JOSÉ LUIS CAMACHO
Un decano del periodismo
- PERIODISTA
- Patricio Cortés
- Fotos cortesía del entrevistado
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Charlar con un periodista de la vieja guardia como José Luis Camacho es un verdadero placer, derrocha más de cuatro décadas de experiencia, hoy hablamos del papel de los medios y la objetividad.
Refiere: “Empecé a escribir muy joven con la cadena de servicios periodísticos que tenía un prestigiado periodista potosino Rodolfo Mendiolea que era el que aglutinaba a un grupo muy importante de los que, en los años 50-60, constituían el espíritu crítico de México: Don Alejandro Gómez Arias, Don Paco Martínez de la Vega, el doctor Emilio Uranga, el propio Rodolfo Mendiolea. Unos estaban en la revista Siempre, otros estábamos en la agencia del maestro Mendiolea. Luego tuve un brinco combinando el periodismo radiofónico con Óscar Mario Beteta, estoy hablando de hace 30 años. Yo terminé el periodismo impreso cuando participé en la última etapa impresa de la revista Siempre. Fui director editorial de la revista Impacto cuando todavía la hacíamos impresa, fui columnista y director de la sección política del periódico El Economista cuando lo dirigía Luis Enrique Mercado. Luego, cada uno hizo su medio digital, nosotros estamos ahora en dos importantes portales AEInoticias.com y Quadratin que ya es única agencia de noticias que sigue existiendo en México”.
Los ideales lo empujaron al periodismo, narra: “Me dediqué al periodismo porque fue un canal de expresión independiente. Yo pertenezco a la generación juvenil del 68, aunque yo llegué un poco más tarde, pero ahí te contaminabas de todo aquel impulso de protesta juvenil que había en contra de las atrocidades; por ejemplo, el delito de disolución social que te lo podían aplicar hasta porque ibas fumando, ya podías tener allí una actitud de disolución social y acuérdate que esa fue una de las grandes banderas del 68, la derogación del delito de disolución social. Creo que, para mí, la motivación fue ser solidario con mi generación, afortunadamente el maestro Rodolfo Mendiolea me dio oportunidad, era pura gente ya consolidada mayor, con mucho prestigio y él a mí, pues, viniendo del hervidero que fue el post 68 me dijo «vente», fuimos dos personas, una que ya murió verdad que fue líder muy importante, él escribió, El 68 a los 68 (Sócrates Amado Campos Lemus), entonces, este compañero también fue participante del proyecto periodístico del maestro Mendiolea y más bien siguió la política”.
“Para mí, fue un orgullo pertenecer a esa generación, yo estaba en la UNAM era imposible que no te contagiaras de un espíritu de protesta como el que surgió en ese tiempo, venía desde París con Daniel Cohn-Bendit, Dani el rojo, el gran movimiento de París o de cuando los tanques rusos se meten a Praga y se inmola un estudiante que se llamaba Jan Palach. Yo tuve la oportunidad de ir a ver esa lámpara emotiva, allí en Praga, dejé un ramo de flores en homenaje a mi generación”.
“Yo seguí en el periodismo y después tuve la oportunidad de participar en una restructuración inicial de un periódico que ahora es un éxito comercial como es El economista y también en la reestructuración tanto editorial como financiera de lo que fue Publicaciones Llergo, una entidad fundada por Don Regino Hernández Llergo, cuando nosotros la recibimos se vendía más el Alarma que El Impacto, entonces tuvimos que hacer una reingeniería periodística para darle más presencia a lo social, a lo político, que solamente a la nota roja, que en aquel tiempo éramos los únicos”.
“Yo me he diversificado, tengo dos empresas completamente de giros distintos a los medios de comunicación; pero sigo manteniendo mi portal que es aeinoticias.com y la participación accionaria en Quadratin con otro gran periodista que es Francisco García Davish”, complementa.
“Veo todo lo que pasa y no puedo permanecer completamente al margen de las opiniones que se advierten, unas verdaderamente inaceptables, por haber cambiado de posición, ya sea política o de postura ideológica y otras que, en su interés económico, pervierten lo que es el sentido de la objetividad, de la noticia o de la crítica”.
