Revista Personae

LIBERAR

COMPARTIR

Facebook
Twitter

Liberar, Psicoterapeuta Raquel Estrada

 

Con gratitud hay que liberar el pasado y darle la bienvenida al futuro, sin cargas emocionales y con un corazón abierto a las oportunidades. Ciertamente, hay que preparar la maleta de las emociones con amor para generar que todo lo bueno produzca energía de abundancia en todos los sentidos. Quien decide liberarse no solo del pasado, sino también de relaciones tóxicas, deudas, malos hábitos, opiniones ajenas y todo aquello que encadena psicológicamente estará dando un giro impresionante en su propia realidad, disfrutando el presente, con la seguridad que merece sentirse en un estado de liberación total.

En consecuencia, avanzar con la vida requiere de cambios y muchas veces los cambios originan miedo o incertidumbre. Sin embargo, hay que continuar, aunque se tenga temor para evitar quedarse en la zona de confort, donde nada crece y solo el pasado permanece, sin la posibilidad de vivir nuevas opciones enriquecedoras para un crecimiento personal. Al analizar cómo se está viviendo, es una reflexión muy importante que permite seleccionar la luz o la obscuridad. La fuerza o quedarse atado a situaciones pasadas, lo que no concede evolucionar y continuar en el proceso de cambio.

Liberarse no representa perder el pasado, todo lo contrario, es abrazar el presente y dar la bienvenida al futuro. Comprendiendo que se debe dejar ir lo que no se necesita y centrarse en buscar nuevas opciones con disposición y entusiasmo. Cada vivencia es la encargada de formar la personalidad del individuo y fortalecer con herramientas emocionales para poder enfrentar condiciones que muchas veces no son favorables.

Asimismo, los “fantasmas” del pasado, de causas no resueltas, cobran vida en cuanto los traemos al presente, y solo los pensamientos positivos pueden evitar que en esa confusión se repita la misma historia. Tener esa construcción mental, aún en los momentos complicados, es el mejor antídoto para sanar tanto el cuerpo como el alma. Cuando no se logra cambiar el chip mental, es como si el cerebro estuviera anestesiado en un sueño profundo, pero la razón es la encargada de recordar la letra de la canción: “Ya lo pasado no me interesa (el ayer). Si antes sufrí y lloré todo quedó en el ayer. Ya olvidé …Ya todo he olvidado, todo el pasado. Ya le dije adiós (ya olvidé)”.

 

Liberar, Psicoterapeuta Raquel Estrada

 

Bendición del Pasado     

Bendecimos el pasado y la persona que fuimos, ya que, con el paso del tiempo, hemos cambiado. Damos gracias por todo lo que aprendimos, las experiencias que nos han formado son el resultado de nuestra conducta. Los individuos que hemos conocido, muchos continúan, otros solo estuvieron en un ciclo de vida, y los gratos recuerdos se han convertido en un tesoro. Son la creación consciente de cada etapa y significan estos momentos como los más simbólicos de la historia personal. Con la mente en el presente, pero correspondiendo al pasado que nos ha permitido disfrutar cada etapa de nuestra existencia. Cuando se bendice el pasado, alejamos los malos recuerdos y la mente se vuelve selectiva al evocar solo lo bueno, por lo que agradeciendo esas remembranzas y adaptándolas de forma positiva es cuando podemos empezar a disfrutar del presente.

Al dar gracias por cada momento que nos dejó el pasado, la conciencia de prosperidad crece. Es cuando se empieza a reconocer la abundancia en todos sus aspectos:  en la belleza de la naturaleza, en las palabras positivas, en reparar en el amor de la familia entre las mayores bendiciones y por la oportunidad de realizar un trabajo significativo. Evocar el pasado es un acto de reconocimiento por lo vivido y una puerta de alegría que se abre en cada una de las facetas de nuestra vida.

 

Liberar, Psicoterapeuta Raquel Estrada

 

Cada día es un nuevo amanecer de liberación, hay que reparar en las cosas sencillas pero profundas, como una puesta de sol. También hay que mirar más el cielo y descubrir la perfección del universo. Es decir, hay que desconectarse de lo material que pierde a las personas en un mundo superficial carente de libertad y para ello, hay que dejar las cosas banales como las redes sociales y el celular y conectar más con nuestros seres queridos. Renunciar a ser parte de un sistema alineado y aprender a vivir con autonomía.

Hay que conectar la mente, cuerpo y espíritu a una liberación interior enfrentando nuestra historia para poder sanar las heridas del pasado e ir superando los miedos en el momento que se confrontan. Hay que enamorarse de la existencia y valorar lo que se tiene, sin vivir de apegos y quedarse en el presente sabiendo que solo es un momento y decidir estar en armonía con todo lo que nos rodea desde el amor. Esta sensación de abundancia y prosperidad que desbloqueamos nos otorga una importante conexión espiritual con mi “yo interno”, al expresar un sentimiento tan noble que enriquece todo y cada uno de los capítulos de esta hermosa película llamada vida. Por lo tanto, liberar es un acto de sanación y merecimiento.

 

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

SALUD

Núm. 304 – Marzo 2025