TRAHI
Cuarta Parte
- MISCELÁNEO
- agosto 2020
- Zuleyka Franco
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Seguimos con Las Heridas de Infancia, mejor conocidas como TRAHI palabra que se forma por las iniciales de cada una de éstas: Traición, Rechazo, Abandono, Humillación e Injusticia. Siendo las últimas dos nuestro tema de resumen en esta ocasión.
Con la herida de Humillación se desarrolla la máscara de Masoquista: Esta herida se origina entre el primero y tercer año de edad y puede originarla el progenitor del mismo sexo o los dos. El surgimiento de la herida aparece en el momento en el que el niño o niña siente que uno de sus padres o los dos se avergüenzan de él por alguna acción que haya hecho en público o en familia, etc. En la adolescencia la sexualidad también puede potenciar esta herida con algún acto vergonzoso, por ejemplo, el que la madre encuentre al adolescente en un acto de masturbación o si el niño o niña ve a alguno de sus padres desnudo y se esconden de él como si fuera vergonzoso o malo, el infante o adolescente, registrará este tipo de situaciones como si fuera algo malo y se manifestará la vergüenza.
Resumen de las características, enfermedades y origen de la herida de Humillación:
Surgimiento de la Herida: Entre el primer y tercer año de vida. Carencia de libertad, sensación de humillación debido al control del progenitor.
Máscara: Masoquista
Progenitor: El que se hizo cargo del desarrollo físico del niño o niña, por lo general será la madre.
Cuerpo: Grueso, rollizo, talle corto, cuello grueso y abombado, tensión en cuello, mandíbula y garganta y pelvis. Rostro redondo.
Ojos: Grandes, redondos, abiertos e inocentes como los de un niño.
Vocabulario: “ser indigno”, “ser digno”, “merecer”, “no merecer”, “pequeño” (o diminutivos), “grande”, “grueso” (o aumentativos).
Carácter: Se avergüenza de sí mismo o de otros o teme avergonzar a los demás, conoce sus necesidades pero las ignora, lleva una carga pesada sobre sus hombros, controla a los demás para evitar vergüenza. Se considera mal educado, cochino o desalmado, es funcional, se las ingenia para no ser libre, pues para él o ella ser libre es ilimitarse y eso, para esa herida, significa no tener límites y teme desbordarse. Desempeña el papel de madre (hipersensible), se castiga pensando castigar a otros, desea ser digno, sufre vergüenza en el plano sexual, aunque es sensual pero ignora sus necesidades, se compensa y recompensa comiendo.
Mayor Temor: La libertad.
Alimentación: Alimentos ricos en grasas, chocolates, es bulímico o ingiere muchas porciones pequeñas, se avergüenza al comprar o comer golosinas.
Enfermedades Posibles: lumbalgia, laringitis, anginas, problemas respiratorios, trastornos en piernas y pies, várices, esguinces, fracturas, disfunciones hepáticas y de tiroides, irritaciones, hipoglucemia, diabetes, enfermedades del corazón.
Y por último la herida de Injusticia que desarrolla la máscara de Rígido: Se origina en la edad en la que se desarrolla la individualidad del niño, o sea, entre los tres y cinco años, cuando el niño toma consciencia de que es un ser individual y un ser completamente aparte, con sus diferencias. Sufre la herida con el progenitor del mismo sexo, sufre la frialdad del progenitor, por consiguiente, la incapacidad de expresarse y de sentir de éste (no todos los progenitores son fríos, sin embargo, así lo percibe el niño), también sufre el autoritarismo, críticas frecuentes e intolerancia del progenitor, que en su mayoría, también sufre de ésta misma herida. De las cinco heridas, el rígido es el que más tiende a cruzarse de brazos para no sentir y vestirse en su mayoría de colores obscuros. La mayoría de las personas que sufren herida de Injusticia, también sufren la de Rechazo.
Resumen de las características, enfermedades y origen de la herida de Injusticia:
Surgimiento de la Herida: Entre los cuatro y seis años de edad. Debe ser la estrella y perfecto. Bloqueo de la individualidad.
Máscara: Rígido.
Progenitor: Del mismo sexo.
Cuerpo: Erguido, rígido y lo más perfecto posible, bien proporcionado, glúteos redondos, talle corto, ajustado por la ropa o el cinturón. Movimientos rígidos, mandíbula firme, cuello tieso, erguidos con orgullo.
Ojos: Mirada viva, brillante, claridad en su color.
Vocabulario: “no hay problema”, “no pasa nada”, “siempre”, “nunca”, “muy bien”, “muy bueno”, “muy especial”, “justamente”, “exactamente”, “seguramente”, “¿estás de acuerdo?”.
Carácter: Perfeccionista, envidioso, se desvincula de sus sentimientos, cruza los brazos, actúa para destacar y ser perfecto, demasiado optimista, vivaz, dinámico. Se justifica. Dificultad para pedir ayuda, puede reír para ocultar su sensibilidad, tono de voz seco y tenso. No admite tener problemas. Dudas. Se compara con el mejor y con el peor. Dificultad para recibir. Considera injusto recibir menos y aún más injusto recibir de más. Dificultad para sentir placer sin sentirse culpable. No respeta sus límites y se exige demasiado. Se controla y le gusta el orden, rara vez se enferma, es duro con su cuerpo, explosivo pero frío. Le es difícil demostrar su afecto, de aspecto sensual.
Mayor Temor: La frialdad.
Alimentación: Prefiere los alimentos salados, le gusta lo crujiente, se cuida para no engordar, se justifica cuando pierde el control.
Enfermedades Posibles: Agotamiento, eyaculación precoz o impotencia, anorgasmia (mujeres), enfermedades terminadas en “itis”, tortícolis, estreñimiento, hemorroides, calambres, circulación, hígado, problemas de piel, nerviosismo, vista deficiente.
Recuerda que nuestras máscaras se construyen como un sistema de defensa ante lo que nos hiere o nos recuerda nuestras heridas; también debemos recordar que nuestras cualidades también existen y siempre han existido dentro de cada uno de nosotros, pero que las olvidamos al tratar de evitar sentir. Para saber quiénes somos debemos saber quiénes no somos, y no somos nuestras heridas. Ayudémonos a sacar provecho de nuestras cualidades para sanar todo aquello que no nos deja avanzar y evolucionar.
“Todos deseamos ser amados, en su defecto admirados, en su defecto temidos, en su defecto odiados y despreciados. Deseamos despertar una emoción en quien quiera que sea el otro. El alma se estremece ante la vida y busca el contacto, sin importar a qué precio”.
Hjalmar Söderberg
Poeta Sueco