VIOLENCIA DIGITAL
Olimpia intentó suicidarse cuando se hizo público un video sexual, ahora una ley lleva su nombre
- MISCELÁNEO
- junio 2021
- Karla Aparicio
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Olimpia Coral Melo era una estudiante brillante que había ganado premios nacionales de debate y oratoria, además, tenía las mejores notas de su instituto. Desde los 12 años mantenía una relación con su novio. Seis años después, confiando en él, grabó un video sexual, video que se difundió primero por su instituto, luego por toda su ciudad y finalmente por todo su estado.
Olimpia, tenía solo 18 años cuando acabaron con su reputación de “niña promesa”. Todos en su ciudad, Huauchinango, Puebla, hablaban del video en el que ella salía desnuda. La conocían como “la gordibuena de Huauchinango”, una forma despectiva de definir al cuerpo de una mujer con curvas.
Su novio, con quien llevaba 6 años, siempre negó que él lo hubiera compartido. “No sé cómo, ese video, en el que se veía mi cuerpo desnudo, pero no se identificaba a mi novio, empezó a circular por WhatsApp. La gente hablaba de mí. Y mi novio me dejó sola. Negó que fuera él porque le daba vergüenza.
Así la gente empezó a especular con quien me acostaba”. Olimpia se encerró en su casa por ocho meses e intentó suicidarse en tres ocasiones.
Olimpia, tú solo disfrutaste tu sexualidad
“Un domingo en el que estaba reunida toda mi familia en la casa, mi hermano, de 14 años, llegó de la calle y aventó su teléfono en medio de todos”.
–Ese video de mi hermana, sí existe y sí es Olimpia-, dijo.
Mi mamá se puso a llorar. Fue el día más triste de mi vida. Yo me abalancé a los pies de mi mamá y le pedí perdón de rodillas a ella y a toda mi familia. Me sentía culpable. Les dije que quería morirme, que me ayudaran a morirme. Pero mi mamá, una mujer de una comunidad indígena, que no había terminado la educación secundaria, que no sabe escribir, me sorprendió.
Me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos: “Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a tí te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente”.
Mi mamá continuó. -Tú sólo disfrutaste tu vida sexual, como lo hace cualquier persona y hay una prueba de eso. Vergüenza sería que hubieras robado o matado. Incluso maltratado a un perro-.
Ahí conocí la sororidad, que las mujeres somos muy poderosas.
Después de un largo proceso, Olimpia entendió que ella era la víctima de un tipo de violencia, aunque tardó en identificarla. La gente no tiene idea de lo que causa ese tipo de violencia. Limitan tu libertad, tu intimidad, tu movilidad, tu vida. Y tú lo aceptas porque crees que eres culpable. Por eso, acceder a la justicia es casi imposible.
Cada “like” a esas publicaciones es una agresión. Cada “me gusta” es un golpe. Cada vez que alguien comparte contenido íntimo de una persona sin su autorización es como una violación.
“Un amigo me llamó y me pidió que viera las páginas donde se burlaban de otras mujeres”.
– “Para que veas que no eres la única. Se burlan de otras, solo porque sí. Tú sabes oratoria y tienes una voz. Tienes que hacer algo con eso– me insistió”.
Olimpia se armó de valor y decidió ir a la fiscalía a denunciar, pero no imaginaba con lo que se iba a enfrentar. Olimpia intentó suicidarse cuando se hizo público un video sexual, ahora una ley lleva su nombre
Segundo Viacrucis
“Pero, ahí, intentando acceder a la justicia empezó mi segundo viacrucis.
El oficial encargado de atenderme me pidió ver el video. Y empezó a reírse. Por primera vez alguien lo veía en mi cara y yo veía como me “sabroseaba”.
–No estabas ni borracha, ni drogada, ni te violaron. De acuerdo al código penal no hay delito-, me dijo.
Salí muy enojada de ahí.
Me dormí pensando y me desperté pensando ¿cómo que no hay delito?
