Revista Personae

Yasmín Esquivel Mossa

YASMÍN ESQUIVEL MOSSA

Ministra de la SCJN

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Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde febrero de 2019, Yasmín Esquivel Mossa cuenta con 35 años en el mundo de las leyes del que se enamoró desde que era una estudiante de bachillerato.

 

Entre los desafíos del poder al que pertenece, destaca:

“Que cada día las personas sientan cercano al Poder Judicial Federal como un tribunal al que pueden acudir y encontrar un espacio donde puedan ser escuchados y ser resueltas sus controversias”.

 

Añade: “Se tiene ahorita un proyecto muy importante dentro del Poder Judicial Federal que se llama ‘Defensoría jurídica’ o ‘Defensoría de oficio’ que es gratuita. Aquí todas las personas que no tienen posibilidad de contratar un abogado privado puedan acudir. Un lugar donde cuenten con un abogado que los represente, que lleve su juicio o asunto hasta las últimas instancias para que pueda encontrar una solución a su problema. Se busca llegar hasta los últimos rincones de nuestro país, a las personas que tienen menos posibilidad o a los grupos vulnerables”.

 

Le comento que existen defensores de oficio, sólo que rebasados por la carga de trabajo, se enteran del asunto cinco minutos antes de la audiencia. La juez reconoce:

“Sí claro, de eso justamente se trata, de que las cargas de trabajo las puedan atender los defensores y lo puedan hacer de calidad. Es una iniciativa que se encuentra en estudio, en discusión, en la Cámara de Senadores donde se está analizando justamente que uno de los aspectos importantes de esa iniciativa es el fortalecimiento de la defensoría pública federal, para que, entonces, no se tenga el problema que usted, correctamente, señala y los abogados que tenga la defensoría pública federal, cuenten con todos los elementos para que puedan atender y hacer frente a toda esta carga de trabajo que se tiene”.

 

Eso implica recursos en época de austeridad, expongo, la ministra comenta:

“Justamente es uno de los aspectos que se están analizando también en el Senado de la República, si se cuenta con los recursos, porque todas las personas merecen que el artículo 17 de la Constitución sea efectivo para que puedan acceder a este beneficio de tener una justicia rápida, pronta, gratuita, accesible”.

 

La transparencia, nos dice, es otra estrategia de acercamiento a la sociedad:

“A través de esta transparencia se puede ver cómo están resolviendo los jueces, los magistrados y que las personas puedan, podamos, continuar con la credibilidad que se tiene y recuperar aquella que ya se ha perdido”.

 

¿Qué hace falta para que México viva en un Estado de derecho pleno como muchos soñamos?, le pregunto, más nuestra entrevistada difiere con la percepción:

“Mire, hoy tenemos una Constitución de la República que protege a todos los mexicanos. Hoy ya vivimos en un Estado de derecho, en un Estado social, en un Estado democrático de derecho como consecuencia de que somos un Estado constitucional”.

 

Cambio la pregunta a ¿qué hace falta para que sintamos que vivimos en un Estado de derecho?, responde:

“Evidentemente nosotros estamos conscientes de que el reto es muy grande para que las personas puedan sentir que tienen tribunales que los atiendan, que los escuchen, que están teniendo justicia en sus temas y en todos los asuntos que les preocupan. Ese es el reto que nosotros estamos asumiendo. Creo yo que el Consejo de la Judicatura ha tomado medidas que son importantes para poder llegar a esta credibilidad que hoy se tiene perdida en la sociedad. En cuanto existe alguna denuncia de casos de corrupción, a raíz de la llegada del presidente de la Suprema Corte de Justicia Arturo Saldívar, el Consejo de la Judicatura ha sido sumamente riguroso, estricto e implacable en aquellos casos donde se detecta que existe algún tema de corrupción. La corrupción es un cáncer grave en la sociedad, pero lo es más cuando se está dentro de los órganos que les corresponde impartir justicia, entonces, esa es la visión que el Consejo de la Judicatura tiene para que se pueda desterrar cualquier vicio de corrupción dentro del Poder Judicial Federal. Es uno de los temas para poder llegar a esa credibilidad que requiere hoy un poder tan importante como es este”.

 

Yasmín Esquivel Mossa
Fotografía: Cortesía de la Ministra

 

La pandemia también vino a cambiar su dinámica:

“Estamos pasando por procesos de renovación, mismos que probablemente nos hubieran costado muchísimos años para llegar a ellos, tuvimos que acelerar el paso con los procesos tecnológicos. En el Poder Judicial Federal se tuvieron que implementar diferentes tipos de programas tecnológicos, acelerar procedimientos que estaban programados para poderlos hacer eficientes y poder continuar trabajando en nuestras casas, y al mismo tiempo, tener una justicia de calidad, para poder proteger la salud de los usuarios y los que trabajamos aquí”.

