MARIO DI COSTANZO
Nos habla de la crisis en puerta- POLÍTICA
- septiembre 2020
- Patricio Cortés
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Los temas de salud no son los únicos que nos quitan el sueño, entre las voces críticas está la de Mario Di Costanzo, que el sexenio pasado fue presidente de la Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, fue también el Secretario de Hacienda del gobierno “legitimo” de Andrés Manuel López Obrador (2006) y, en su momento, uno de los artífices del proyecto económico que proponía, hace 14 años, el hoy presidente.
Advierte que, de acuerdo en la propia Asociación de Bancos de México (ABM), nueve millones de créditos se afiliaron al programa de congelamiento de créditos durante la pandemia, por un valor de un billón de pesos (un millón de millones), más al no haber un repunte económico, sino todo lo contrario, ahora nos enfrentamos ante una enorme cartera vencida. Hablamos de aproximadamente, 3.3 millones de tarjetas crédito, 3.3 millones de créditos Pymes, casi un millón de créditos personales, 788 mil créditos de nómina, 306 mil créditos hipotecarios y, aproximadamente, 30 mil créditos de automóvil.
“Pasan estos cuatro meses, desafortunadamente la situación económica no mejora, de hecho, empeora, el desempleo sube, los empleados que mantienen su empleo perciben menos ingresos porque hubo una baja salarial. Durante estos cuatro meses se acumulan estos pagos porque fue nada más su congelamiento, viene ya la fecha del descongelamiento de este programa. Entonces, lo más probable es que estos nueve millones de créditos enfrenten la misma situación que antes del programa; es decir, poca capacidad de pago pero acentuada por el mayor endeudamiento que tienen”.
“El programa hubiera servido si durante sus cuatro meses la economía hubiera vuelto a repuntar, pero no fue así. Entonces, lejos de que estos nueve millones de créditos se reduzcan, van a aumentar, se van a incorporar muchas personas que perdieron su empleo. La mejor muestra es que la CONSAR ha registrado, en lo que va del año, casi un millón de retiros por desempleo, son cifras históricas. Entonces una combinación de bajo empleo o desempleo con altas deudas con menores ingresos de las personas, pues es un cóctel explosivo”, añade.
Urge que la banca cambie de estrategia: “Los bancos deben implementar programas, no de congelamiento de créditos, sino de restructura con mayor plazo, menor pago mensual y un tratamiento especial para los desempleados, que si bien es cierto muchos créditos cuentan con el seguro de desempleo, pues, es un nombre engañoso porque realmente es un seguro contra despido y muy pocas personas pueden acreditar que fueron despedidos (se exige la carta de despido). Todo esto va a hacer que las carteras vencidas y morosas de los bancos suban y que éstos tengan que capitalizarse. Esto, definitivamente, va a traer problemas de liquidez para algunos bancos que no estén preparados y estamos viendo una crisis de deudores, pues, aunque reestructuren, si no tienen empleo ¿cómo le van a hacer frente a estas deudas?”.
“Esto podría convertirse en un problema social, si bien es cierto que a lo mejor los grandes bancos están bien capitalizados, también lo es que van a tener que hacer desembolsos para la cartera vencida. Un peso que hoy yo tenga de cartera vencida, son 50 centavos que tengo que meter a mis reservas como banco. Entonces esto también va a afectar la liquidez de los bancos, el flujo del crédito y desde luego va a acentuar más la recesión que ahora la tendremos con un problema social. El llamado es a que no cometamos el mismo error del 95 cuando, por tardar en entrar a estos plazos de reestructura, las deudas que hicieron impagables y luego tuvieron efectos financieros sobre sobre las personas y los bancos”, señala el exfuncionario.
La administración pública, nos dice, también tiene que jugar su papel: “El gobierno tiene una parte muy importante, tiene que modificar o permitir diferentes esquemas para el registro de cartera vencida de los bancos, porque si los bancos no tienen este permiso para manejar de otra forma las reservas y la cartera vencida, pues van a tener muy pocos alicientes a generar estos programas y lo que vamos a tener es una ola de embargos, los despachos de cobranza haciendo de las suyas, de por sí lo hacen, y todo el mundo en el buró de crédito. Es decir, es un pierde- pierde para todos”.
“Ahorita tenemos una gran ventaja a diferencia de 95, la tasa interés no se ha disparado, al contrario, va a la baja; entonces, los bancos pueden llevar a cabo estos procesos de reestructura, incluso a tasas menores de las actuales”, expone.
Le pregunto al economista si México está tomando las medidas contracíclicas pertinentes para mitigar los efectos de la crisis económica, responde: “No las hemos tomado, de hecho, por eso es que los programas de apoyo de los bancos no sirvieron, porque en el inter, el gobierno no hizo nada. Por ejemplo, para evitar la crisis desempleo, para evitar la desaparición de empresas, de pymes, no hizo nada para que la economía se reactivara. Ya vemos análisis, analistas, despachos, agencias calificadoras que dicen que la recuperación se va a dar hasta el 2024, pues esto es simplemente acentuar la crisis de morosidad y de cartera vencida”.
