Revista Personae

LA DANZA AMOROSA Y LA MAGIA DE LA ASCENSIÓN

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En el ritual de intimidad sexual es importante que sepas que el erotismo en la mujer empieza por los besos, las caricias y los besos en el pecho y en los pezones; el hombre, por su parte, empieza por el pene y los testículos, sin embargo, debe comprender que eyacular no es tener un orgasmo, que, como hombre puede y tiene también orgasmos múltiples. El ritual sexual verdaderamente íntimo y profundo, se lleva durante un par de horas y si culmina con éxito se produce la magia en la que hay un destello de luminosidad que transporta a los amantes a dimensiones de frecuencia más elevadas que agudizan los sentidos sensoriales y los conectan a los sentidos internos. Transporta a los amantes a una dimensión de consciencia diferente que los desconecta de lo cotidiano.

Por otro lado, comprender que el orgasmo es la pérdida de control del “yo” implica que el hombre (masculino) ha de conocer el orgasmo sin eyacular y que, para elevar su energía sexual, también tiene que abrir su pecho para practicar el amor desde el corazón. Para la mujer (femenina) implica el tener que enfrentar sus miedos y trabajar sus excesos emocionales además de conectar con su útero y la fuerza de su inconsciente que equilibre su voluntad.

Para vivir la sexualidad desde la magia y ascender por el misterio de la energía sexual hay trascender mitos y creencias sobre el sexo y la sexualidad, pero lo primero es ubicar las interferencias que éstas ejercen sobre tu sexualidad. Por ejemplo, los dogmas, los misterios encubiertos, las creencias extrañas, las imposiciones, etc… que mucho de ello provienen de las religiones y el control sacerdotal que obstruyen el que puedas vivir una sexualidad sin culpa, en éxtasis y en expansión de consciencia que te brinde pasión, amor y creatividad en tu vida.

 

La danza amorosa y la magia de la ascensión

 

Hay que comprender profundamente que la sexualidad es una condición humana, una expresión del amor y una manifestación de todo deseo humano como cualidades fundamentales. Cuando tenemos tantas creencias sobre el bien y el mal del sexo, cuando no ubicamos las interferencias religiosas, familiares y sociales que nos bloquean, cuando no comprendemos las variables que nos esclavizan a experimentar un sexo limitado, entre otros aspectos, vivimos nuestra sexualidad más desde el deseo, la obsesión y la necesidad que desde la consciencia, el amor y la creatividad.

Y entiende que el amor no es codependencia ni un momento de pasión como tampoco un romance de corazoncitos rojos y un 14 de febrero. El amor es una elevada frecuencia de vibración, es un estado interno que se va desarrollando a medida que trasciendes tus conflictos y traumas sexuales, tus creencias de limitación, tus estructuras rígidas de comportamiento y tus deseos obsesivos.

Cuando vives tu sexualidad desde el deseo, la obsesión y la necesidad, tu magia y el misterio de ascensión no se manifiestan en tu vida puesto que se contrapone un aspecto con el otro. Los hombres que viven su sexualidad manejados desde el deseo y la necesidad se pierden en el mundo de la apariencia, la posesividad, la pornografía, los celos, las fantasías obsesivas y aspectos similares porque, en el fondo, ya no saben cómo relacionarse con las mujeres ni cómo solicitar amorosamente el tener relaciones íntimas y mantener su corazón abierto. Tampoco se han puesto a trabajar sobre los fuertes lazos con “mamá” que los mantienen enganchados a ella como filamentos de energía. Y es que, en el caso de los hombres, ya no se hacen iniciaciones para la pubertad, los ancianos ya no guían a los jóvenes porque ellos mismos, junto con los hombres maduros ya no saben cómo amarse a sí mismos ni como satisfacer sus necesidades y mucho menos cómo entrar en el silencio de su soledad. A los hombres modernos no se les enseña a desarrollar una masculinidad equilibrada. (EFJ)

Por otro lado, el exceso emocional en las mujeres provoca, en muchos casos que se vuelvan chismosas, arpías y controladoras, pues les falta desarrollar voluntad femenina y aprender a disolverse y entregarse en el amor sin condicionamientos que se generan por la falta de confianza en sí mismas por no trabajar sus miedos y su soledad; también el percibirse como objetos sexuales de placer, a unas la conduce a comportamientos y actitudes de sumisión, manipulación y condicionando el sexo y a otras, a convertirse en pseudo machos competitivos, dominantes y voluntariosos. Tampoco se ha enseñado a las mujeres modernas a desarrollar una feminidad equilibrada.

Sucede entonces, que al no trascender las limitaciones individuales y la impuestas por el medio externo, en lo referente a la sexualidad, la magia de la ascensión del misterio de la energía sexual se ve obstruida, ya que el hombre desconfía de la mujer y la mujer desconfía del hombre. Sólo cuando el hombre se siente arraigado en tierra firme y equilibra su masculinidad, puede, de verdad ayudar a la mujer a arraigarse a tierra firme y con ello, ella pueda manifestar su verdadera feminidad equilibrada. Sin embargo, el trabajo debe ser mutuo porque tanto el miedo a la entrega y la hipersensibilidad en las mujeres como el corazón blindado y la agresividad en los hombres impide la aceptación del/a otro/a.

