GABRIELLA MORALES-CASAS
De balones a coronas
- PERIODISTA
- mayo 2024
- Patricio Cortés
- Fotografía: Cortesía de Gabriella Morales Casas
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En esta ocasión charlamos con una periodista que inició en la fuente deportiva, pero hoy es reconocida por sus coberturas en temas monárquicos, fuente que recientemente ha adquirido mayor relevancia, ella es Gabriella Morales Casas.
Siendo muy joven sabía que quería escribir en los periódicos, gustosa de leer especialmente la sección deportiva: “Me absorbió un poco la fiebre de futbol y dije ¡yo quiero estar ahí! y empecé a ir a los partidos de preparación de la Selección, fue entonces que se hizo la Copa Oro aquí, en el Estadio Azteca y se me ocurrió escribir una pequeña crónica de color, sin saber qué era una crónica de color, y la mandé a una revista que leía como aficionada que era la revista Balón, una revista que tenía 30 años de vida, era de Don Pedro Gil que había hecho también Box y lucha. Al editor le gustó, Luis Alberto Martínez me dijo que le latía mucho que hiciera ese tipo de crónicas del fútbol, me contrató, me pagó a 30 pesos la nota y me acreditó para los clubes y la selección. Lo siguiente que supe, en menos de un año, es que yo ya estaba acreditada como la periodista mujer más joven de un mundial”.
Aunque Balón la acreditó, era una niña de 15 años, la Federación Mexicana no quiso darle la acreditación, una colega le cedió la suya para poder hacer la solicitud ante la FIFA, organismo que primero se cercioró que no se tratase de una menor explotada. “Una vez con la acreditación en la mano, ya colaboré incluso para La jornada, en La afición, hice muchas colaboraciones porque causó cierta expectativa que una niña de mi edad fuera de periodista”.
“Claro que yo decía que tenía más, que tenía 17 y 18. ¡No, hombre, mentira! Yo veo las fotos hoy y digo se me ve la carita de niña. Mis papás me apoyaron mucho, fueron muy juzgados por las maestras de la escuela, por sus amistades de cómo dejaban ir a esa niña sola, cómo la dejaban ir a los estadios. A ver, mi mamá me llevaba, me recogía, me esperaba, mi papá me llevaba al periódico. No quiero decir que no hubiese yo estado expuesta, pero la verdad es que ellos apoyaron mis sueños, apoyaron mi deseo de escribir, de ser alguien, de hacer algo, siempre, hicieron lo que pudieron por cuidarme y te puedo decir que gracias a Dios, a la vida, a muchos factores, pero sobre todo a que mis papás estaban ahí, yo nunca fui acosada por un futbolista, a mí nunca me hizo daño ningún jugador, entrenador o similar y mis historias de terror posteriores, ya de 18 o 20 años fueron con comentaristas y reporteros que me trataron de acosar”, recuerda.
Su padre incluso financió el viaje al mundial para poder tener control de donde se hospedaba: “Balón me dio la acreditación, pero La afición quería hacer como una especie de acuerdo para mandarme a donde ellos consideraran mejor y mi papá se negó dijo ‘no, yo pongo el dinero’, obviamente, sí me pagaban las notas, en aquel momento se pagaban, no como ahora que todo lo quieren bajo crédito y por intercambio”.
Le toco abrir brecha de género: “Tenía muy buena relación con el resto de las periodistas amigas, muchas periodistas mujeres, que somos pioneras en el fútbol mexicano como periodistas, Inés Sainz ni existía, ni figuraba, quién sabe dónde estaba y los jugadores me conocían muy bien, el doctor Miguel Mejía Barón, que era el técnico, Jorge Campos. Mi apodo era GabyGol entonces todo el mundo conocía a GabyGol y de alguna manera me cuidaban, GabyGol por aquí, GabyGol por allá”.
“Soy de las periodistas pioneras en fútbol, en la cobertura de fútbol junto con muchas mujeres no solo de los 90 sino de antes; o sea, ya estaba Patricia Alemán; estaba Rosalinda Coronado, que hacía deporte olímpico; las hermanas Graciela y Mac Reséndiz; Irma Cuevas, en el IMER; Marcela Espinosa, en Tarjeta Roja; Rosalía Romero en ACIR; estaba Rosaura Cervantes que trabajaba en Ovaciones; Nora Herrera; Alejandra Benítez de Reforma. Éramos un grupo, te estoy hablando como de 10 o 15 mujeres, pero claro yo era la más chiquita de todas y además era fresita, vamos a decirlo así. Yo venía de una escuela privada, vengo de una de clase social media, una familia trabajadora, pero tenía ciertos privilegios y nadie me tomaba en serio, no me respetaban en el sentido de que era GabyGol, la niña y tuve mis buenas notas, te quiero decir eso que llegué a trabajar con José Ramón Fernández en Deportv, en la época dorada y a sacar entrevistas exclusivas. La primera vez que Hugo Sánchez despotrica contra Luis García, me lo dijo a mí en una entrevista que salió en Deportv y que dio tela durante 15 días para los medios”.