Entre los errores que considera se han cometido, destaca: “No darle certeza a la inversión, creo que ese es un gravísimo error de política económica del presente gobierno, es más, creo que hay una ofensiva contra la inversión privada, esto ha sido muy dañino y la inversión pública también se desplomó. De hecho, yo señalo que el proyecto de nación que se dio a conocer en el 2006 (cuando aún pertenecía al equipo de López Obrador) por parte de este gobierno, es absolutamente diferente, lo que se hace no tienen nada que ver con lo que se planteó hace mucho tiempo y lo que de forma constante se planteaba. Te doy un solo ejemplo, nosotros sí hablábamos de reducir el gasto corriente, sí hablábamos de reducir muchas canonjías que se tenían, pero eso se iba a traducir en un mayor gasto en inversión pública y la inversión pública ha caído y sigue cayendo. Se ha convertido en una política neoliberal, porque son neoliberales sus argumentos, pero con muchos tintes asistencialistas. Este gasto en programas, que ni siquiera son programas sociales bien estructurados, son ocurrencias que no ha ayudado a que esta economía se recupere”.
“Este gasto, mal llamado gasto social, más bien es electorero. No está teniendo el impacto porque no están bien estructurados los programas; en lugar de haberse dedicado a una inversión productiva donde el Estado desarrollara infraestructura. Lo poco que se ha hecho, se ha hecho en proyectos que no tienen ninguna viabilidad como el aeropuerto y el Tren Maya”.
Mario Di Costanzo por su trayectoria en la administración pública conoce como pocos el tema fiscal, opina: “El tema de recaudatorio no se ha hecho bien, en lugar de haber lanzado una reforma fiscal completa, se ha utilizado el terrorismo fiscal para recaudar, esto le ha generado a lo mejor al gobierno de repente un ingreso pero no es permanente. De hecho, estamos viendo cómo el principal problema de las finanzas públicas es la falta de ingresos para cumplir con el proyecto que tiene la presente administración y esto se ha visto recrudecido con el poco crecimiento económico. Ahora con el tema de la COVID, este año, los ingresos públicos van a ser insuficientes para financiar el programa original de gasto. Esto se ha traducido en que se ha seguido con un gasto corriente inviable para reactivar la economía, se ha desvalijado al gobierno y la deuda ha aumentado por esta falta de planeación de ingresos para el próximo año. Calculo que el boquete fiscal, que tendrá que cubrir el gobierno, es no menos de 600 mil millones de pesos, porque la recaudación al caer la economía, pues no es la misma. Esto va a afectar a las finanzas públicas, que de continuar con esta política de gasto ineficiente, va a generar un mayor endeudamiento que es lo que hemos visto. Al final del día, ha habido un crecimiento de la deuda y, la verdad, los ahorros que supuestamente se han querido buscar son insignificantes con respecto a la magnitud del gasto público”.
Propone terminar con la porosidad del ISR (un pago más parejo), planear una reforma fiscal integral que incluya la redefinición del pacto fiscal con los estados, incluso generalizar el IVA. “Yo estuve en contra del IVA en alimentos, pero hoy la tecnología nos permite manejar más eficientemente el tema porque tú puedes generalizar el IVA en alimentos y medicinas y a las personas de menores ingresos darles una tarjeta para que cuando adquieran un producto con IVA se les devuelva con puntos la parte correspondiente, así como lo hacen las tarjetas de crédito”, aclara.
En resumen considera que, “ha habido una falta absoluta de planeación de las finanzas públicas, de la política de ingresos y desde luego tenemos una política de gasto absolutamente ineficiente”.
En 2006 era un personaje muy cercano al actual presidente, no puedo dejar de preguntar si ha habido algún acercamiento para manifestarle estas inquietudes, refiere: “No, no lo ha habido. Él no me ha buscado, lejos de eso, pues creo que no le parecen mucho mis comentarios, son públicos. A Andrés Manuel nunca le gusta que le lleven la contraria, por eso yo sostengo que a veces su gabinete lo engaña porque no le dicen las cosas como son. Si tú no estás en la misma sintonía que Andrés Manuel, te convierte en su adversario, en su enemigo, aunque las críticas o las aportaciones busquen ser constructivas y por eso no ha habido ningún acercamiento por el propio estilo de ser del presidente. Ahí están muchos funcionarios a su alrededor, que le dicen que sí a todo y que muchos ni siquiera tienen el perfil para estar donde están. Eso lo hemos visto y creo que también ha pesado en la ejecución de las acciones que lleva a cabo el gobierno”.
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