Revista Personae

MADAR

Vuelta al Origen y mi amor por la Ciencia Ficción

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Hace una década vi morir a mi padre víctima de un infarto al miocardio, observé a los médicos que lo atendieron luchar hasta el final para salvarle la vida, experimenté ese momento insólito e irrepetible, el tránsito inevitable de la vida, a la muerte. Sentí al unísono, frustración, impotencia, dolor, querer detener el tiempo para prolongar su existencia, pero sucedió lo inevitable, mi padre ya no estaría físicamente a nuestro lado.

En ese momento desee existiera una máquina que lo reviviera, así, con tan solo meterlo en ella y apretar un botón. Después de su cremación, pasé varias noches en vela, recordándolo y quise tener una Máquina del tiempo de Georges Wells, o ser parte de El fin de la eternidad de Asimov, para viajar al futuro y cambiar la historia.

 

Madar. Vuelta al Origen y mi amor por la Ciencia Ficción

 

De esa pérdida en mi vida, nació mi novela Madar. Vuelta al Origen, comprendí la esperanza que depositamos los seres humanos en los avances de la ciencia y la tecnología, para preservar la vida y la salud.

¿Quién de nosotros ante la enfermedad que llega a esclavizar ha deseado un minuto más de vida para el ser amado, el tratamiento o la vacuna para una enfermedad letal? En el mundo real, la literatura se quedó corta,  hace unos años, nos enfrentamos al SARS- Cov2, que se expandió por el mundo, contagiando a millones de personas mientras esperábamos que los científicos encontraran la vacuna, esta pandemia  llevó a la muerte a miles de personas, entre ellos muchos seres queridos. ¿Quién no ha deseado vencer las diferentes discapacidades, la regeneración de un miembro amputado, el control de la naturaleza, para evitar los desastres naturales? Todo lo posible en el mundo de la ciencia ficción.

En mi novela Madar. Vuelta al Origen, a través de los diferentes personajes, pude externar mi visión sobre la vulnerabilidad y limitaciones del ser humano, ante la devastación, por recurrentes eventos naturales, enfermedades y guerra, en nuestro Planeta, que lleva a decidir a los líderes del mundo a abandonar la Tierra para preservar lo más sagrado que tenemos: nuestra especie. Lo que significa romper con todos los paradigmas y forma de vida de una civilización en nuestro Planeta e iniciar una nueva en otro mundo, con ciencia y tecnología, que facilite la vida del ser humano, con ejércitos de robots programados, donde no existe la esclavitud, ni servidumbre, el desarrollo de una inteligencia artificial controlada, con naves espaciales. Así también surgieron cuestionamientos: ¿Hasta qué punto el hombre y la mujer pueden jugar a ser Dios, en el gran dilema ético de la manipulación y experimentación con seres humanos para crear, hombres y mujeres, inmunes al dolor y enfermedad?

 

Madar. Vuelta al Origen y mi amor por la Ciencia Ficción

 

Mientras escribí mi novela, valoré ese amor que me acompañó desde mi niñez por la literatura y en especial por el género de la de Ciencia ficción… Aún conservo en mi mente la imagen, al cumplir 11 años, mi padre me regaló el libro “De la tierra a la luna” de Julio Verne, quien se convirtió en uno de mis autores favoritos, me cautivó y atrapó, crecí leyendo, Veinte mil leguas de viaje submarino, con el personaje entrañable del gran capitán Nemo, regresé muchas veces a los libros escritos por Julio Verne, quién imaginó en sus historias, artilugios, accesorios, máquinas, implementos adelantados a su época, fue un visionario, situó en sus novelas  la llegada del hombre a la luna, 100 años antes de que ocurriera, los viajes por aire, la fotografía sub acuática, el submarino mismo; en París en el siglo XX, la llamada novela perdida, habla del telégrafo fotográfico, una red mundial de comunicaciones que se conectaba a distantes partes del mundo para compartir información, y, si bien, vio la luz en 1994, cuando ya conocíamos el internet, él la había escrito 150 años antes. 

Así como los ataques extraterrestres en La Guerra de dos Mundos, de Wells, el futuro no lejano de Isaac Asimov relatado en Fundación, la tecnología reproductiva en la trama del libro de Aldo Huxley, Un Mundo Feliz, y DUNE de Frank Herbert, quien plantea, el valor del agua como uno de los bienes más preciados para la humanidad.

Gracias a todas estas novelas descubrí la fascinación por temas como el espacio, la relatividad del tiempo, dimensiones desconocidas, robots, máquinas, la visión de los escritores, sobre el devenir histórico y sociológico de la humanidad, con una explicación racional con base en la ciencia y la tecnología. Lo cual me atrapó y cautivó, para escribir mi propia novela.

Mientras lo hacía, recordé series de televisión que me entretuvieron, no solo a mí, sino a muchas personas de mi generación, tenían ese toque mágico, que da la ciencia ficción como: “El túnel del Tiempo”, “Tierra de gigantes”, “Viaje a las estrellas”, con su famosa  nave Enterprise insignia de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas, serie que  adelantó la participación de las mujeres en cargos importantes, en proyectos científicos, que trabajaban con un objetivo común,  buscar nuevos mundos,  civilizaciones, y llegar a donde nadie había llegado. Me asombré en 1977, con la película “La Guerra de las Galaxias”, como olvidar el impacto de quienes acudieron a las salas de cine a ver la cinta “Cuando el destino nos alcance”, en el año de 1973 y escuchar sus comentarios, siendo yo una niña.

 

Madar. Vuelta al Origen y mi amor por la Ciencia Ficción

 

Mi amor por la ciencia ficción, me dio las herramientas para escribir Madar. Vuelta al Origen, una novela, honesta, que les invito a leer para descubrir cómo imagino la vida después de que la Tierra se torna un lugar inhóspito para vivir, y descubran las ciudades del Devenir en Venus, espacios futuristas en donde los seres humanos viven rodeados de máquinas y ejércitos programados.

En cada una de sus páginas, encontraran la historia de amor, que surge entre seres separados por la experimentación científica, los secretos de familia más poderosa en la Ciudades del Devenir, el debate filosófico de los personajes, que se enfrentan al conflicto ético – moral, de la ciencia, tecnología y su evolución, entre quienes apuestan por las generaciones de humanos manipulados genéticamente y los que luchan por mantener viva, la procreación natural.

“La ciencia ficción, en la literatura es un adelanto de lo que un día puede ser posible”.

LC.C. Margarita Estrada Ávila

POLÍTICA

Núm. 304 – Marzo 2025