Revista Personae

LA PAGANERÍA
Caminos Iniciáticos: Las Runas

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Afortunadamente existen tradiciones que se continúan practicando, algunas estrictamente como fueron aprendidas. En una época donde pareciera que “todo está inventado” y que la tecnología arrasa con el asombro de la población, aún existe un gran campo para los aprendizajes mágicos y también llamados “paganos” (por aquellos dogmáticos cristianos).

Hablemos de uno de estos caminos mágicos, las runas por ejemplo, existen muchos mitos y creencias en torno a ellas desde tiempos remotos, sin embargo coincide en que fue un sistema de comunicación tan elevado (solo unos cuantos tenían el don para hacer esto y hablar con los dioses) como también fue un sistema alfabético para comunicarse a nivel terrenal. Para abordar el tema de las runas, es casi imposible hacerlo sin contar la historia de quién las obtuvo y decidió compartirlas con nosotros. 



La historia comienza con Odín, quien se colgó del árbol del mundo (el Yggdrasil) en sacrificio durante nueve noches con sus días para adquirir conocimiento.



Desde su nacimiento se sintió atraído por alcanzar la sabiduría después de buscar dónde la podría hallar, supo que en las raíces del árbol sagrado se encontraba un pozo cuya agua otorgaba la Sabiduría. Cuando consigue descender hasta el pozo en las raíces del gran árbol, el pozo estaba resguardado por la cabeza de Mimir, una Diosa que había sido previamente decapitada y que residía ahí, en las raíces del Yggdrasil. Mimir accede a que beba del pozo para obtener conocimiento con una condición y esta fue que él debía darle uno de sus ojos (el sacrificio) para dejarle beber del pozo de la Sabiduría.



Odín no lo duda, sacrifica uno de sus ojos para poder beber de la fuente de la Sabiduría. Conoce cosas inefables y adquiere el conocimiento, pero necesita más. Odín cuelga del Yggdrasil, herido de muerte en un sacrificio voluntario para después resucitar lleno de poder y sabiduría. Cuenta la leyenda, que se le otorgo el poder sobre la vida y la muerte, y en entre esos días en los que se mantuvo entre la vida y la muerte, en un destello entre las sombras vio surgir las runas. Con la fuerza que le quedaba, lanzó un grito de rabia, estiró la mano y logró alcanzarlas. 


Después de esto, muchas serán las batallas que mantendrá Odín con su espada mágica y sus guerreros contra los gigantes de hielo. Además, como él ya es conocedor del destino que les espera a los Dioses, va reuniendo en el Valhalla a las almas de los héroes muertos en combate para formar un ejército en espera de la batalla final en Ragnarok.



No obstante, las runas son más grandes que el mismo Odín. Después del sacrificio de su ojo izquierdo el cual no es más que una simbología de la voluntad por el conocimiento, Odín ve todo el sufrimiento por el cual deben atravesar los hombres, sin embargo, sabe que es necesario, ya que conoce el destino final de hombres y dioses, es por eso y por su paternal naturaleza que le comparte el conocimiento de las runas a la raza del hombre.



Odín era considerado un dios muy feroz y su furia en batalla no se comparaba con la de nadie más, y es esta misma ferocidad que se le reconoce también en las letras, considerado como el Dios de los poetas, a quiénes les brindaba la inspiración en forma líquida y sabor exquisito del hidromiel.



Las runas se convierten en la lengua de los poetas y los caracteres tallados en madera y piedra; las hojas de las espadas, los cantos y formas corporales son el origen de todo conocimiento y de cada fuerza. Los guerreros vikingos respetaban tanto el poder de las runas, que antes de cada batalla, sus cuerpos adoptaban estas figuras en forma de tatuajes o inscripciones en las espadas. Es bien sabido que para tener éste don se debe nacer con una cierta sensibilidad para las mancias, sin embargo, al ser origen del sacrificio de voluntad y deseo de conocimiento del padre Odín, no significa que si no tienes el don estés exento de practicarla. El talento natural no es nada sin la disciplina y la constancia que lo acompañan. 



La próxima vez que escuchemos a alguien hablar sobre algún estudio pagano, antes de burlarnos o desacreditarlo, abramos nuestra mente para escucharlo, les aseguro que la riqueza folclórica así como uno que otro conocimiento oculto les caerá de maravilla. Pareciera que, con el avance tecnológico nos hemos aislado a resumir el mundo únicamente bajo esta perspectiva, y desde el punto de vista de esta redactora, la realidad suele tornarse a que hemos perdido muchos más conocimientos de los que hemos adquirido.

MISCELÁNEO

Núm. 300 – Noviembre 2024