Revista Personae

¿ESTAMOS SOLOS?

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Nos ha pasado seguramente, que aun estando rodeados de mucha gente, nos sentimos completamente solos, como en el caso de encontrarnos en un aeropuerto extranjero en donde no hablamos la lengua local, y más aún cuando el alfabeto es diferente al nuestro. Algo similar nos sucede con nuestro Planeta Tierra, en que nos sentimos solos. Todos tenemos acceso al espacio, nos rodea y lo podemos observar simplemente volteando hacia arriba. De día sólo observamos un cielo azul, poco frecuente en grandes ciudades, como la de México, que debido a la contaminación tenemos un cielo gris-café, o de noche, donde debido a su gran cantidad de luz artificial, reducen la cantidad de estrellas y planetas visibles, comparados con lugares aislados o fuera de esta contaminación lumínica, nos permite ver imágenes extraordinarias.

 

Carlos Miguel Valdés González, ¿Estamos solos? Galaxia Andrómeda. Imagen del Telescopio Espacial Hubble

 

Por eso, nuestros antepasados ponían mucha atención a lo que pasaba en el cielo y probablemente tenían muchas dudas y preguntas sobre lo que veían. ¿Cómo observar o alcanzar algo tan lejano como las estrellas? El primer telescopio se le atribuye a Galileo Galilei en 1609, cuando ya se tenía conocimiento del uso de lentes para mejorar la visión. El primer vuelo en aeroplano se realizó en 1904, por los hermanos Wright. Claro ya desde antes los Mayas eran expertos en la observación del cielo y sus construcciones son testigos de los alineamientos que hacían, para vigilar el espacio. También sabemos que tenían gente especializada, a quienes mantenían en total oscuridad hasta que llegaba la Luna nueva, entonces salían a observar el cielo con unos ojos muy sensibles a la escasa luz de los objetos espaciales. Aprovechando que abordamos el tema de los Mayas, también respetaban y protegían a los cenotes en la zona de la Península de Yucatán, y probablemente se preguntaban su orígen, ya que los cenotes eran la puerta al inframudo, pero fue hasta finales de los 70, que, interpretando datos de búsqueda de petróleo en la zona, se establece que la ubicación y formación de los cenotes tiene que ver con el impacto del meteorito Chicxulub hace unos 60 millones de años. Si un evento similar se presentara en la actualidad, pondría en riesgo la integridad de toda la humanidad, por eso la vigilancia y conocimiento del espacio es muy importante.

 

Carlos Miguel Valdés González, ¿Estamos solos? EL Starship, continúa con exitosos despegues y aterrizajes.

 

Para entender las dimensiones del espacio, es necesario adaptar nuestras unidades de medida. Las distancias se miden por el tiempo que tarda la Luz en recorrerlas, y sabemos que la velocidad de la luz es de 300,000 Kilómetros por segundo. A esa velocidad, la distancia entre la Luna y la Tierra es recorrida por la luz en 1.2 segundos, y la distancia entre el Sol y la Tierra, en 8 minutos y 20 segundos. Con esa velocidad llegaríamos de la CdMX a Tijuana, que está a 2,775 Km, en una centésima de segundo. La estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri (a unos 38 millones de millones de kilómetros), y tardaríamos 4.3 años, viajando a la velocidad de la luz, para llegar a ella. Se acerca la fecha de los Reyes Magos, quién no recuerda al Cinturón de Orión (Alnitak, Alnilam, y Mintaka) representándolos, esas estrellas están a una distancia de entre 1,200 y 2,000 años luz: los Reyes Magos viajan rápido, sin duda. También las dimensiones en el Universo, son difíciles de comprender. Nuestra colonia, por así llamarla, la Vía Láctea, para recorrerla de un extremo al otro, requerimos de 100,000 años luz. Imposible pensar en un viaje que tarde esa cantidad de años, viajando a esa velocidad. En nuestra Galaxia hay 250,000,000,000 de estrellas. Si pudiéramos vender cada estrella a $1 un peso, si es que alguien no es su dueño y nos las compra, le podríamos dar $1,923 a cada mexicano y mexicana. Pero para quedar aún más atónitos, existe la Galaxia IC 1101, y si de nuevo, pudiéramos vender cada una de sus estrellas a un Peso, obtendríamos la suma de $769,230 Pesos para cada uno de los habitantes de México. Esa podría ser una forma de solucionar el presupuesto del país. El astrónomo Carl Sagan dijo “Hay más estrellas en el Universo, que granos de arena en todas las playas del mundo”, alguien más corrigió que serían al menos 186 estrellas por cada grano de arena. Entonces, si en nuestro Sistema Solar existimos 9 planetas, imaginemos cuántos posibles planetas habrá en el Universo y por ende de algún tipo de inteligencia y planetas habitables para el ser humano.

 

Carlos Miguel Valdés González, ¿Estamos solos? Se ha descubierto agua congelada en Marte. Pero se requieren más cosas para ser habitable por humanos.

 

El avance en viajes al espacio ha sido sorprendente en los últimos años. Un hombre, Elon Musk, con una empresa SpaceX de 13,000 personas, logró que de dos despegues en 2010, se tengan ahora, en tan sólo este año más de 150. La última nave espacial el “Starship”, tiene eventualmente como destino Marte. La exploración de lugares alternos para el humano es cada día más intensa, y llena de retos. No sólo tendremos que modificar las velocidades de nuestros transportes para llegar a grandes distancias, sino adaptarnos a las características de otros posibles mundos habitables, que deben ser similares a nuestro planeta. Si el planeta es más grande o más pequeño que la Tierra, nuestra estructura anatómica no podrá funcionar adecuadamente, en unos lugares sería imposible levantarse del suelo y en otros un brinco nos elevaría decenas de metros, más la atmósfera con oxígeno, agua, y temperaturas similares, serán necesarias para permitirnos vivir ahí. Debe existir algún lugar similar a la Tierra, pero ¿dónde y a que distancia? Estos son retos científicos y de investigación que deben ser abordados y para los cuales se requieren importantes presupuestos. Las Instituciones de Educación Superior cuentan, algunas, como la UNAM con un Instituto de Astronomía y con un Programa Espacial Universitario, pero se necesitan muchos más y de nuevo, recursos para su correcto funcionamiento. Si tienen la oportunidad, visiten el Planetario Luis Enrique Erro, ubicado en el Instituto Politécnico Nacional en CdMX, entrada $55 pesos, o el Planetario José de la Herrán en Universum en Ciudad Universitaria, $90 pesos + $15 por función, o el Observatorio Calvius en la Universidad Iberoamericana, sin costo. Por lo pronto, es necesario cuidar y conservar nuestro Planeta, pues otros lugares en donde vivir, no estarán al alcance muy pronto.

 

Carlos Miguel Valdés González

POLÍTICA

Núm. 304 – Marzo 2025