LA PINTURA SALVAJE DE GRETA ARAUJO
- ARTE
- marzo 2021
- Rosaura Cervantes
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Greta Araujo se rebela y plantea temas distintos a los tradicionales con su pintura. Honra a la mujer, reconoce a las personas de la tercera edad, da voz a los niños marginados y visibiliza a los enfermos mayores. Esa mujer que vive la vida como si condujera un auto de carreras, por su energía, por su entrega, por su pasión, también se toma el tiempo para ver a su alrededor…
Iniciamos una rica charla a distancia por Zoom. Hablamos sobre su punto de vista de cómo ve a la mujer: “Siento que ha habido muchas etapas históricas del feminismo. Creo que por fin las mujeres estamos empezamos a gatear, y nos falta muchísimo para poder expresar nuestra sexualidad, para acceder a un puesto de poder político, poder directivo, poder empresarial… Para poder hablar de la menstruación, del embarazo, hablar de la menopausia, para poder ejercer nuestra sexualidad después de los 50 años que todavía es tabú, y ya ni se hable de este tema en la tercera edad, porque entonces los juzgan como “viejos cochinos”.
Agrega: “Esas mujeres de la tercera edad, son mujeres que sufren una triple discriminación: 1) Por ser mujer, 2) Ser de la tercera edad y 3) No se les permite hablar de sexualidad y menos mostrar las chichis ni nada, porque es un gran tabú en México”. Explica que esto va de la mano con cuestiones religiosas, machismo y justo este fue el detonante para plasmar en sus obras la sexualidad femenina.
Es enfática: “Yo quise manejarlo desde una perspectiva más erótica, más de liberación, más de expresión y poco a poco he ido señalando un camino donde la técnica y las mujeres que yo pinto deben de verse ¡liberadas! Si te fijas, yo utilizo una técnica más con espátula, agarro la pintura tal cual, y voy “espatuleando” la imagen para dar forma a esas mujeres. Me encanta el surrealismo, porque es una manera de plasmar las emociones sin juzgarlas. Un poco es como el trabajo de Salvador Dalí… Hay que permitir que el inconsciente hable”.
Menciona sus inicios, “Tendría 13-14 años y desde entonces no he parado. Desde hace mucho tiempo me inquieta el tema de lo femenino porque creo que aún hay tanto por decir, pero desde una trinchera más saludable, hablar desde nuestro poder, desde nuestra gracia, desde nuestras fortalezas, de nuestra inteligencia. Hay temas que como mujeres socialmente no expresamos y ya es el momento de hablarlo en una obra de arte”.
Greta aumenta la velocidad al pronunciar las palabras. Es un tema que le preocupa y ocupa: “Imagina que la generación anterior, muchas de esas mujeres mayores de 70 años ni siquiera conocen su clítoris, ni siquiera han tenido un orgasmo a pesar de haber tenido seis o siete hijos. Es más, el término que emplean es “mi esposo ya no me ‘usa’”. Nuestra generación nos tocó un poquito de liberación, aunque le batallamos mucho al tema del cuerpo, de tienes que ser flaca a huevo, tienes que verte de determinada manera y seguir el prototipo. Veo ahora a la generación millennial que se está manifestando, es una generación que sin preocupación dice: “tengo estrías”, “tengo pelos en el sobaco”, “me está sucediendo esto”, está ejerciendo una sexualidad, no practican la monogamia. Son chicas que lo están manifestando y están tomando el micrófono… Es una generación que dice: “No está chido que maten a las mamás. No está chido que maten a las hermanas. No está chido que en la sierra los hombres intercambien a sus mujeres por dinero. Hay una voz que se está haciendo presente como resultado ante nivel de feminicidios tan alto”.
Continúa: “Hay muchas mujeres en mi obra y está presente el tema erótico, la mujer ejerciendo la libertad. Hay un discurso femenino en la misma, que a la vez me está llevando a evolucionar en el planteamiento hacia un tema más social.
¿En qué momento te das cuenta y empiezas a levantar tu voz?
