Revista Personae

FRANCISCO CRUZ JIMÉNEZ

Inmerso en el libro reportaje

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Los libros de no ficción siguen creciendo en popularidad puesto que permiten abordar con mayor profundidad diversos casos, sobre todo ahora que los espacios del periodismo del día a día se compactan, un autor destacado en este rubro es el periodista Francisco Cruz Jiménez con quien pudimos charlar.

Cuenta con una amplia experiencia, de muy joven fue reportero de El Noticiero de Toluca y El Heraldo de Toluca; en Notimex fungió como subdirector de edición y redacción; y para Reforma se desempeñó como gerente de información política; fue director de contenidos del portal de Internet para El Universal; en Diario Monitor fue coordinador general de información. También trabajó como editor general del periódico El Centro.

 

Francisco Cruz Jiménez

 

Es autor de 13 libros, entre los que podemos mencionar El Cártel de Juárez, Negocios de familia, Los juniors al poder, La guerra que nos ocultan, Tierra narca,  AMLO. Mitos, mentiras y secretos, y García Luna, el señor de la muerte. Muchos de ellos se centran en el crecimiento de la delincuencia y sus relaciones con el poder.

 

García Luna, el señor de la muerte es un libro donde aborda los orígenes de este polémico personaje, remitiéndonos a su pasado en la colonia Romero Rubio donde era apodado El Maldito. El periodista vivió también en dicha demarcación y tenían conocidos en común, el exfuncionario vivía a dos minutos de casa de nuestro entrevistado, incluso el padre del escritor, que fue policía, metió a la cárcel a algunos amigos de García Luna. “Descubrí que era un fantasma, lo conocieron a partir de 2004-2005, aunque su relación con el crimen organizado comenzó a finales de los 80, principios de los 90. Desde niño fue un criminal, desde que su familia llegó a vivir a la misma calle donde aún vive su hermana. Llegó a vivir a una calle que le decían la canasta, porque ahí se reunían los agentes del antiguo servicio secreto, y ahí repartían los botines: ellos lo crecieron, lo formaron”.

 

“Lo empecé a conocer, no a través de los libros, sino que fui a hacer un recorrido hacia su niñez, la huida de sus papás de Michoacán, y de cómo se fue formando a través del sistema”, afirma.

 

Le comentó que eligió un rival muy duro en García Luna, acota: “Mira, es como todos mis personajes, no es un rival, es un personaje público que se corrompió, que corrompió este país que lo llevo por caminos de una violencia que no se había vivido nunca y por un camino para hacer de este país un imperio del narcotráfico. Cuando escribo, no veo a mis personajes como rivales, sino como personajes que deben rendir cuentas a quienes habitamos este país”.

 

“A mí me ha ido mal con muchos gobiernos por hablar mal del presidente: Peña me trató muy mal, Calderón me trató muy mal. Cuando uno escribe libros como los que escribo yo, debe entender que puede haber consecuencias y uno debe asumirlas, la cuestión es, o nos quedamos como estamos o seguimos para adelante, y debemos criticar. Nuestro trabajo como periodistas, en parte, es eso, investigar, criticar, informar y si algo nos va a pasar, tenemos que estar conscientes que puede suceder, lo peor que nos puede pasar es que tengamos miedo”.

Sin embargo acota: “Siempre tengo miedo, soy hijo de un policía y de un policía que estuvo en puestos de mando”. Al preguntarle sí ha sido víctima de agresiones, comenta: “¡Muchas! A veces lo he denunciado, recientemente no. No me victimizo, sigo trabajando”.

 

Francisco Cruz Jiménez

 

Sobre el poder de García Luna, afirma: “El entendió cómo funcionan los políticos de nuestro país, cómo ser más poderoso que ellos”, y al abordar la relación con el expresidente Calderón, agrega, “yo sostengo en mi libro que García Luna lo hizo presidente. Cuando Felipe Calderón fue candidato presidencial, puso a la AFI al servicio de Felipe y de Margarita, que hizo todo el trabajo de inteligencia y filtró todos los movimientos de López Obrador. La AFI le dio posesión porque aquel primero de diciembre, cuando Felipe tomó posesión, por primera vez la Marina delegó el mando a un civil: mil 800 elementos elite al mando de García Luna”.