Se fue a estudiar al viejo continente: “Me fui a España porque quería estar cubriendo al Real Madrid, dije ‘yo quiero estar donde está la mata, donde está en la mejor liga del mundo’ y durante mucho tiempo fui corresponsal, de hecho, colaboré en la cadena SER en un programa importantísimo que se llamaba El Larguero, pero nunca pasaba de perico a perro, siempre hubo un punto en el que no se me daba más de lo que podían darme; no me dejaban crecer. Cuando regresé a México, después de terminar de estudiar en España, me recomendaron de la cadena Ser a Monitor con José Gutiérrez Vivó, luego me pusieron a cubrir toros porque venía de España y me encuentro con que llega el equipo José Ramón Fernández a la radio, a Monitor y dije ‘no puede ser posible, me salgo de la tele porque no me dejan crecer y aparece José Ramón de nuevo’”.
Al no ser contemplada para cubrir el Mundial del de Corea – Japón 2002, giró su rumbo: “Creo que el físico ayuda mucho, en ese momento teníamos también a Vanessa Huppenkothen en Televisa, venía de ser presentadora, es una mujer súper preparada y muy inteligente, que amaba los deportes, pero explotaron mucho su imagen, por ejemplo, y siendo un cerebro comercial Inés Sainz llegó, trajo su publicidad y a José Ramón no le quedó de otra que aceptarla. Pero nosotras, las demás reporteras de carrera periodística, digamos, nunca pudimos crecer en la televisión o en los medios más importantes, entonces es cuando yo digo ‘híjole pues si no me llevan al mundial, cuando soy la mejor periodista que tienen aquí’, en el sentido de soy la que tiene mejor agenda, soy la que tiene más oficio con el fútbol internacional, que además sí dominaba muy bien los temas, más allá de la agenda; o sea, venía de la silla caliente de Europa, pues dije si no me llevan a esto ahorita, nunca voy a crecer, van a pasar los siglos y los lustros y yo voy a seguir siendo una reportera desdeñada. Me mandaban a hacer béisbol, deporte olímpico, cosas que yo no dominaba, de las que no conocía nada y que era una forma de hacerme a un lado y en ese momento decidí que tenía que cambiar de aires. Así que, con el dolor de mi alma, en aquel momento colgué los botines, me cambié a la sección de Cultura que es otra de mis grandes pasiones”.
Estuvo en el semanario Día Siete, donde en el 2009 la llaman de la editorial Mundo Ejecutivo para ofrecerle una revista social que duró un año: “No duró gran cosa; pero ahí es donde tengo el primer contacto con sociales, después edito Mujer Ejecutiva otro año y luego me llaman para El Universal porque iban a lanzar un suplemento social y comienzo una trayectoria como columnista de sociales, de estilo de vida y de lujo, de donde ya no salgo”.
“Desde 2010, me he dedicado al lujo, a la sociedad y ahí empiezo a tener contacto con la cobertura monárquica o Royal, donde me toca escribir en El Universal junto con mi jefa, la boda real de William y de Catherine en el 2011, en varias revistas colaboraba hablando de monarquía, de realeza, de tiaras, de coronas, de vestidos, era parte del trabajo; sin embargo, ya que llego al pináculo de las revistas sociales, que es la revista Caras y me convierto en Editor At Large que es una suerte como editora consultora, digamos, era la segunda de abordo, yo ya tenía muchos años acreditada en Royal Communications que es la oficina de prensa del Palacio de Buckingham. En ese momento empieza el príncipe Harry -que es el nieto favorito, consentido y el miembro más popular de la familia real británica- a salir con una actriz estadounidense birracial que es Meghan Markle y ese olfato de periodista me dijo aquí se viene algo, viene una ola, viene algo en la monarquía británica y en México no existe alguien que lo tome con la seriedad de un análisis, que lo pueda abordar desde mucho más intelectual que superficial y más sociopolítico y enterado, no que el chisme Rosa y me puse estudiar”.
“Se necesita estudiar cómo funciona una monarquía constitucional, entender el marco jurídico de esta, el contexto de cada nación, porque la Gran Bretaña es una monarquía, pero hay otras 10 en Europa y también hay en Asia. En este sentido es entender el papel y despojarte de tus propias proyecciones, expresiones, de tu propia cultura y decir cómo funciona, qué es una monarquía para los británicos y hacer lo que hacemos periodistas que es preguntar, escuchar, leer e investigar. Vino la famosa boda real de Harry y Megan, mi primera transmisión real, esto fue en 2018 con eso compruebo que yo tenía razón y que la ola se venía, de mi tarea periodística en un setenta por ciento lo dedicaba al estudio de la realeza, primero como autodidacta, después empecé a tomar cursos de historia medieval, me conecté con la gente correcta, empecé a estudiar lo que hacían los periódicos en Reina Unido. Me convertí en miembro de la Asociación de Prensa Británica Extranjera, soy miembro de la Royal Historical Society, estudié incluso etiqueta británica en dos instituciones muy prestigiadas. Hoy por hoy soy una verdadera periodista enterada de todo el devenir político histórico, no solo del Reino Unido sino de Europa de Escandinavia, estoy muy conectada, estoy dada de alta en todas las casas reales de Europa; o sea, recibo boletines de prensa, de manera oficial, soy un canal oficial porque recibo la información y me he posicionado desde 2018 hasta hoy en una voz con la autoridad y el conocimiento sobre todo la credibilidad para sentarme igual en un noticiero serio de CNN, que en una mesa de debate en Es la hora de opinar, que en un programa de revista como el de Martha Debayle”.