Revista Personae

EL EJERCICIO DE LA VIOLENCIA SOBRE LA FIGURA MASCULINA

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¿Qué es la Violencia? Es el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo.

¿Por qué usar la violencia si se puede tener el mismo o mayor control sin necesidad de llegar a tocar a un individuo? Muchas personas usan la violencia principalmente para mostrar a un grupo o una persona en especial su “poder” sobre ella o él. Cuando escuchamos la palabra “violencia”, la mayoría de nosotros inmediatamente lo relacionamos con golpes físicos, esto es más común si viene de un hombre hacia una mujer, sin embargo, en la mayoría de los casos de mujeres hacia hombres, la violencia se ejerce de una manera psicológica. Para una mujer es mucho más fácil ejercer la “violencia psicológica” hacia un hombre, porque físicamente muchas veces está en desventaja o pueda haber una reacción que no pueda controlar. Dicho así, la mujer principalmente “controladora” que tiene una herida de “traición” o de “injusticia”, y que suele tener una máscara de “rígida”, son las dos más comúnmente asociadas a este tipo de conductas hacia un hombre.

 

El Ejercicio de la Violencia Sobre la Figura Masculina

 

Este tipo de mujeres buscan tener como pareja a un hombre con heridas de infancia como la “humillación”, el “rechazo” o el “abandono”, que tendrán máscaras de “masoquista”, “huidizo” o “dependiente”, así que podemos imaginarnos la conducta del hombre hacia este tipo de mujer. Un hombre que sea el típico “ayudador”, antepone las necesidades de su pareja a las suyas, yendo cada vez más profundo hasta no tener el control de lo que haga o diga; también es común ver hombres que huyen de responsabilidades y dejan de tener esa carga social dentro de una relación de pareja dejando que la mujer sea la que lleve el mando de dicha relación o matrimonio, así como el “dependiente” que ante el temor de que la mujer lo rechace o abandone, hace y dice todo para que no suceda.

 

Cabe mencionar que es la misma cara de la moneda si habláramos del “poder” que ejerce un hombre hacia una mujer, sin embargo, en el caso de las mujeres, es mucho más probable que ejerza la violencia psicológica en lugar de la física, ya que puede ser un proceso más lento, pero en muchas ocasiones, más efectivo que los golpes.

 

El Ejercicio de la Violencia Sobre la Figura Masculina

 

Es importante saber, que el “maltrato psicológico”, tiene que ser constante para reforzar este tipo de violencia, ya que la mujer que lo ejerce debe tener en constante recordatorio a su pareja «qué es lo que podría pasar si pensara en rebelarse sobre los deseos de ésta». También es importante saber las fases sobre las que opera este sistema de violencia.

Fase 1.- Acumulación de la tensión, que es cuando se comienza a entre ver una molestia causada por deseos no cumplidos (aparentemente), por acciones no realizadas tal como se dispuso, incluso hay ocasiones en que no se sabe la causa de molestia, sólo sucede, desconcertando más aún a la víctima.

Fase 2.- Episodio Agudo de Violencia En este caso la violencia puede ser física de igual manera, aunque hoy hablaremos de la psicológica, que es cuando se incrementan los insultos, se sobaja a la pareja, se humilla con comentarios demeritando la figura del hombre en la relación, amenazas sobre un posible abandono, incluso con una gran posibilidad de cambiar de pareja, dejando entrever la dependencia emocional que la mujer puede ejercer sobre este tipo de hombres.

Fase 3.- Etapa de Arrepentimiento, Calma o Luna de Miel, que es cuando en la mujer cabe un sentimiento de arrepentimiento sobre su conducta, se calma y puede hacer un poco de consciencia en lo que ha hecho o dicho y trata de compensarlo con una luna de miel para el hombre, donde se mostrará cariñosa, amorosa, incluso ceder ante alguna petición momentánea de su pareja.

Lo que tenemos que tener claro, es que esta última etapa sólo es momentánea, igual que cualquier actitud en ella, destacando que como mencionamos en un principio, la violencia debe ser constante para seguir ejerciendo dominio y poder sobre una persona.

Las consecuencias por supuesto son devastadoras, al igual que las secuelas de los golpes pueden quedar plasmadas en alguna marca o cicatriz física, estas actitudes por “violencia psicológica” traen como consecuencia un autoestima baja o nula, no existe autoconfianza en este tipo de víctimas, el ego normal que podría mostrar cualquier individuo queda por el suelo ante esta situación, cicatrices que tal vez no se vean pero que en muchos casos, quedan grabadas por mucho más tiempo que una física; incluso la máscara de “masoquista” o “dependiente” se puede acentuar acrecentando el miedo a ser rechazado o abandonado no sólo por esa persona, sino por cualquier otra a su alrededor, convirtiéndolos en presas de sus miedos, emociones, sentimientos encontrados e incapacidad y debilidad para afrontar este tipo de situaciones en cualquier momento de su vida, así como ser vulnerables ante situaciones de abuso emocional por parte de mujeres con características similares a las antes mencionadas.

 

El Ejercicio de la Violencia Sobre la Figura Masculina

 

Recuerda que es importante erradicar la “Violencia de Género” y si bien la Violencia en contra de la Mujer ha sido un tema que ha generado controversia en nuestro país, también debemos entender los diferentes tipos de violencia que existen y que la “Violencia Psicológica” es en gran parte la más aplicable al género masculino por su sutileza y por ser la que más se acomode cuando hay otras desventajas de género que impide a la mujer competir, hablando mayormente sobre la fuerza física con un hombre.

 

Tanto mujeres como hombres tenemos el derecho a la No Violencia, si en algún momento llegaste a pensar que la violencia sólo la vive la mujer es mentira, también el hombre es víctima de violencia sólo que en menor medida y de otro tipo, una que no es evidenciada pero que puede crear el mismo daño que en una mujer.

 

Así que es momento de crear consciencia tanto hombres como mujeres y sociedad en general, de que la Violencia de cualquier tipo es inaceptable y más cuando con la misma se genera una ruptura social, familiar y de estructura personal. Las secuelas por violencia siempre serán en gran parte un freno al crecimiento personal. Es importante que si eres víctima de algún tipo de violencia, hombres o mujeres, tengas la certeza de denunciar al mismo tiempo que de pedir ayuda, no temas el ser señalado sólo por tu género o por el «qué dirán», las ideas machistas sobre que los hombres no deben llorar no son más que estereotipos sociales, que si bien son difíciles de cambiar, es más fácil cuando tenemos la consciencia de que nuestra sociedad tiene que evolucionar.

Aunque seas un hombre muy hombre, ¡NO te calles!

MISCELÁNEO

Núm. 293 – Abril 2024