Revista Personae

LEOPOLDO MENDIVIL LÓPEZ

Devela secretos históricos

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La saga Secreto (Biblia, Vaticano, 1910, 1929, Maximiliano, R, Pemex) permite acercarse de manera amena a pasajes de la historia poco conocidos, rompiendo con lo que muchos creían, ya que su autor Leopoldo Mendivil López, gusta de romper borregos de oro.

Hijo del periodista homónimo, se ha preocupado por trazar su propio camino: “Para mí sí representó un problema de identidad, hasta el momento en muchos aspectos pensamos diferente. Lo digo con un enorme cariño hacia él. Quise irme tan al extremo, que primero deseé ser ingeniero químico, luego al conservatorio de música, traté de ser ‘otra cosa’, yo no quería ser un clon de mi padre, a quien admiro tanto, pero siempre pasa, dicen “Tu papá te dio todo”. No me hallé y a la mera hora siempre acababa haciendo videos, escribía en la revista de la universidad… Poco a poco terminé haciendo lo que hace un comunicólogo. Hasta que hubo una novia que me dijo: “¿para qué te haces?, busca ese camino y trata de ser quién eres tú”.

 

Leopoldo Mendivil López
Fotografía: Mario Torres

 

La charla fue larga, el tema de la veracidad sale con frecuencia a colación. Reconoce que a veces se toma licencias para enganchar al lector, pero siempre son de forma, jamás de fondo. Le señalo que lo que hace, tiene mucho de periodismo y comenta: “Tengo una ventaja y es que los entrevistados ya murieron, ya no están para defenderse. El libro de Secreto Vaticano, digamos que tiene un pie en el mundo actual y es el único donde he tenido un problema preocupante, donde aparece un tipo que es un espía de Italia, vivo de hecho, acaba de salir de la cárcel, pero ameritó su lugar en esta historia porque es uno de los que agarraron cuando entró el papa Francisco y ahí yo incurrí… Lo que generalmente hago, es aplicar cierta ‘licencia creativa’, por ejemplo, en el punto donde lo arrestan, en lugar de hablar por teléfono en su casa, dije, “eso no es excitante para un lector” y la licencia creativa se aplicó para que fuera en un aeropuerto”.

 

Entran a la conversación películas sobre personajes históricos, pero que cambian los hechos más importantes y vemos, por ejemplo, a Marlon Brandon interpretando a un Emiliano Zapata, presidente (¡Viva Zapata! Dirigida por Elia Kazan, 20th Century Fox, 1952): “En el punto de vista de un servidor algo como eso ya es algo que rompe con la historia real, pero algo como esto (el lugar de un arresto) es como alterar la forma no el fondo. Por ejemplo, en el libro Secreto 1910 donde aparece Francisco I Madero hablando con su esposa, diciéndose, ‘yo te amo y no sé qué’, los textos están sacados de las cartas. Yo lo que hice fue, en vez de que fueran cartas, ponerlos en una habitación y un párrafo de una carta de uno y la respuesta, un párrafo de una carta de otro, como si fuera diálogo en ese sentido, no rompe la ilación real de los sucesos. En la película Gladiador, donde ponen que Cómodo es el que asesino a Marco Aurelio, esa sí es una violación a la historia porque no fue así. Marco Aurelio lo puso en el poder bastantes años antes de morir, pero Ridley Scott, el director, tiene su propia teoría que dice que su prioridad es el público y darles la historia para que sea existente y ‘ahora va a ser como yo diga’, desde luego eso es patético”.

 

Aclara sobre el perfil de sus publicaciones: “Son de rigor histórico. 100% mentiroso total si lo dijera. Para ser honesto, el punto de vista sobre mis libros es que no son la verdad absoluta, sino que son incitadores a la investigación y yo me siento feliz cada vez que alguien me dice, me puse a checar en Google para ver si es cierto, muchas veces resulta que coincide y otras no. Mi objetivo es que ya quieren saber esa historia y lo más seguro es que, después de leer alguno de estos libros, se clavan en el tema”.

