LAS ALAS DE LA SEXUALIDAD MÁGICA
- SEXUALIDAD
- abril 2021
- Jaquelin Machado G.
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La Sexualidad es inmensamente amplia y comprende mucho más allá que tu sexo y todo lo que has aprendido (creencias, herencias y mitos). La mayor parte de la humanidad vive una sexualidad común que se ha reducido y limitado a la genitalidad. Sin embargo, se dice que el camino más directo para llegar a dios o a acceder a la consciencia universal es la sexualidad porque, al aprender a subir la energía sexual a través del canal central (camino de los dioses), experimentas el éxtasis y el elixir que te da acceso a niveles superiores de conciencia. Para ello, es necesario que te hagas, en primer lugar, preguntas diferentes con respecto a tu sexualidad. Por ejemplo, en el tantra (sexualidad mágica o sexualidad sagrada), que integra una gama de secretos ancestrales respecto a la sexualidad, hay una idea equivocada en muchas personas que pretenden practicar esta “técnica amatoria”, que se resume en el ansia por alcanzar un gran orgasmo después de media hora de intensos esfuerzos y excitaciones múltiples.
“El juego amoroso nunca es fruto de una energía de frotación (eléctrica) sino de la sensibilidad y la apertura del corazón (energía electrónica). Cierto que cuánto más tiempo sea capaz de mantenerse una mujer en la intensidad del vuelo orgásmico, más rápidamente podrá volver a repetir la experiencia sin tanta necesidad de preparativos. Pero la idea es relajarse profundamente en la entrega amorosa y no excitarse cada vez más incrementando la presión del clítoris o la velocidad de penetración y el jadeo que la acompaña”. (Miyo).
Cuanto más lento sea el juego amoroso por parte del hombre, más intensa es la sensación y el sentimiento que acompaña a la pareja. La realidad es que, como este tipo de juego amoroso requiere de la entrega y disolución de los egos y de lo conocido por ambos miembros de la pareja, muchos hombres, y también mujeres, aunque sea por distintos motivos, prefieren practicar el galope de la yegua y mover las caderas a gran velocidad para insensibilizar el lingam (pene) y, en lo femenino, evitar las inquietantes sensaciones del amor.
En la antigüedad, las mujeres que eran preparadas en los misterios sexuales (diosas/sacerdotisas) sabían, entre otras cosas que, en la mujer, la pelvis tenía que abrirse y cerrarse de manera continua (al inspirar y expulsar), para realizar esa esencial función del yoni (vagina) que se resume en las palabras: estrujar, succionar y expulsar. Por eso es que un orgasmo que deja a la mujer sin fuerzas por su explosividad, debe inhibirse.
“Otro de los secretos ancestrales de la sexualidad que permite acceder a la consciencia sexual del universo es, durante el juego amoroso, mirarse a los ojos, acariciarse, intercambiar alientos, sonreír, entrar y salir con mucha lentitud (ambos sentados o el hombre encima, siempre que éste domine el arte del tantra, ya que de otra manera es mejor que la mujer monte al hombre), son las claves para que la fusión de la pareja a nivel del pecho pueda suceder”. (Miyo)
Quizás sea posible comenzar por unos besos y caricias con la lengua masculina en el pecho femenino (polo positivo), y sólo más tarde pasar al bajo vientre, nalgas y muslos de la mujer, para abrir así su sensibilidad desde el primer momento.
Sucede que los secretos ancestrales de la sexualidad desvelan algunas prácticas del ritual sexual que permitían vivir experiencias de muy alto nivel. Por ejemplo, se sabía que “El camino más directo y seguro para transmitir conocimiento, sabiduría y magia se centra en la relación sexual, cuando se practica con la conciencia más elevada y una concentración muy profunda.
¿Qué sucede en la transición de una vida sexual común a una vida sexual plasmada por la alquimia, por lo tanto, por la creatividad, la plenitud y el éxtasis? Entre otras cosas, se subvierten los paradigmas sexuales establecidos, surge una danza de sensualidad y erotismo con la vida que no te condiciona ni te compromete, se quiebran los circuitos sexuales establecidos y habituales, se liberan las preocupaciones y se vive intensamente el presente lo que te facilita el salirte de tu personalidad egotista y habitual. No obstante, en alguna etapa de dicha transformación, se experimenta un caos sexual en el que no se sabe, por la gran confusión, si se saldrá avante, si vale la pena el riesgo o si se volverá uno/a loco/a en el intento. Sin embargo, si el/ella aspirante a alquimista sexual persiste, entonces, libera sus propias estructuras y puede así, experimentar estados místicos y de éxtasis y plenitud sexual que rebasan por mucho, los estados instintivos del placer animal.
Psic. Jaquelin Machado Garduño
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