Revista Personae

NORMALIZANDO LA CRUELDAD

Masacre en el festival de música electrónica de Reim, octubre de 2023

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Una de aquellas madrugadas cuando no podía dormir, en vez de ponerme a orar, escribir o contemplar las estrellas, tomé mi celular y comencé a pasear mi dedo por las diferentes realidades virtuales, lo que buscaba era quedarme dormida, pero la red me atrapó. “Debería existir un centro de rehabilitación para poder dejar esta maldita adicción”, me dije. De pronto un ciber artículo me atrapó hablaba de un Dj mexicano que narraba cómo sobrevivió a la masacre del festival de música electrónica Nova, en la frontera con Gaza, dentro de sus palabras tartamudas y mudas, narraba la muerte a sangre fría de su amiga Shani Louk y del secuestro de su novio mexicano conocido como Orión. Estamos tan acostumbrados a la violencia que esta noticia iba seguida por otra de venta de casas y otra de promociones de viajes, es decir esto parecía no tener relevancia. Busqué información al filo de la black web y un artículo me llevó a otro enlace y sucesivamente, vi imágenes que me quedaron tatuadas en los parpados: víctimas inocentes, cuerpos torcidos masacrados, desangrándose y escupidos por aquellos terroristas, cuerpos exhibidos como trofeo, autos incendiados, ropa, zapatos, objetos y cuerpos dispersos por un amplio baldío seco.

 

Masacre en el festival de música electrónica de Reim, octubre de 2023

 

En ese momento recordé que a mi hijo le daba por ir a ese tipo de festivales y estaba en Europa, inmediatamente le hablé. Sentí que la vida me entró cuando escuché su voz, pero quedé absorta al escucharle decir que varios de sus amigos habían sido asesinados y otros estaban desaparecidos, me mandó fotos de ellos, jóvenes de entre 18 y 25 años masacrados. Me pregunté, ¿Cómo permitieron un festival de esa índole en esa zona de riesgo?, ¿Cómo es posible que los policías de la zona “oficiales” no pudieron advertir y rescatar a los jóvenes si están entrenados con la máxima tecnología en el mundo?

 

Masacre en el festival de música electrónica de Reim, octubre de 2023

 

Leí los testimonios de los sobrevivientes totalmente dislocada y como las olas del libro de Virginia Woolf un alud de voces resurgió:

Yuri decía: «Jamás olvidaré el festival de música Nova, la gente llegó como a las doce de la noche, bailamos hasta las seis treinta de la mañana, de pronto se escucharon sirenas, misiles y detonaciones, la música se detuvo nadie entendía qué pasaba, sentíamos pánico, todos corrían, de pronto, unos terroristas comenzaron a tirar en diferentes sentidos, no sabías de dónde venía la bala». Uma compartió: «…Nos subimos al auto, pero tanto tráfico nos atrapó en el camino, había fuego cruzado y aquellos hombres estaban incendiando coches, decidimos huir». Rumi testificó en voz baja: «En algún punto vimos a lo lejos paracaidistas y una especie de policías pasaron con un megáfono avisando que saliéramos, pero inmediatamente llegaron unas pick up blancas que sitiaron el camino, huimos para escondernos en un bosque, algunos compañeros fueron tiroteados, las personas caían como pájaros, yo me escondí en el bosque y los terroristas comenzaron a disparar por todas partes, en el escape desesperado se me acercó alguien, no le vi la cara, le temblaban las piernas y corría con dificultad, gritaba “no me dejes solo, ¡tengo miedo!”, lo cogí del brazo y prácticamente lo iba jalando buscábamos un refugio, pero estábamos en un claro, lejos de todo, finalmente nos hicimos los muertos, los terroristas pasaron de largo». Japur: «Se escuchaban las detonaciones le llamábamos a la policía, pero nadie contestó. Algunos policías que veíamos en esa cacería de humanos también estaban asustados, no tenían señal en sus radios y tampoco sabían qué hacer, todo era confusión y terror». Liam: «Mis amigos y yo nos escondimos entre arbustos, a lo lejos escuchábamos como secuestraban, golpeaban y violaban, alaridos, quejidos y gente muriendo, veíamos las botas pasar y una nube de polvo, y en diferentes idiomas, lanzaban ordenes de ataque, no sabíamos quién era quién, los terroristas nos cazaban con saña como si nosotros estuviéramos involucrados en temas políticos, este era un festival por la paz». Y las voces continúan: «En un momento los terroristas nos encontraron y comenzaron a disparar asesinaron a varios… Yo pude escapar, vi que venían detrás de mí y de pronto sentí que alguien me jaló, era un amigo que estaba en un agujero escondido, nos refugiamos ahí por cuatro horas. La sensación de cuando se van acercando poco a poco los armados es indescriptible vi la muerte de frente, contuvimos la respiración y después de un tiempo, que me pareció eterno, hubo silencio y al salir nos dimos cuenta que estábamos perdidos muy lejos de la frontera de Gaza». Natanel también dio su testimonio: «Después de horas de estar escondidos entre las ramas, finalmente hicimos contacto con el ejército, policías o cualquier persona que fuera pasando, a algunos nos rescataron. Gad se escondió en un árbol, Naveh nos vino a rescatar, pero hubo muchos otros que nunca más los volvimos a ver». Yaelle: «No teníamos agua. Todos estábamos callados, era la muerte, sentíamos el holocausto sobre nuestra cabeza, cuerpos por todas partes en todas direcciones, charcos de sangre y después de nueve horas, finalmente, el ejército entró. En esa soledad recuerdo que yo solo miraba al cielo e imploraba a Dios ¡Quiero vivir, hago lo que sea, aun soy joven! Pero lo peor fue lo que le sucedió a Shani Louk, nosotros la conocíamos bien porque nos encontrábamos en diferentes festivales, con su novio mexicano, pero cuando vimos su imagen exhibida en todos los medios, se nos salió en el alma, jamás venga Hamas. Hoy, a todas estas voces se les han unido, millones de voces más preguntando: ¿Dónde están los rehenes?, ¿Dónde están los desaparecidos?, ¿De quién es esa guerra?

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024