Revista Personae

LOS OPUESTOS

Espiritualidad Y Conciencia

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Los Opuestos

 

Claudia es una persona consciente que profesa la filosofía de cuidado al medio ambiente y un estilo de vida en paz y tranquilidad. Posee una eterna búsqueda en el plano espiritual para evolucionar y transformar su interior y su vida. En su misión de ir un poco más profundo cada vez, tuvo el privilegio de asistir a un retiro de fin de semana, en el que practicó varias terapias guiadas por expertos e instructores certificados. Mediante una preparación previa finalizó con una experiencia de Crioterapia o Inmersión en hielo, una práctica que está ahora de moda y consiste en exponer el cuerpo a temperaturas bajas por breves períodos de tiempo. Esta terapia ofrece una serie de beneficios para la salud tales como la reducción de la inflamación corporal, la aceleración de la recuperación muscular tras el ejercicio físico y la mejora del estado de ánimo.

 

Además, dicen los expertos: “Cuando te sumerges en una tina de hielo, rompes miedos y paradigmas mentales limitantes. Esta fortaleza mental luego se aplica a cualquier ámbito de la vida, porque, además de ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad, aprendes a gestionar tu sistema nervioso».

 

Claudia subió fotos de su experiencia a redes, con un texto que decía:

“Suelta las emociones, los pensamientos, los sentidos, la memoria, el cuerpo, el mismo tiempo y, detrás de todo, en silencio, encuentra tu ser, encuentra la conciencia #icebath”.

 

Los Opuestos Karla Aparicio

 

Los Privilegios

¿Qué pensará Cristy, la chica que ayuda a Claudia con las tareas del hogar, sobre esta práctica espiritual? Ella tiene 27 años y tres hijos, y donde ella vive no existe el boiler, apenas tiene agua, pero ni siquiera es potable; es más, no hay ni drenaje. Viven en una escasez tremenda. Hay que acarrear el agua y almacenarla en un tanque de lámina para poder bañarse. Ella baña a jicarazos a sus tres hijos con agua casi congelada cada vez que la mugre ya huele, para que en la escuela no les hagan bullying y les digan que ya apestan. El agua fría para ella no es un privilegio. Ella y sus chiquitos lo tienen que vivir y soportar cada vez que se tienen que bañar sin ninguna preparación previa para tolerar esas temperaturas y lo peor es que lleva haciéndolo igual desde que tenía la edad de sus hijos. Ella se pregunta si en verdad hace tanto bien el agua helada, se cuestiona en qué se diferencia la experiencia que vivió su patrona:

¿Por qué a ella no le regenera su ADN, desinflama sus células, conecta su cuerpo, mente y alma, y rompe sus límites, volviendo a su centro? Ella lo único que siente son los pinchazos del agua helada sobre su cabeza.

Cristy quisiera cambiar de “privilegios”, mientras para su patrona el baño en hielo es una distinción, porque a ella la transforma y la renueva y además puede pagarlo, para Cristy sería un privilegio que por un día en su vida, aunque sea uno, pudiera llevar a sus chiquitos a casa de Claudia para que conocieran lo que es bañarse en regadera con agua limpia y calientita, para que sintieran correr el agua templada sin tiritar los dientes de frío.

Hay un gran porcentaje de la población del mundo que no tiene acceso al agua caliente, menos pagar el gas, menos tener un boiler. Este porcentaje se baña con el agua casi congelada. ¿Por qué los seres privilegiados se ponen a hablar de que sumergirse en agua helada tiene beneficios innumerables y que les va a sanar la vida y los va a llevar a un plano espiritual? ¿Por qué es ‘aparentemente’ algo muy profundo y revelador? Si eso fuera verdad, toda la gente, como Cristy, que se baña con agua fría sin quererlo, por imposición, ya estaría en otro plano de entendimiento y de conciencia.

¿Qué mensaje es el que estamos mandando?

¿Qué pensarán los que no tienen agua?

¿Qué pensará Cristy?

¿Qué mensaje estamos mandando?

Me queda claro que no entendemos lo que no entendemos.

 Los Opuestos Karla Aparicio

 

Los votos

En las pasadas elecciones, hay verdades profundas e incómodas que explican el triunfo avasallador de Morena. Nos guste o no, tienen el sartén por el mango: México es un país con una pobreza y desigualdad abismal que no entendemos y a veces ni siquiera vemos, y los partidos de oposición se quedan muy cortos y solo pendientes de sus beneficios particulares.

 

Cabe mencionar que me considero apartidista, no creo en los partidos, y no estoy a favor de la izquierda; ninguno da soluciones, ambos solo dan paliativos y espejismos. Solo van por sus propios intereses. No entendemos que en este país hay 50 millones de pobres y asumir que la lógica de su voto es la misma que la nuestra es un error.

 

Quienes critican a los votantes de Morena les están faltando el respeto. No corresponde opinar de la realidad de los demás desde la posición de siempre haber tenido agua caliente, porque desde ahí no se comprende lo que es pasar frío o hambre.

 

La gente vota porque tiene programas sociales. ¡Si! la gente vota por el desahogo presente. No tienen el privilegio de pensar en el futuro. Porque un futuro no se puede visualizar si estás sufriendo el presente. La decisión del voto se toma por el estómago, no por un futuro, no por los sentimientos, si no por hambre y miedo. A la gente no le interesa lo financiero, ni la refinería, ni el aeropuerto fallido. A la gente le importa lo cotidiano. Por eso votan. Aquí es donde tenemos que ver y ayudar y dar soluciones para buscar el voto de los electores.

 

Triste es un país donde los de la «alta oposición” castigan a la pobreza: dejan de darle propina al mesero, al viene-viene o al señor de la tercera edad que ahora está de cerillo en el super, porque vota por un partido distinto.

¿Desde qué altura ignorante juzgan a la pobreza ante la que, en otros momentos, son ciegos? ¿Bajo qué crueldad generalizan con el disque látigo de su desprecio y su pobre propina de cinco pesos? ¡Por Dios!

 

Aquí es donde las clases medias, las altas y la pobreza se juntan. En el antagonismo irónico.

 

Hasta que la ciudadanía y la oposición no crezcan a la altura de lo que nuestro país necesita, no vamos a llegar a ninguna parte. A este México al que le urgen clases media y alta medianamente empáticas. Hasta que la oposición política no esté a la altura del entendimiento de las circunstancias, las elecciones de 2024 no serán las únicas pérdidas…

 

En dónde nos perdimos tanto…

Hoy elijo escribir estas letras que mueren por hablar, elijo aceptar, elijo comprender antes de juzgar.

 

Con Ka-riño

Karla Aparicio

MISCELÁNEO

Núm. 298 – Septiembre 2024