 

Surge la inquietud de sí ser hijo de un mando policiaco ha afectado el trabajo de Francisco Cruz: “No mira, yo soy el primero… cuando me ha tocado hablar de mi papá, hablo. Estoy convencido de que para criticar algo, primero hay que limpiar la casa, y si tengo que hablar lo que era mi papá, hablo. Fue un gran padre para mí. No sólo me dio la vida, recuerdo a mí papá cuando me sentaba en sus piernas a comer; lo quiero como mi papá, y como personaje público, también lo critico. Era un personaje de extrema derecha, así que tengo que asumirlo. Si quiero criticar a los demás, si los voy a investigar, tengo que empezar por mi casa”.

 

Afirma que esto no genera conflictos en las reuniones familiares: “Como yo no tengo contacto más que con algunos de mis hermanos. No tiene que haber conflicto. Cada uno hace su vida, cada uno hace sus cosas. Mis hermanos saben que en algún momento yo decidí hacer esto, lo respetan y no nos vemos mucho, pero cuando nos vemos, no hablamos de… lo que menos hablamos es del trabajo de cada uno”.

 

Una duda lógica es ¿Cómo el hijo de un policía decide ser periodista?, la respuesta: “¡No lo sé! Te voy a contar una anécdota, el único pleito grande que tuve con mi papá, ¡el único!, fue cuando me preguntó qué iba a hacer con mi vida y le contesté: ‘Yo quiero ser periodista’ y nos dimos un agarrón de antaño. Recuerdo mucho que me dijo ‘todos los periodistas son corruptos’, yo después descubrí que tenía razón… (Justo cuando estoy a punto de refutarlo, acota) Pero no tenía razón. Sí, también hay generaciones de periodistas limpios. ¿Cómo me nació? No lo sé, cuando era niño… Te acuerdas que había en la televisión algunos noticieros como el Nescafé y cositas por el estilo, pues yo quería ser como esos; cuando crecí descubrí que no me gustaba la televisión, así que me dediqué a la prensa escrita y a viajar. No tengo una idea de porqué soy periodista o porqué escribo libros, es sólo que me nace y me gusta ser un periodista muy crítico”.

 

Actualmente centra su labor profesional en investigaciones destinadas a ser publicadas en libros: “Mi primer libro salió en 2008 y cuando yo decidí que iba a escribir libros, me planteé así: si voy a hacer lo mismo que hacen todos, mejor no hago nada. Así que voy a decir lo que yo sé y lo que yo investigo y eso hago, no dejo nada para mí, todo lo público en mis libros”.

 

Cuando le pregunto si hay menos censura en los libros, aclara: “Pues mira yo nunca he tenido censura, yo escribo lo que quiero escribir. La libertad de prensa, la libertad de expresión, la tienes que ejercer. Yo nunca me quejo por eso, lo que tengo, lo hago, si me reprimen que me repriman, vuelvo a publicar”.

 

Esto le permite profundizar más en el tema: “Mis libros son mínimo de 300 páginas, así que lo que puedo decir en tres o cuatro cuartillas, acá lo digo en trescientas”.

 

Francisco Cruz Jiménez

 

Sin embargo, paradójicamente, está de moda la comunicación en 140 caracteres, Francisco Cruz, comenta: “Yo trabajé en agencias de noticias donde antes los encabezados eran así, no tengo ningún problema, pero no soy amante de Twitter, tengo una cuenta pero no la uso, no uso las redes sociales aunque las tengo, estoy en todas y publico, me parece que se puede hacer comunicación, no periodismo”.

 

“El Twitter es un negocio. Yo conozco a periodistas famosos que cobran trescientos mil, cuatrocientos mil pesos por un twitter, es un negocio, no son periodistas, son negociantes. Yo, en lo personal, no le entro, publico cuando alguien publica sobre mí, que es muy seguido, y lo subo y todo eso, pero no soy partidario del Twitter para hacer periodismo”.

 

Cuando le solicitamos que se describa, externa: “Soy yo mismo, el mismo periodista que salió de su pueblo en 1981. Soy una persona mayor, salí jovencito, con muchos sueños y sigo teniendo los mismos, estoy preparando dos libros, y sigo trabajando”. Entonces, pregunto si se han cumplido aquellos sueños y con un gesto de satisfacción, nos dice: “Yo los he cumplido, tengo cosas que hacer todavía, tengo hijos”.

 

Retornando a los libros periodísticos pregunto si son negocio y afirma: “Yo vivo de eso, no hago nada más, vivo de escribir y como muy bien, y estoy viviendo muy bien”.

 

Para concluir deja un consejo a las nuevas generaciones: “Que estudien, lean y salgan a la calle”.

 

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024