LUIS ÁNGEL HURTADO RAZO
Las fake news protagonistas del proceso electoral
- EMBAJADOR
- junio 2024
- Patricio Cortés
- Fotografia: Cortesía del entrevistado
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Acabamos de vivir uno de los más intensos procesos electorales, donde las denominadas fake news fueron las protagonistas, mentiras e imprecisiones inundaron las redes sociales y las bocas de los candidatos de todos los partidos. De ello, charlamos Luis Ángel Hurtado Razo, especialista en Fake News, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, catedrático del Centro de Información de las Naciones Unidas, director de Comunicación Política Aplicada y autor de varios libros sobre el tema.
Diagnostica: “Es el primer proceso electoral en la historia de México en el cual el papel de la fake news o la desinformación digital ha sido protagonista en todos los sentidos; no solamente en el terreno digital, sino que se ha colocado en el terreno de los medios de comunicación tradicionales, la prensa, la radio, la televisión e inclusive los mismos candidatos y candidatas han salido a desmentir mucha de la de la desinformación o de las fake. Los mismos gobiernos, instituciones, organizaciones no gubernamentales han hecho una gran cruzada respecto al tema de la desinformación”.
Le preguntamos si el gran perdedor de este proceso fue la verdad y responde: “¡No! Porque a ver si hablamos de la verdad en este proceso electoral, tendríamos que cuestionarnos qué es la Verdad y es un tema muy complicado. Actualmente, estamos viviendo un proceso de postverdad o postmentira como yo lo llamo y estoy trabajando en una nueva investigación; lo que está en crisis, no solamente es la verdad sino también la mentira. La mentira ha cobrado dimensiones que antes no tenía, la mentira antes era una cuestión vista peyorativa, negativa y ahora inclusive es utilizada de una forma positiva. Ha habido un cambio del rol con la verdad; antes la verdad era algo visto como algo bueno y ahora la verdad está siendo vista como algo negativo. La era digital y la era tecnológica nos han llevado a que hoy en día la gente diga ‘bueno, sí, me miente, pero no me importa porque esa mentira llena un vacío’ o todo lo contrario ‘yo sé que me miente y por eso lo detesto’ o ‘yo sé que me dice la verdad y por eso lo detesto’. Eso ha llevado a que justamente haya un doble cuestionamiento acerca de la verdad y de la mentira, en todos los terrenos y no es nativo de este proceso electoral”.
Refiere: “Venimos arrastrando desde hace como unos 20 o 30 años el tema de la verdad y de la mentira. ¿El tema de la verdad en qué sentido?, ¿Construida desde qué?, ¿Desde el poder?, ¿Desde los medios de comunicación?, ¿Desde las instituciones? o la mentira construida a partir también de los medios de comunicación, el gobierno y las instituciones. Estamos entrando en un terreno en el cual el sistema democrático liberal que conocíamos ha entrado en crisis, por lo tanto, la verdad y la mentira, que se construyeron a partir de este sistema, están entrando también en una crisis que está derivando en los problemas de la postmodernidad que tanto ha hablado Foucault, Lipovetsky y todos los grandes especialistas de la era moderna y postmoderna”.
Esto se transfiere a los procesos electorales: “Llevo un recuento que he publicado en mis distintas redes sociales, TODOS, las candidatas y el candidato han expresado su preocupación en el tema de fake news, pero todos ellos también las han utilizado para hacer proselitismo, una mentira cuando no te conviene es mentira, pero cuando te conviene es verdad. La han utilizado a su conveniencia y ahí está el problema porque los medios de comunicación tradicionales han entrado también en crisis, no invierten en unidades de verificación para poder manifestar abiertamente que tal candidato o tal candidata está mintiendo y también las instituciones tanto educativas como gubernamentales y las ONG se han visto rebasadas por los discursos que actualmente se están dando en diferentes índoles políticos. Hoy en día, es muy común que los políticos desacreditan a todas las instituciones, sea del partido que sea, no estoy diciendo si sea de izquierda o derecha, todos han denostado a las instituciones, incluyendo también a los medios de comunicación y hay consecuencias en el ámbito social porque en lo social la gente deja de creer en ellos, empieza a haber un resquebrajamiento, ahí están, claramente, las consecuencias”.
“En mi último libro (Fake News, El Enemigo Silencioso) hago un recuento, una historiografía de la mentira, porque los políticos siempre se han beneficiado de la mentira. De hecho, no puede existir la política sin la mentira y no lo digo yo, lo han dicho todos los grandes filósofos de la política a lo largo de la historia de la de la teoría política. La política no existe sin la comunicación y sin la mentira; la comunicación no existe tampoco sin la política y la mentira. Entonces ahí tenemos un gran problema”.
Refiere: “Desde la elección del 2000, ya había elementos que son vinculantes a la desinformación, no propiamente a las fake news pero sí a la desinformación y con la llegada (masiva) de Internet esto empieza a cambiar. El detonante más importante de la desinformación digital, propiamente, es Internet; las fake news son nativas de Internet, no fueron hechas para los medios de comunicación tradicionales, la prensa, la televisión”.
