LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN

¿Cuántas veces caemos en conflictos por no saber comunicarnos o expresar exactamente lo que queremos decir?

Se dice que cuando abres la boca debe de ser para decir algo inteligente, que aporte, que sume.  En cambio muchas de las malas experiencias dentro de una comunicación no efectiva, se debe a que en momentos de enojo, de confusión, dolor, etc., decimos cosas que tal vez no queríamos decir, sin embargo, las decimos.

“Siempre hay tiempo para soltar las palabras, pero no para retirarlas.” (Baltasar Gracián)

Debemos aprender a tener una buena comunicación ya sea verbal o no, aún en una situación difícil, los estados de ánimo son lo primero que nos impide tener un juicio claro a la hora de hacer algún comentario que puede afectar una relación de pareja, de trabajo, familiar o de amigos.

Lo primero que hay que tomar en cuenta son los hábitos de la comunicación que tenemos que aprender:

1.- Todas las acciones de atención y transacción son actos de comunicación.

2.- Transmitimos valores con cada mensaje.

3.- Nos resulta tan natural que la asumimos de manera inconsciente.

4.- Informar y convencer, dos temas distintos.

Una buena comunicación se compone de las dosis adecuadas de lenguaje verbal y no verbal, ninguno de ellos es más importante que el otro, ya que si dices una cosa y demuestras otra, estarás cayendo en una contradicción evidente, ambos se complementan y se refuerzan. Según Albert Merhabian, el Lenguaje Oral transmite un 7% de la información total que emite el ser humano, mientras que el Lenguaje Corporal o No Verbal transmite el 93% de la información.

Tu cuerpo transmite más que tus palabras, así que la forma tiene más significado para los que te ven y escuchan de lo que les dices, además de que con los mensajes del cuerpo la persona que tienes al frente puede ver si estás actuando o fingiendo, si realmente sientes lo que estás diciendo, si le tienes algún afecto particular, ya que dentro de lo que estás comunicando el 93% de tu comunicación interpersonal es no verbal y dentro de ese porcentaje el 55% lo comunica el cuerpo (visual), y el otro 38% lo comunica nuestra voz (auditiva).

“El problema más grande de la comunicación es la ilusión de que ha tenido lugar.” (George Bernard Shaw)

Dentro de la “Comunicación” existen 4 colores que son Azul, Rojo, Verde y Amarillo, es importante saber que todos somos un color y que dependiendo de eso vamos a entender mejor cómo debemos comunicarnos con los demás.

Azul/Buen día.-          Reflexivo, analítico, preciso, formal, inquisitivo.

Azul/Mal día.-             Distante, frío, suspicaz, indeciso, pesado.

Rojo/Buen día.-          Decidido, determinado, emprendedor, competitivo, exigente.

Rojo/Mal día.-             Agresivo, rígido, obstinado, intolerante, autoritario.

Verde/Buen día.-        Considerado, amistoso, persistente, paciente, estimulante.

Verde/Mal día.-          Lento, flojo, sumiso, confiado, obstinado.

Amarillo/Buen día.-    Sociable, dinámico, entusiasta, convincente, expresivo.

Amarillo/Mal día.-       Indiscreto, frenético, extravagante, desenfocado, superficial.

Personas Azules:       Son racionales, frías, precisas y analíticas.

Personas Rojas:        Son directos, decididos, a veces autoritarios.

Personas Verdes:      Empáticas, ideales, tolerantes, indecisas.

Personas Amarillas:   Sociales, entusiastas, positivas persuasivas.

A partir de esto tendríamos que empezar a conocernos y conocer a las personas con las que nos comunicamos para saber entonces cómo debemos comunicarnos con ellos. “No se trata de hacer algo diferente para cada persona, se trata de pensar en lo que mueve a cada persona, porque eso hace que las organizaciones caminen.” (Dr. Moño)

Tenemos que saber que dentro de la “Comunicación”, también existe lo sensorial y dentro de ello existen personas Visuales, Kinestésicas y Auditivas. 

Las personas Visuales piensan varias cosas al mismo tiempo y sobre las imágenes representan ideas, las mueven, las unen y las ponen en secuencia para percibir lo no verbal y lo espacial; tienen un ritmo rápido.

La personas Kinestésicas confían en sus sentimientos, sensaciones e intuiciones, sienten se involucran emocionalmente con lo que hacen, expresan sus sentimientos, confían y se motivan a participar en grupo y opinar; su ritmo es lento.

Las personas Auditivas son de pensamiento lineal, secuencial, de una idea a la vez, con un proceso más lento, profundo y completo, interpretan textos, palabras escritas, se expresan bien oralmente, siguen bien las directivas y consignas, y son de ritmo mediano.

Así que ya lo sabes, la importancia de lo que comunicas recae mucho en cómo lo digas, cómo lo expreses, de tu postura, tus gestos, tu expresión facial, tu ritmo, volumen, tono de voz, tus pausas, tus silencios, de tu respiración y lo más importante, de la claridad que tengas de decir lo que quieres decir…