de ti, yo no soy imitadora, soy actriz, entonces yo la interpreté y, la verdad me fue muy bien, fue también un personaje que fue un parteaguas en mi carrera, a partir de la India María, empecé a tener más propuesta para otros personajes”.

Antes de despedirnos, se describe: “La actuación es una gran parte de mí, hay muchas decisiones personales que tomo también a partir de la actuación o a partir del trabajo. Karla persona es una persona privada que le gusta mucho estar en casa, con su familia, con su pareja, con su perro. Antes era fiestera y me gustaba ir a todos lados; ahora, más bien me gustan los pequeños círculos y no hablo tanto de mi vida personal. Me considero una actriz muy apasionada, muy entregada a los proyectos que hago, muy compartida, también. A veces, soy insegura, la carrera te da muchos rechazos, hay comparación justo ahí, la gente opina mucho de tu trabajo, entonces de repente la inseguridad sí me toca y he trabajado poco eso, en saber que tu trabajo es público y que tendrá muchas interpretaciones”.