Expone que el uso del Internet se ha multiplicado al grado que en 2012 solo mitad del padrón electoral tenía acceso a Internet mientas que en 2024 supera los dos tercios. En el 2012 le dedicamos a la navegación de Internet aproximadamente una hora con 50 minutos para este 2024 ya son 8 horas con 20 minutos. En 2012 el medio predominante era la televisión con 8 horas con 1 minutos para el 2018; en 2024 son 2 horas con 40 minutos. Explica: “La llegada de Internet permite que cualquier persona se pueda expresar en el espacio público digital, en la televisión, la radio y la prensa, no es así, para poder expresar en estos medios de comunicación tienes que estudiar una carrera, entender la dinámica de los medios de comunicación, etcétera, etcétera y hay una serie de filtros que impiden que cualquier persona se puede expresar pública y abiertamente en los en los medios de comunicación. Esto dentro del argot de la comunicación se llama mediación, los medios tradicionales (que además están regulados) generan una suerte de filtrado informativo, una revisión, curaduría, una suerte de análisis de la información antes de llegar a la sociedad”.
Añade: “En el 2018 hubo una iniciativa mediática y ciudadana que se llamó Verificado 2018 que buscaba precisamente frenar el impacto de las fake news porque ya habían ocurrido en otras partes del mundo, escenarios donde la información se había utilizado o se utilizaba para manipular a la opinión pública y cambiar los resultados de la de la elección. Aquí, en el 2018, las fake news no tuvieron tanto impacto porque esta iniciativa desalentó a lo que yo he llamado como especialistas en este tema la industria de la desinformación. La industria de la desinformación, cuando se percata de que hay un frente cívico que le está poniendo resistencia, ya la piensa dos veces en invertir en la generación de desinformación; dijeron, «bueno ya no le dedico tanto tiempo, dinero y recursos humanos para generarla». En el proceso electoral 2024, no hubo una iniciativa mediática, ni ciudadana, ni de organizaciones no gubernamentales para frenar la desinformación. Eso genera el caldo de cultivo idóneo para la industria de la desinformación”.
“Hay una investigación de la Universidad de Harvard en el 2021, donde hace una revisión de 10 años de tweets, fueron aproximadamente 100 millones de tweets. Llega a la conclusión que los tweets que tenían o difundían información falsa, principalmente de tipo de fake news, se propagaban 26 veces más rápido que los tweets que contenían información verificada y certera, elaborada por los medios de comunicación. Eso generó que muchos cuartos de guerra en el mundo dijeran ‘…si hay más eficacia en la generación de fake news, entonces, mejor voy a contratar a la industria de la desinformación para propagar mentiras que apostarle a contratar a los medios de comunicación tradicionales, porque su información se propaga menos y por lo tanto resulta inclusive más cara’”.
“Este 2024 ha sido la elección en México con más presencia de fake news, primero porque existieron las condiciones idóneas para que se propagaran más porque hay una mayor conectividad a Internet; Dos, porque la televisión ya no es el medio predominante; Tres, no existe una iniciativa ciudadana mediática para frenar la desinformación; Cuatro, se han percatado, los diferentes cuartos de guerra o los estrategas, que es mucho más rentable construir fake news, que recurrir a los medios de comunicación para propagar información que les beneficie o perjudique a sus adversarios; Quinto, no hay una regulación en nuestro país que se haya especializado en el tema político electoral y por supuesto en el tema de las fake news”.
“Vivimos un proceso electoral atípico en cuanto al abuso del uso de este recurso de la fake news o de la mentira profesionalizante digital. ¿Por qué no han sido tan impactantes o han cambiado los resultados de las elecciones en México? Por varios factores: uno, es que todavía la conectividad en nuestro país no llega al 100% como en otras partes del mundo donde se han utilizado y han tenido resultados; Dos, nuestra industria de la desinformación, a diferencia de otras partes del mundo, está en pañales, realmente no son personas que traen toda una trayectoria, inclusive han estudiado el fenómeno y lo han hecho de una forma magistral en todos los sentidos para que realmente dé impacto; Tres, el esfuerzo del partido en el gobierno ha sido infrahumano para desmentir y evitar la propagación de fake news que atenten en contra de poder que actualmente ostenta. Esos elementos no han sido el caldo de cultivo para que las fake news, aunque ha sido la elección con más (fake news) en la historia de nuestro país, tengan el impacto que sí han tenido en otras partes del mundo, como el caso de Argentina, la elección del año pasado; como el caso de Brasil hace dos años; de Colombia también, hace dos años; en Chile, etcétera. ¿Cuánto durará esto? Eso sí no lo sé, puede ser que para la siguiente elección o intermedia o presidencial tengamos un escenario en el cual las fake news puedan imponer al candidato o candidata del partido que contrate la industria de la desinformación que sea eficaz en su discurso”, concluye.