La mención de la palabra objetividad me brinca porque es algo que muchos afirman no existe, el entrevistado nos explica: “La objetividad desde el punto de vista literal tiene una sola definición que es el mensaje claro, tú puedes tener una visión periodística, crítica, pero la objetividad periodística hace que te vayas al meollo del asunto y lo transmitas a la audiencia que tienes. Creo que sí se ha perdido mucha objetividad, por ejemplo, en las redes sociales, por la inmediatez con la que operan, ahorita te trae una tendencia como ellos la marcan y la tendencia es que el Pachuca, un equipo de fútbol de mucha tradición que no calificó a la liguilla, le ganó a otro equipo de mucha tradición de Brasil que se llama el Botafogo, nadie lo esperaba, eso se convierte en una tendencia, ¿qué pasa con eso?, ¿qué le quita de objetividad a la noticia? Bueno, en primer lugar, si es tendencia es por el número de menciones, el partido fue transmitido por el canal de la FIFA, ninguno comercial, ni ninguna plataforma. Estoy seguro de que el siguiente partido del Pachuca será ya comercializado por las cadenas televisoras allí ya no hay objetividad. ¿Qué es lo que hay?, pues, es un interés, evidentemente, económico”.
En ese sentido para muchos periodistas todo lo que hace la 4T está bien y para otros todo está mal, por lo que pregunto si esta polarización podría pasarnos la factura en el mediano plazo y perdamos la credibilidad como gremio al estarnos peleando y defendiendo lo indefendible o viceversa. Opina: “Como gremio, yo creo que no. En lo individual sí, el colectivo al que te refieres que es el gremio periodístico ha perdido mucha credibilidad en lo que se refiere a algunos de sus elementos, gentes que antes pintaban de color rojo y ahora pintan de color guinda o antes pintaban tricolor y ahora pintan de… simple y sencillamente a favor del actual gobierno. Sí hay compañeros que hay otra forma de calificarlos que, de inconsistentes, por no llamarlos veletas. Es evidente que los que cambiaron de actitud, en lo que se refiere al juicio sobre el gobierno, tienen una condena implícita de la opinión pública y allí, sí, ellos pierden. No pierde el gremio, pierde el periodista que comete el error de, sin ser objetivo, cambiar su punto de vista. ¿Qué media en eso? Algún factor económico, algún factor psicológico, alguna amenaza que ahora se dan mucho en lo que se refiere al trabajo periodístico y al crimen organizado. El caso de mi Huberto Padgett que tuvo que abandonar la profesión porque este fue amenazado de una manera fuerte por el crimen organizado diciéndole que su familia era la que iba a pagar las consecuencias”.
Al ser directivo de una agencia de noticias no puedo evitar preguntarle sobre la desaparición de Notimex, expone sobre las consecuencias: “Yo creo que este es un país sin rostro, así lo decía don José Pages Llergo, director de la revista Siempre y héroe de mil hazañas periodísticas, protector de Julio Scherer en sus momentos más críticos cuando Echeverria lo sacó de Excelsior, entonces, él decía, ‘país que no tiene agencias de noticias es un país sin rostro.’ Las agencias de noticias en Estados Unidos, imagínate, son la prensa asociada y todo lo que ahora se viene de como agencia de noticias del Wall Street Journal, en lo económico, y del New York Times y el Washington Post en lo que se refiere a lo político y social, son agencias de noticias que le dan rostro a un país y aquí no tenemos”.
Ante tales ausencias, le comento que veo muchas opiniones y poca información en los medios, el experimentado periodista expone: “Yo creo que sí hay una gran capacidad de transmisión de los acontecimientos nacionales e internacionales, ¿quién no sabe de lo que está pasando con las guerras en Ucrania o en el medio oriente?, ¿quién no sabe de lo que está ocurriendo aquí en México afuera de la Basílica de Guadalupe? Entonces sí hay la capacidad de transmitir, pero también hay un exceso de opinión. Cuando a mí me mandan los servicios de información que yo tengo contratados, entre columnistas y opinadores alcanzas a escribir un libro completo diario, de tal manera que tú dices a ver a ver a ver que aquí ya en columnistas llevo 70. Por muy interesantes que estén, hay un fenómeno medido, psicológico, que en su término original francés se llama surmenage, es cuando ya el cerebro rechaza la información por repetitiva o por cansancio”.
Concluye con un saludo: “Lo único que quisiera agregar es una felicitación a mi amigo Ramón Zurita porque hay en él una profesión periodística que es un abigarramiento de cultura y de crítica. Hay un sentimiento de proyección artística, que no solamente la cultura se refleja en la escritura, también se refleja en ese tipo de arte, sobre todo en la plástica que también proyecta la revista Personae, pero no pierde la crítica. No te digo que sea un sincretismo periodismo y cultura, simple y sencillamente es una amalgama que Ramón Zurita hace a la perfección”.