  • Como te podrás dar cuenta, existe lo luminoso y lo oscuro en la sexualidad. La forma en la que se refleja la sombra sexual tanto en los hombres como en las mujeres cuando tienen intimidad, va cargada de vergüenza, aflicción, rabia, culpa y tristeza. Es necesario que aprendamos a liberar los miedos pendientes y a mantener el corazón abierto en equilibrio y armonía para poder participar abiertamente en el flujo de energía sexual de “dar y recibir”. Sin embargo, esto debe hacerse internamente con uno/a mismo/a primero (equilibrar lo masculino poderoso y lo femenino sabio) para que pueda, posteriormente, verse reflejado en nuestra pareja.

Vivir la sexualidad en la magia del misterio de ascensión, implica que la relación sexual debe llevarse a cabo con una mujer y/o con un hombre que tenga el corazón abierto y que haya sido elegido internamente puesto que, si te relacionas con una persona de corazón cerrado, no alcanzarás a tener las energías suficientes para atravesar la barrera del éxtasis. De esta forma, es necesaria, para una relación satisfactoria, la gratitud primero, hacia ti mismo/a, luego hacia el universo y, por último, hacia tu pareja.

 

“El placer no es algo que viene de fuera, sino algo que te permites dentro”

 

Para que puedas vivir la magia de la sexualidad en su dimensión de creatividad, amor, libertad y éxtasis, primero, has de permitir que tu conciencia se abra a los miedos de tu sexualidad y a las emociones que la acompañan y te habrás permitido que cualquier sentimiento que haya surgido o surja, se pueda manifestar en tu cuerpo, aunque esté mal aspectado para que puedas ir reconociendo tu sombra sexual y trabajes ello. Es necesario que te puedas apoyar en tu verdad e integridad, pero hace falta valentía porque nuestra sociedad no fomenta el afrontar cualquier miedo a la sexualidad.

 

La danza amorosa y la magia de la ascensión

 

Reconoce como usas tu sexo en la vida diaria

Comprende que la pasión es la variable que se convierte en el combustible del amor, es el fuego que activa lo oscuro y lo luminoso. El verdadero amor tiene la capacidad de barrer con los obstáculos del camino. Las relaciones de pareja en la actualidad no duran porque desde hace cientos de años se ha olvidado que la mutua voluntad dirigida hacia el crecimiento espiritual, especialmente si es alimentada por la pasión, puede transformarse en éxtasis divino. (Es Fiel). Tanto el hombre como la mujer son las cargas de energía opuestas de La Energía Dios Consciencia Universal.

Así, la magia sexual produce un misterioso ascenso de energía cuando lo masculino mantiene su voluntad enfocada y su dinamismo da forma a las potencialidades a través de su acción eléctrica; y lo femenino por su parte, es receptivo, sirve de apoyo con su energía magnética accionando como la fuente generadora cuya energía estabilizadora y nutricia a través del sentimiento, permite que todos los potenciales sean moldeados por la energía de acción de lo masculino y se materialicen en lo físico. Cuando esto sucede, hombre y mujer se completan y eso da origen a la evolución creativa de la sexualidad mágica. Se trata de la fusión y unificación de las energías para no vivir el antagonismo rutinario que compite y separa drenando las energías que nos mantienen en el deseo, la obsesión, la destrucción mutua esclavizados y dependientes.

El romance y la magia de la sexualidad se mantienen y evolucionan en nuestro interior, amar y compartir tu sexualidad con tu compañero/a no implica traicionar tu libertad interna. Si tú anhelas el amor y no te amas ni te aceptas totalmente a ti mismo/a, los miedos de tu sombra sexual y tu personalidad débil obstruyen en ti la energía del amor. Tus relaciones serán falsas ilusiones “sostenidas” por contratos, dependencias, adicciones, etc, y eso para nada es amor ni sexualidad mágica.

Debemos, entonces, trabajar con nuestra sombra sexual porque de todas las relaciones que podamos tener, la más bella y la que más dificultades conlleva, es la del vínculo entre hombre y mujer.

Es importante que comprendas, de fondo, que los matrimonios y las relaciones de “unión libre” no se rompen por incompatibilidades, odio, maltrato psicológico ni por un tercero en discordia (estas variables se dan, por lo general, mucho después). La gente se divorcia o se separa porque la relación no crea las condiciones adecuadas para que cada uno de los miembros de la pareja evolucione dignamente. Al culpar a tu compañero/a de las situaciones manifiesta un alto grado de inmadurez que solo produce dolor y enfrentamientos (EMJ).

No hay crisis emocionales o mentales sin problemas de pareja. Las disfunciones sexuales son la enfermedad en la actualidad. Vivir el amor, la creatividad, el éxtasis y la magia de la sexualidad se vuelve imposible si no hay actitudes de fusión sexual, si no hay igualdad real entre lo masculino y lo femenino, si no existe la adoración de uno hacia el otro, si no hay confianza y respeto mutuo, si no existe una cierta inocencia compartida y sin estar realmente unidos.

 

Psic. Jaquelin Machado G.

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SALUD

Núm. 304 – Marzo 2025