“Yo estudié Mercadotecnia y Publicidad, el arte lo traigo en la vena, porque en mi familia hay muchos pintores. Me he desenvuelto en cargos gerenciales y directivos, siempre con hombres. Los primeros 10 años profesionales fueron difíciles porque era la mujer”.
Vivió en carne propia la discriminación laboral y de oportunidades, que la hacían a un lado en la toma de decisiones, y esto la llevó a que quería cambiar el modo de operación, no sólo para ella, sino para todo su entorno: “No puede ser que una mujer que está lactando, no pueda ir a la oficina a trabajar, llevar a su bebé, tenerlo en un moisés. Yo tenía un grupo de 25 vendedores, entre ellos tenía como 15 mujeres, y varias llegaban con sus bebés, también había varones haciéndose cargo de sus hijos, entonces me di cuenta que debía cambiar mucha ideología.
Por otra parte, trabajaste con niños de comunidades vulnerables…
Me he dedicado mucho a la comercialización, consultoría y educación, gran parte de mi vida ha sido ese tema, más cayó un proyecto en Guanajuato, en San Luis de la Paz en donde a los chavitos de la secundaria, cuyas edades fluctuaban entre los 12 y 13 años, eran reclutados para vender drogas. Hay que recordar, que en las zonas marginadas, los esposos normalmente emigran a trabajar a EU, y las señoras se quedan con tres o cuatro bebés. Eran señoras jornaleras, que les pagaban 100 pesos el día, y muchos de los niños para quitarse el hambre aspiraban thiner con una estopa, esa es la historia del tema marginal. Nuestra labor era enseñarles oficios, por ejemplo, de serigrafía. Les decía: ‘Chamacos, no se pongan a vender cocaína, ni tachas, ni mariguana. ¡Hagan playeras! Se hacen de esta manera y se puede también tener un oficio.
“También he participado en talleres para adultos mayores con Alzheimer. Resulta que con la música y el arte los ayudas a conectar neuronalmente, y vuelven a recordar determinados aspectos. Ese centro se llamaba Plenitud”. Greta comentó que había personas que no recordaban cómo hacer bolitas con papel. “Para las personas con derrame cerebral, que ya no podían tener movimiento, esta actividad les ayudaba con la coordinación fina. Estos temas que tiene el arte son tan importantes para la sociedad, para los niños y para todos, las artes plásticas que suman y suman muchísimo”.
Y esta maravillosa mujer que en el transcurso de la conversación traía un ritmo muy alegre –tanto en el hablar como en su lenguaje corporal–, bajó la velocidad y en un tono más pausado, añadió: “Es muy difícil ver la vejez de frente, ver la vejez en un asilo, ¡es muy cabrón! Ha sido de las cosas más cabronas que he vivido en la vida. Verlos con una total discapacidad mientras llega el momento final… Al menos he tenido momentos bonitos donde he podido disfrutar de estas ciertas actividades y eso es lo que me ha regalado el arte. El arte te enseña a expresar de muchas maneras, porque el arte plástico no solo es pintura, es escultura, es grabado, es cerámica, es barro, es multidisciplinario.
Sobre cómo descubre su técnica, Greta comparte: “Desde siempre me gustó mucho la pintura, en breve sí planeo irrumpir en la escultura porque también me gusta muchísimo. En la pintura, yo necesitaba algo que no fuera tan relamido. Me choca el dibujo muy estilizado. Yo no soy así. Yo soy más salvaje. Yo pinto en el suelo no en el caballete. Yo pongo el cuadro en el suelo y voy aventando la paleta de color y voy aventando pincelazos muy libres. Tengo esta libertad, aunque claro, si el trabajo me implica cierto grado de pulcritud, ya lo hago, pero en términos generales, el bosquejo de la obra en general lo hago en el piso o en la pared, o lo hago en chones. ¡Eso era lo que yo quería! Tenía muy claro que no quería hacer la típica pintura de caballete, me vuelvo loca… Yo necesitaba algo más como Francisco Toledo, a quien podías verlo con calzones blancos pintando en el suelo. Así di con la técnica, pinto con las manos, pinto con pinceles bien jodidos, pinto con espátulas y los toques finales con pinceles, pero en términos generales ¡Soy bastante salvaje para pintar!”.
