RECORTES PRESUPUESTALES Y DESASTRES
- VERSO CONVERSO
- Ing. Carlos Miguel Valdes Gonzalez
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En el tema de la Gestión del Riesgo de Desastres, es bien conocido que la inversión en la parte de la prevención, y nos puede ahorrar entre 8 y 15 veces lo que pagaríamos por un desastre. Por ejemplo, el puente de 100 metros de longitud en Coyuca de Benítez, Guerrero, que cruza el río con el mismo nombre, cada año era afectado por las tormentas y ciclones tropicales que se acercaban a esa zona en Guerrero, el puente era reconstruido de la misma forma e igualmente dañado o destruido cada año. Hasta después del paso de la Tormenta Tropical Manuel en el 2013, se decidió hacer un puente más largo, más alto y mejor cimentado, que costaría más que los puentes anteriores y soportaría mejor las crecidas anuales del río, sin dañarse. Esto obedece también a la filosofía propuesta por Japón “build back better”, reconstruir mejor, para prevenir desastres.
Recientemente, con las propuestas de recortes al Gobierno Federal, que el presidente Trump ha iniciado, han afectado a un sinnúmero de agencias en los Estados Unidos. Esto ha promovido la inconformidad de muchas personas, por ejemplo, la presidenta saliente y la entrante de la Sociedad Sismológica de América (SSA), Dr. Heather DeShon y Dra. Susan Bilek, respectivamente, se han expresado fuertemente en contra de los recortes de personal que trabaja en el USGS United States Geological Survey (Agencia Geológica de los E. U.), que mantienen, recolectan y procesan datos de estaciones sísmicas, entre muchas otras labores importantes. Lo que parece un capricho, para ahorrarle dinero al gobierno federal de Estados Unidos, saldrá mucho más caro en el futuro. Esto surge de la iniciativa del programa “DOGE Department of Government Efficency” Departamento para Eficientar al Gobierno, quien ha decidido terminar con miles de trabajadores que se encontraban en calidad probatoria por un año, para decidir si se contrataban de forma definitiva luego de ese plazo. El número de estas personas es de 200,000 de un total de 2.4 millones de trabajadores del gobierno federal que han sido transferidos a nuevas posiciones laborales.
En el caso de Estados Unidos, las redes de monitoreo sísmico están administradas por el USGS y por Instituciones de Educación Superior como el California Institute of Technology (Caltech), la Universidad del Estado de Washington y del Estado de Oregon, y muchas más. Esta labor conjunta, en la parte del Pacífico Norte de E. U., permite: monitorear el movimiento del suelo, para entender el riesgo que representan los sismos y los volcanes, su impacto en el medio ambiente, en la economía, en la política y en la sociedad; también proporcionan información precisa sobre sismos y volcanes, a gobernantes, al público y para la educación; promueven las medidas de mayor costo-beneficio para reducir los efectos dañinos de los sismos y los volcanes en las comunidades y en la región; finalmente, hasta hace un año, tenían instaladas 544 estaciones sísmicas de reciente implementación, para un sistema de alerta sísmica temprana para la región, con base a la experiencia de México en ese tema. Como podemos ver, es indispensable que estos equipos sigan funcionando, que su información sea evaluada y valorada por el personal especializado, para transformar el conocimiento para la toma de decisiones por parte de las autoridades, tomadores de decisiones y para el público en general.
La forma en que el proceso de terminación del empleo se ha llevado, ha provocado grandes molestias, pues muchos han recibido notificación de terminación, indicándoles que ese mismo día están ya despedidos, dejando las cosas sin que alguien pueda hacerse cargo de continuarlas o de valorar lo que se estaba realizando. El caso de un investigador trabajando en un proyecto de especies invasivas, de gran impacto económico, comentó que al recibir la notificación, quería compartir sus programas e investigaciones con otras personas trabajando en el mismo problema, para que no se perdiera la información que él ya tenía.
En el caso de México, la Universidad Nacional Autónoma de México está a cargo del Servicio Sismológico Nacional (SSN), que depende del Instituto de Geofísica (IG), además existe una Red de Movimientos Fuertes, a cargo del Instituto de Ingeniería. El SSN quedó adscrito a la UNAM en 1929 y en 1948 el Instituto de Geofísica se hizo cargo del él. Con más de 100 estaciones por todo el país, que transmiten su información en tiempo real hacia el IG, se procesan y evalúan los sismos de México. Tan sólo en el 2024, el SSN detectó 33,396 sismos en territorio nacional, en promedio 91 por día. Otras Instituciones de Educación Superior en México, administran y operan redes sísmicas, como La Universidad Autónoma Metropolitana, la UNICACH en Chiapas, La Universidad de Colima y la de Guadalajara, y también instituciones como el Centro de Instrumentación Sísmica, A. C. (CIRES), que opera el Sistema de Alerta Sísmica y otras empresas privadas como SkyAlert, que también proporcionan alertamiento sísmico, pero sin duda, todas apoyadas de diversas formas con poco o mucho, con recursos del Gobierno Federal. Los recursos son limitados, y entendemos claramente el enunciado de «primero los pobres», pero si no invertimos en el conocimiento de los peligros de origen geológico, hidrometeorológico y los antrópicos, todos padeceremos su efecto y probablemente más las personas de menores recursos, al ser más vulnerables.
¿Qué tal si le dejamos a la Tierra que decida? Que por cada sismo que ocurra en el país, y que sea detectado y procesado, se otorgue un presupuesto de acuerdo con la magnitud de evento sísmico. Pagando un Peso por los sismos de magnitud entre 1 y 2, 10 pesos por los de 2.1 a 3, y así sucesivamente como se muestra en la Tabla adjunta. Lo que generaría un presupuesto por los sismos del año 2024, que ascendería a $50 millones, nada mal. Pero algo más razonable sería: ¿Debemos ser más eficientes? Por supuesto, esa es una buena forma de proceder, para sacarle más provecho a los recursos. Como investigadores de Ciencias de la Tierra, sugiero que seamos más eficientes en extraer información útil de los sismos que ocurren en nuestro país, ya que no es extraño que tardemos meses o años en llevar análisis que puedan ser aprovechados y aplicados a mitigar el impacto de los sismos. Alguien dijo que la memoria no es sólo para recordar el pasado, sino para extraerle lecciones al pasado para estructurar y prevenir el futuro.
Ser eficientes, también es una forma de prevenir.
Carlos Miguel Valdés González