Revista Personae

CALENTAMIENTO GLOBAL, DIVISA AL PORTADOR

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Algo estorba como zumbido en alas del moscardón al capital global: símil al insecto en guardadas similitudes. Durante poco más de doscientos años este sistema depositó sus huevecillos por todo el planeta, lo mismo en montes y valles que en selvas y desiertos, lagunas, ríos y mares, aún en el espacio sideral. Nada escapó a su desove reproductor, devastador por su naturaleza misma, y que hoy se traduce en la crisis planetaria por agotamiento de recursos naturales, debido a su explotación irracional vista ahora como el calentamiento del planeta que lleva al cambio climático que sitúa en peligro de extinción a la raza humana, aunque esto se vea a un futuro muy lejano, pero latente.

 

La ciencia ficción que dibuja esos escenarios devastadores de la humanidad, hoy los advierten los organismos internacionales en sus estudios e investigaciones referidas al calentamiento global y sus efectos inmediatos en la reproducción social, económica y política de la sociedad mundial. Pero aún así, de la crisis antropogénica el capital hace un espléndido negocio, ahora va por la fase superior de la explotación de los recursos cercenados, hace de la catástrofe una oportunidad para renovar tecnologías, crear procesos productivos adecuados a las circunstancias, acoplar la fuerza de trabajo a las exigencias surgidas del desastre, ahí canaliza las inversiones de las que espera, que ya tiene, sustanciales ganancias. La plusvalía está asegurada.

 

Calentamiento global, divisa al portador

 

En sus propias letras la visión de Banco Mundial sobre el tema: “El clima está perjudicando el bienestar y el potencial de las personas de todas las edades. El calor extremo, por ejemplo, aumenta las hospitalizaciones durante el embarazo y la malnutrición crónica y aguda en la primera infancia. Además, se relaciona directamente con resultados de aprendizaje más bajos, como los puntajes de las pruebas, y en 2021 provocó una pérdida mundial estimada de 470 mil millones de horas de trabajo entre los adultos en actividad. Sequías, tormentas intensas, olas de calor mortales. Estas aterradoras escenas provocadas por la crisis climática se han vuelto demasiado comunes en todo el mundo. Detrás de estos fenómenos meteorológicos extremos, el cambio climático está erosionando el capital humano —la salud, los conocimientos y las habilidades que las personas necesitan para desplegar todo su potencial—, lo que afecta en mayor medida a los pobres y vulnerables”.

 

Mari Elka Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial alerta que la comunidad mundial debe unirse para poner a las personas en el centro de la agenda del cambio climático. Para evitar impactos a largo plazo en el capital humano que pueden echar por tierra décadas de avances, se deberán adoptar medidas concertadas en todos los niveles y en todos los sectores. De cara al futuro, la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono ofrecerá nuevas oportunidades. Será necesario contar con personas saludables que estén preparadas para asumir los empleos del futuro con las habilidades adecuadas, y contribuir al aumento de la productividad y el crecimiento.

 

Hace cinco décadas organismos como Naciones Unidas encendieron las alertas rojas por el calentamiento global y cada año se reúnen los gobiernos de los países del mundo para tratar, deliberar y acordar medidas para contrarrestar los efectos del fenómeno; mucho ruido y pocas nueces han resultado de esos cónclaves, el problema crece, la devastación de los recursos naturales no para.

 

Los registros del desastre cada día son más alarmantes, dicho por los organismos internacionales, los impactos climáticos están empeorando: por ejemplo, las inundaciones extremas en Pakistán cobraron cientos de vidas y desplazaron a millones de personas; las sequías en China y el Cuerno de África afectaron a millones de personas, y en Europa se registraron olas de calor abrasadoras y la peor sequía en 500 años.

 

Calentamiento global, divisa al portador

 

En sus pronunciamientos coinciden en que lo que está en juego no podría ser mayor: “no actuar con la rapidez suficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) podría significar costos considerablemente más elevados en el futuro: hasta178 billones de dólares en los próximos 50 años o el doble del actual producto interno bruto (PIB) mundial. Y lo que es más importante, retrasar la adopción de medidas podría significar un daño potencialmente irrevocable a las vidas y los medios de subsistencia en todo el mundo”, ha publicado Banco Mundial.

 

Explica: “Hoy en día, la contaminación atmosférica es la principal causa ambiental de enfermedades y decesos prematuros en todo el mundo, dado que provoca la muerte de 7 millones de personas cada año. También constituye una prueba contundente de que los GEI están calentando nuestro planeta. Los contaminantes atmosféricos y los GEI suelen provenir de las mismas fuentes, por ejemplo, las centrales eléctricas alimentadas a carbón y los vehículos que utilizan diésel. Miles de millones de personas están expuestas a peligrosos niveles de contaminación atmosférica. Los perjuicios que esto provoca en la salud ascienden a 8.1 billones de dólares al año, lo que equivale al 6.1 por ciento del PIB mundial”.

 

Y en esa vorágine, el Grupo Banco Mundial ve la veta para la inversión y la explota, está apoyando la transformación de sectores clave que representan más de 90 por ciento de las emisiones de GEI: energía, agricultura (alimentos, agua y tierra) y ciudades (transporte y manufacturas). “Las transiciones hacia modelos con bajas emisiones de carbono en estos sectores tienen el potencial de generar billones de dólares en inversiones y millones de nuevos empleos durante la próxima década. Las oportunidades incluyen energía renovable y formas limpias de cocinar; la electrificación y la eficiencia energética del transporte, los edificios y la industria; una gestión más adecuada del uso del agua y la tierra, y una participación más amplia en cadenas de valor verdes, incluida la extracción de minerales críticos. Esta transformación también podría mejorar decisivamente la calidad de vida”, afirma la institución financiera más poderosa del mundo. Después de todo, todo es negocio.

POLÍTICA

Núm. 292 – Marzo 2024