Refiere que su proceso creativo es muy similar al que plantea Salma Hayek en el filme “Frida”, que a partir de una imagen desarrolla todo el concepto. “Voy en el microbús o en el coche, veo algo y de pronto ¡Pácatelas! Siempre traigo mi libretita para hacer rápido el boceto y los voy guardando… Tengo como 300 y voy sacando poco a poco el trabajo”.
Oh, ¿qué será? ¿Qué será?
Que anda suspirando por las alcobas
Que se oye susurrando en versos de trova
Que anda combinándonos preguntas locas.
Háblanos del amor que pintas…
“El amor no tiene juicio. El amor no tiene edad. El amor no tiene límites y el amor es difícil a cualquier edad, no importa si te enamoras en los 50, porque te pega igual a que si te enamoraras a los 20. Te pones igual de turulato y el amor en mis obras sí lo he vivido en mis obras… El amor y el desamor lo he vivido muy fuerte desde mi piel delgada de pintora y de artista, porque soy muy sensible. Cuando hay amor, es mucho amor, y cuando es desamor, es mucho desamor. Sí me tiro al lago de lágrimas. Al final, el arte es un tema de expresión, es una herramienta de expresión catártica, y ahí derramo todo mi dolor y toda mi gracia, toda mi lujuria, toda mi felicidad. Todo lo que tengo que expresar lo derramo en las obras arte, porque al final para eso es”.
Eso explica los títulos de tus obras, tenemos “Reparadora de corazones”.
¡Esa obra es preciosa! Creo que cuando rompen tú corazón, por la razón que sea, necesitas tiempo contigo misma debajo del árbol para echarle un poco de introspección. El tiempo lo cura todo y te da el poder de sanar. De eso habla la pintura. Esa obra está en Milán, Italia y se exhibió allá.
En Italia tengo muchos consumidores de mi arte. Pienso que los colores de país a país son diferentes. Si ves la colorimetría de Japón, es muy diferente a la colorimetría de México, y creo que eso es lo que les llama la atención.
Otra es “Beso lunar”.- ¡Ah! Cómo se ha vendido esa. Hice una serie de cinco lunas y se vendió toda. Ahora estoy en mí discurso femenino. Estoy totalmente enfocada a temas femeninos, al cuerpo de la mujer y pienso hablar más tarde del tema de la maternidad, del cáncer de seno, de la sexualidad de la mujer en la tercera edad. Quiero tocar esos temas y paralelamente seguir siendo surrealista. Otros temas que me ocupan son el abandono, el miedo a la soledad, de introspección, eso es paralelo.
Recientemente vendí un cuadro que habla de sororidad, dos mujeres conectadas por un corazón que habla de este acompañamiento de madre-hija, hermana-hermana, parejas femeninas, de la sororidad que vivimos entre mujeres, porque entre nosotras hay cierta complicidad, porque quién más me va a entender si te digo: ‘ traigo un cólico de la chingada’. Un hombre te dirá, ¡está loca!, pero una mujer va a decir: ‘Güey ¡Qué cosa tan horrible!’. Hay un hermanamiento. Un acompañamiento histórico entre nosotras las mujeres, de ahí sale un último retrato y muchas mujeres se identificaron con él.
Entre risas confiesa que ella no tiene obra propia en su casa, porque siempre existirá la sensación de “no terminado”, “empiezo a decir, le falta esto y aquello”. Sí tengo trabajos de otros pintores, porque esos ya están terminados. Mi colección es de artistas no conocidos y no reconocidos, litografías de artistas de otros países y muchos libros de Remedios Varo, Salvador Dalí, Picasso, Miró.
Nos da una primicia, próximamente compartirá poesía en vivo de mujeres en su página, así también impartirá un taller para jóvenes con el fin de que ellos aprendan a manejar alguna técnica y puedan expresar lo que ellos quieran.
Antes de despedirnos agradece la entrevista, así también a la gente que adquiere y admiran su obra. Todo el equipo que integra Revista Personae te desea ¡Feliz Cumpleaños!
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