Empecé a contactar a otras chicas que habían sido exhibidas en Internet.
Les expliqué que no tenía ni idea de cómo se llamaba ese delito, que no tenía ni idea de qué íbamos a hacer, pero que teníamos que hacer algo. Poco a poco fuimos poniendo las cosas en claro. Hicimos un proyecto de reforma para Puebla.
Muchos me aconsejaban que mejor no lo hiciera. Que significaba que tendría que aceptar mi video. Pero ya todos me conocían y conocían mi cuerpo desnudo.
Yo sabía que para mí eso no iba a traer justicia, porque la justicia no es retroactiva. Pensé en todas las chicas a las que les estaba pasando eso, en todas las que, como yo, estarían pensando suicidarse”.
No fue un camino fácil
Olimpia estudió sobre el tema y escribió una iniciativa de ley. Comenzó una cruzada nacional desde el año 2014 para hacer visible esta problemática. Cuatro años más tarde, junto con otras activistas de Todo México logró que la ley de delitos contra la intimidad sexual, conocida como “Ley Olimpia”, se aprobara en casi todos los estados del país.
El 30 de abril del año en curso, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre sin violencia, además del Código Penal Federal, para sancionar la violencia digital, la difusión de contenido sexual y el hostigamiento en internet y redes sociales.
La Ley Olimpia acepta la violencia digital como una manera de violencia contra las mujeres, la cual incluye acoso, hostigamiento, amenazas, insultos y vulneración de información privada, además de la difusión de contenido sexual sin consentimiento, textos, fotos, videos o datos personales a través de internet, redes sociales, correo, apps, o cualquier otro entorno digital. Quien lo haga, tendrá penas de tres a seis años de prisión, y podrían ser hasta nueve años si el delito lo comete un servidor público o una persona que tuvo relación sentimental con la afectada. El mismo tiempo de cárcel aplicará para quien reenvíe las imágenes o videos. La violación a la intimidad sexual será parte del concepto general de violencia digital, cuya definición es la siguiente:
«Violencia digital es toda acción dolosa realizada mediante tecnologías de la información y la comunicación por la que se exponga o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y que le cause daño psicológico, emocional, o en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia. Así como aquellos actos dolosos que causen daño a la intimidad, privacidad y/o dignidad de las mujeres, que se cometan por medio de las tecnologías de la información y la comunicación».
El problema de la violencia digital en México
Los ataques de carácter sexual nos afectan a todos. En México al menos 9 millones de mujeres han vivido violencia digital, contra el 13.1% de los hombres.
Mujeres 30.8% vs. Hombres 13.1 %
Existen miles de mujeres que han sido víctimas de violencia digital, y en muchos casos el impacto y el daño es tan fuerte que las afectadas, han llegado a poner punto final a sus vidas. Como Olimpia que trató de suicidarse en tres ocasiones. Aún falta mucho por hacer, pero lo que ya comenzó ha sido un importante parte aguas, para dejar claro que no es porno ni es venganza y no, no es culpa de las mujeres que ejercen su sexualidad, la culpa es de quién difunde sin tu consentimiento y se aproveche de ello. Estamos en pañales en el tema de violencia sexual digital, ya está la ley en la mesa y con ella, el castigo. Esperemos no queden en un escritorio las denuncias apiladas y empolvadas, como por lo general ocrurre con los temas de justicia en México.
SI ERES VÍCTIMA DE VIOLENCIA DIGITAL ¡DENUNCIA! ¡NO ES TU CULPA!
*Puedes presentar tu denuncia ante el Ministerio Público.
*Puedes realizar el procedimiento por vía electrónica o presencial, cada estado es distinto con la legislación local.
*Puedes recibir orientacion en la Secretaría de las Mujeres de la ciudad de México. sosmujerescdmx@gmail.com
*En la Ciudad de México, se puede solicitar una investigacion a la Policía Cibernética en el correo: policia.cibenetica@ssp.df.gob.mx
¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!
Soy Karla Aparicio y Soy de Jalisco
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