 

El objetivo es: “Incitar a la pasión sobre un tema que normalmente es muy aburrido y que a lo mejor el 90% de la base es algo histórico. Admito que en mis libros sí hay algo creado por uno, si uno afirmara que es totalmente histórico, en ese momento ya no sería verdad; pero si uno no pone lo que pasa en la recámara (imposible saber qué pasó ahí realmente) en ese momento los lectores ya no se involucran. Tomo mucho de lo que hacen los cineastas gringos, saben mucho, por ejemplo, cuando hacen la historia de Kennedy o de Nixon, ellos han sabido cómo enganchar con el de corazón a corazón, del que escribe hasta el lector, saben que el enganche no es cuando está dando un discurso Nixon, sino cuando está con su esposa, en la habitación, dudando de sí mismo”.

 

“Estoy terminando Secreto Azteca y ahí si me tuve que pasar de lanza en ese aspecto, el protagonista es Nezahualcóyotl, porque hay tanto vacío de la historia que debes crear mucho en medio. Si uno no busca tratar de imaginar esa parte intima, con los amigos… uno puede suponer, mucho tiene que ser creado”, nos adelanta.

 

Reconoce que la historia en sí puede ser un campo de batalla: “De la historia sólo quedan las interpretaciones, porque nadie de nosotros ha viajado al pasado, lo demás, es la reconstrucción que hacemos a partir de evidencias muy cuestionables; pero, ciertamente, la guerra que se libra es entre grupos de poder actuales, que luchan por la mente del público actual. Los que crearon la historia de bronce, el PRI, básicamente, moldearon una serie de personajes bronce; ahora, vamos al otro lado, ¿quiénes son los que impulsan la historia anti-bronce que dicen que el único héroe era Iturbide, que el único héroe era Maximiliano? Es el mismo problema, tipos, empresarios, que también están creando una historia alterada, idolatrando a nuevos sujetos quitándoles todo defecto y todo crimen que cometieron. Tengo discusiones tremendas con los editores que lo que hacen es como cambiar de ídolo. Al único que hay que admirar es al niño actual, que es el que va a crear al nuevo México y si le damos ídolos es como crear una nueva religión”.

 

La saga que le ha dado fama se llama “Secreto” (con diversos apellidos), rompe con muchas falacias y revela ciertos sucesos, que eran secretos a voces, el autor explica: “Hay quienes me han dicho que muchos ya saben esto, entonces, comento ‘bueno no me culpen por usar algo que sea llamativo,’ y (ellos) dicen ‘son nombres que le pones para mercadotecnia’. Respondo ‘¡Claro que sí!, ¿por qué no?’, pero basándome en que el Secreto no es algo que nadie conozca, porque si nadie lo conoce, ni siquiera es información; sino que una serie de hechos repercute en millones, pero que solo sepan sobre ello cien, a lo mucho mil, eso, para mí, ya es secreto. Es un tema de proporcionalidad”.

 

Leopoldo Mendivil López

 

La evolución no fue fortuita: “El primer tema sobre el que escribí fue Psico y fue un fracaso total en ventas y eso porque a mí siempre me intrigo el tema del cerebro humano. Fue muy difícil porque fui a las editoriales más grandes, un editor me dijo que era bueno, que estaba muy padre, incluso que era uno de los mejores libros que había leído en su vida, pero que en México no tenía mercado, que nadie iba a comprar sobre algo así de ciencia ficción. Cuando vino el centenario de la Revolución, yo me la pasaba platicando con todo el mundo porque mi tatarabuelo fue Bernardo Reyes, quien participó y lo culparon. Para toda la historia de bronce era un criminal, un traidor, hasta que un día platicando con un editor argentino me dijo ‘¡Hagamos ese libro! Va a ser ya el centenario’. Me puse a trabajar a marchas forzadas y fue el Secreto 1810 y la bendición es que quienes han leído mis libros anteriores son gente muy clavada”.

 

Prosigue: “La historia, que hoy conocemos, se construye cada instante. Todos los libros que yo he hecho son básicamente de eso, de cómo la historia que hoy conocemos fue fabricada o reconstruida por cierto grupo en determinado momento. El libro que más tiene esto, es Secreto Biblia. Sigo siendo creyente, pero a mí siempre me intereso el tema de la religión.