 

“El aspecto tecnológico llegó para quedarse, va a tener que pasar por revisiones exhaustivas para poder mantenerse y lleguemos a una justicia que sea presencial y también sea justicia digital. Los abogados tendrán que adaptarse a estos nuevos métodos tecnológicos para que presenten sus demandas desde cualquier dispositivo móvil, tengan su firma electrónica, puedan ver sus acuerdos, revisar las resoluciones a través de estos procedimientos tecnológicos”.

 

Esto implica cambios de paradigmas:

“Éramos muy formalista, es decir, el papelito habla y tiene que estar firmado y sellado por todos los jueces que han intervenido en mi asunto. Ahora tenemos que darle valor, inclusive, a un documento que puede tener una firma electrónica. Esto es 100% válido porque estamos emitiendo los acuerdos correspondientes en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Consejo de la Judicatura para que todo aquello que se vaya desarrollando por la vía digital tenga el mismo valor y tenga todas las certificaciones y sea un documento legalmente válido.”

 

De hecho, nos comenta que hay iniciativas de ley al respecto, pero acota:

“Hay un aspecto muy importante, si las personas no tienen acceso a Internet, no podemos hablar de justicia digital porque esta tiene que ser a través del acceso a la Internet. Entonces, si no todos los mexicanos tienen la posibilidad de acceder a Internet, solamente la justicia digital será para aquellos que puedan acceder, es un aspecto que tiene que analizar y estudiar en el Senado de la República”.

 

En política se habla de izquierda y derecha, ahora se ha retomado conservadores y liberales. Sin embargo, Yasmín Esquivel, niega que estas categorías sean aplicables a los miembros del máximo tribunal:

“De ninguna manera, los ministros tienen diferentes opiniones con relación a los temas, todas ellas son muy importantes, trascendentes, relevantes, algunos más desde el aspecto académico, otros desde el aspecto de la experiencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, otros desde la abogacía y todos ellos enriquecen el debate político, público, jurídico, social sobre los diferentes aspectos de los expedientes que se llegan a presentar en la Suprema Corte”.

“No coincido en ese punto de vista, sí considero que hay ministros que tienen opiniones muy estrictas con relación a la normatividad, a la Constitución, las leyes y hay ministros que tienen una interpretación sobre las normas más amplia”, añade.

 

Nuestra entrevistada elude clasificarse incluso en las categorías citadas:

“Fíjese que nunca se me ha catalogado, ni de los más estrictos ni de los más amplios… Lo importante es ver cada expediente en lo particular, en especial y ver de qué manera podemos proteger mejor los derechos de las personas, en donde no haya una restricción o regresión a los derechos de las personas, que se aplique de acuerdo a lo que señala la Constitución, los tratados internacionales, las leyes federales y generales”.

 

Yasmín Esquivel Mossa
Fotografía: Cortesía de la Ministra

 

Si bien refiere que las dos últimas ternas para ministros de la Suprema Corte enviadas por el presidente estaban integradas sólo por mujeres, reconoce un rezago en cuanto a paridad de género:

“En el poder judicial aún tiene pendiente la asignatura, es decir, estamos hablando de que hay cerca del 25 o 28 por ciento de juzgadoras mujeres en el Poder Judicial Federal. Es todavía un reto importante llegar al 50/50 y en el caso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, yo soy la ministra número 13 de más de 500 ministros que ha tenido”.

 

“Me gusta una reflexión de Ruth Bader Ginsburg, magistrada de la Corte Suprema de los Estados Unidos que recién falleció –fue reconocida de manera universal por ser una mujer apasionada y defensora de los derechos de las mujeres, de los derechos humanos, de las libertades civiles–, cuando le preguntaron para cuándo habría suficientes mujeres en la Corte de los Estados Unidos, dijo: ‘¡Cuando haya nueve!’ Es decir, la totalidad. Ha habido nueve hombres y nunca se ha cuestionado eso. ¿Por qué no puede haber ahora nueve mujeres? Yo creo que sí tenemos que impulsar la participación de la mujer en el Poder Judicial Federal”, complementa.

 

Ya entrados en temas de género, cuestiono sobre si percibe diferencias entre la manera de juzgar de jueces y juezas, la ministra opina:

“En el momento de la impartición de justicia, no considero que haya diferencia si le toca a usted que le resuelva a una mujer, a un hombre, porque la ley es única, la Constitución es única y nuestra normatividad no tiene género, no tiene sexo, de tal manera que es lo mismo, para el justiciable, si le resuelve un hombre o una mujer”.

 

“Mi compromiso es con la defensa de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, con los derechos y la dignidad de las personas a las que servimos, con vocación y con amor a nuestro país, con la integridad que siempre me ha distinguido”, concluye.

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