TRASCENDER A LOS CIELOS DE LA PANDEMIA

¿Vienen nuevamente a nosotros los muertos o nosotros vamos a ir a verlos?

Esta sería la pregunta ante lo que hoy vivimos con la pandemia mundial.

En México, hoy reconsideramos nuestras ideas a favor de seguir con la tradición de festejar la llegada de nuestros muertos y recibirlos con todas las viandas posibles y que a ellos les encantaba en vida.

Por ejemplo, se dice que, en Monte Albán, la muerte para los zapotecas era parte de su cotidianidad, ya que tenían dentro de sus casas los sepulcros familiares porque consideraban que aún sin vida eran parte importante de su familia. Al llegar los españoles –y con la evangelización–, adoptaron otras costumbres hasta establecer el 1 y 2 de noviembre como la celebración del Día de Muertos.

Hoy nuestra celebración la llevaremos a cabo desde la resiliencia que nos ha permeado desde las otras catástrofes que han acontecido en nuestro país. Sin embargo, tenemos claro que la celebración de la muerte es parte de la vida del mexicano y donde en ese altar se pondrán grandes comilonas dignas de un rey o emperador. Pero esos reyes son nuestros propios muertos, algunos no supieron de pandemias pero si de gozadores momentos.

Y qué tal que no debe de faltar el mezcal en el altar. En esta ocasión me permito a ustedes recomendarles un gran mezcal que se llama Trascendente, elaborado en Tlacolúla, Oaxaca. Este mezcal tiene un ensamble digno de esos reyes y emperadores, es una combinación suculenta de magueyes espadín, cuishe y tobala. Doble destilación en alambique de cobre y con una graduación justa de 43 grados para que abrace al alma.

Nos recuerda mucho sus sutiles notas de flores blancas y ligeros tonos ahumados a los altares majestuosos de Oaxaca, principalmente de la zona de los grandes valles centrales donde el misticismo se envuelve en el estoicismo de sus gentes que acompañan a sus muertos en los panteones municipales.

El mezcal es vida y trascender de la muerte como el mismo nombre de este mezcal ensamblado por las manos de cientos de generaciones que hoy nos dan su gusto histórico, su cultura líquida y lo más importante de todo, nos regalan la posibilidad de trascender en vida propia, nos alimenta y calienta el espíritu a favor de una vida que cuidar por esta pandemia.

Y sin embargo ni la celebración de día de muertos dura eternamente así como las pandemias han de acabarse en un momento de la vida humana, y terminarán dejándonos la reflexión de continuar alegres, apoyándonos y consumiendo local en un país que hoy necesita de todos para subsistir con la derrama de productos que de él emanan.

Hoy celebremos la vida y hagamos local, hagamos México y seamos trascendentes para dejar enseñanzas a quienes nos han de presidir.

Salud por la vida que hoy debemos cuidar.