 

Básicamente la mitad de quienes habitamos el planeta, existe una población que se deriva de la Biblia, ahí van los judíos, los cristianos y los islámicos, el Corán es una derivación de la Biblia. Ese libro me costó mucho trabajo porque había una oposición terrible, pero yo lo hice con esa pasión de querer investigar. Hay partes que no pueden ser auténticas, el libro de Deuteronomio, literalmente Dios le dice a Moisés que tenía que acabar con siete naciones que rodean a Israel, pues, ese es el origen de la guerra actual, y según en el Monte Sinaí Dios le indicó a Moisés “no matarás”, ese es el 5o mandamiento, y en ese mismo monte le dijo, ¿Vas destruir siete naciones? ¿Cómo es posible que Dios le haya dicho las dos cosas? y de ahí vino la investigación”.

 

“Yo me la tomé por tres frentes: una la iglesia católica, los protestantes y los judíos. Le doy gracias a Dios que no se me han aventado los islámicos porque no han leído el libro. Hablé con los jerarcas de varios de estos credos para decirles ‘no es mala la intención de este libro, no afirma que toda la Biblia sea una mentira’. Yo llegué a platicar con un arzobispo y le planteé las tesis de Secreto Biblia, le señalé “yo sí creo en Dios, pero hay cosas que evidentemente si fueron clavadas por personas como el libro de Deuteronomio”, y el arzobispo lo que me dijo ‘en lo personal yo si estoy de acuerdo con todas esas posturas tuyas, gran parte de la jerarquía sabe que es así’”.

 

Al hablar con miembros de la comunidad judía, algunos le aclararon “Para la gente que somos religiosos, La Biblia se terminó de definir 200 años antes de Cristo. Es lo que dijo Dios”.

 

El escritor acota: “Creo mucho en un Dios, pero creo también en lo que dijo un judío, Albert Einstein, la misma ciencia es el conducto para encontrar al Dios de a deveras, porque todas las constantes matemáticas de la materia no pudieron ser hechas por casualidad”.

 

Le gusta romper borregos de oro y al preguntarle cuál ha sido el que más le gustó desmentir, inmediatamente responde: “Deuteronomio, ha sido una desgracia para el mismo pueblo de Israel, porque lo hace ser odiados”.

 

Cambio la pregunta por un borrego de oro nacional y responde: “A Madero, no porque fuera mala persona, pero pensar que él fue quien ideó la revolución mexicana, él fue un objeto manejado desde Estados Unidos, por la familia Rockefeller y el que pensáramos que él es la Revolución es una de las razones por las que estamos subdesarrollados hoy, porque no sabemos quién es la mano dentro del guante que nos mueve”.

 

Leopoldo Mendivil López

 

Habla de su más reciente libro, Secreto Pemex, sobre cómo se ha desmantelado la paraestatal, cuyo lanzamiento no resultó fácil: “Aquí sí me topé con los dedos dentro de la puerta, uno porque la pandemia afectó las ventas y, otro, como el presidente López Obrador la agarró por defender a Pemex, entonces todos los que están en contra de López Obrador ven a Pemex como parte del problema, de lo antiguo, de lo retrograda. Entonces cuando publico, dicen ‘PEMEX que se pudra’, porque significa para ellos el presidente al que detestan y yo digo el petróleo es más allá de quien sea el presidente”.

 

“Hay mil 500 millones de automóviles que utilizan gasolina o derivados y ¿creen que van a remplazar eso en dos años? Aquí en México cada año se fabrican 22 mil vehículos híbridos y hay un total de 50 millones, querer sepultar al petróleo es como querer cortarse las piernas”.

 

“Los que nos dedicamos a esto, en el periodismo y la escritura, ahorita se va a definir nuestro rol en la sociedad, Existe la verdad, pero hay una especie de barrera y nosotros estamos de este lado tratando ver que hay. La verdad absoluta si existe, más nosotros no tenemos el acceso directo y tratamos por ver por donde captamos algo”. concluye.

CULTURA

Núm. 300 – Noviembre 2024