Revista Personae

PROHIBIDO ENVEJECER

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PROHIBIDO ENVEJECER Karla Aparicio

 

“Una mujer inestable”. “Una amargada”. “Con arrugas y canas”. “Irritable”. Le pregunté a varias personas: “¿A qué se parece una menopáusica?” y esas fueron algunas de las respuestas que obtuve. No sorprende que el 77% de las personas hayan declarado no conocer el uso correcto de la palabra “menopausia”, según un informe sobre el climaterio que realizó No Pausa, una organización que busca visibilizar la menopausia con una perspectiva contemporánea e intergeneracional. Como su nombre lo dice, la menopausia es una pausa de la etapa de la menstruación y reproducción, con la que se pasa a otra etapa de la vida.

 

POR EL BIEN DE TODOS, ¡DESMITIFIQUEMOS LA MENOPAUSIA!

Dicen que el cabello gris en los hombres los hace “más interesantes”, que sus canas son un símbolo de sabiduría y experiencia. En cambio, a la mayoría de las mujeres nos dan terror, porque socialmente delatan nuestra edad, y para nosotras está casi prohibido envejecer.

 

Todos los ciclos de la vida son fabulosos y traen consigo aprendizajes y desafíos que nos hacen crecer desde distintas aristas. Lejos de horrorizarse por cumplir años después de los cincuenta, esta época debería agarrarnos fuertes, entusiasmadas y valientes, preparadas para disfrutar de la madurez. Es el momento perfecto para pasar tiempo de calidad con la selecta compañía que nos rodea, lejos de las etiquetas y los estereotipos que la sociedad pone sobre nosotras y que suelen avivar la tan temida y compleja “crisis de los cincuenta”. Como toda crisis, esta no es más que una oportunidad para que ocurran un montón de acontecimientos nuevos, esperados e inesperados. ¡Es por eso que también la llaman “la adolescencia de la edad madura!”.

 

 

Entre los cuarenta y cincuenta es la etapa en que aparece la menopausia. La menopausia es solamente EL FIN de la etapa fértil, más NO de la sexualidad. Llegar a este momento no tiene porqué definir tu vida a partir de ahora, no te hace «vieja» y, desde luego, no te hace «menos mujer». Tu valor como persona va mucho más allá del estado de tu útero o tus hormonas. Además, a todas nos llega y nos llegará. Aparecerá antes o después, con más o menos intensidad, pero de que a todas nos llega, ¡nos llega! y casi sin avisar: despacito, como una pacífica tempestad: es aquí cuando se construye una montaña rusa gigantesca con mil cambios hormonales y físicos.

 

Si estás dentro de esta década, tal vez, más de alguno de los 130 y tantos síntomas te suene conocido, ya que son iguales para todas en un 80%: no solo engordamos más fácilmente, sino que la grasita incómoda se acomoda en lugares que antes no lo hacía, y justamente donde no queremos. De pronto tenemos insomnio y otros días mucho sueño. La apatía nos anda rondando, ni siquiera llega a tristeza pero otras veces estás tristísima. La falta de concentración y el cansancio se vuelven casi una costumbre. Hay días que duele todo y otros no todo. Aparecen esos pelillos horribles en la barbilla.

 

Una señal muy clara de que ya llegó la menopausia es cuando preguntamos: “¿Soy yo, o aquí hace mucho calor?”, pues llegan los famosísimos “bochornos”, algo así como un fuego-helado. No es el calor que viene de afuera hacia adentro, ahora es un calor que viene de adentro hacia afuera. ¡Todos con abrigo y tú con abanico! También aparece la flacidez, la falta de elasticidad y la resequedad en todo. Además, aumenta el riesgo cardiovascular. ¡Por si fuera poco, las canas crecen a la velocidad de la luz!

 

 

 

NO TENGAS MIEDO A USAR HORMONAS

 

Sí, son muchos cambios. Y solo estoy hablando de lo que sentimos o vemos físicamente. Se vuelve una locura el diario vivir, pero… Me encantan los peros. ¡Porque todo tiene arreglo! Hay solución para todos y cada uno de los síntomas. Una gran mayoría de mujeres prefiere aceptar la menopausia como un fenómeno natural y vivir así, “Que al fin son achaques por la edad y son llevaderos o leves”.

 

Hay muchos tratamientos eficaces disponibles, como pequeños ajustes en el estilo de vida. Pero lo más poderoso y necesario es una terapia hormonal, que es maravillosa, porque te devuelve el equilibrio y vuelves a sentirte como hace mucho no lo hacías. Con esto existe un increíble beneficio sobre todos los síntomas y un aumento de la calidad de vida, siempre vigiladas por un médico.

 

Sí, también hay una infinidad de mitos sobre la Terapia hormonal (TH). Pero son solo eso, mitos. Hay quienes tienen la muy marcada idea de que producen cáncer cuando, en realidad, es todo lo contrario, pues los estudios han demostrado menor riesgo de cáncer en las usuarias. Es importante que a partir de este momento también se cuiden los huesos para evitar la osteoporosis.

 

Muchas veces creemos que no nos está afectando, y que todo lo que sentimos es por la edad, o el estrés, o lo que sea. ¡No, es por la menopausia!. Las mujeres que dicen: “Yo no sentí la menopausia” y hacen que te preguntes: ¿Seré un bicho raro? ¿Estarán mintiendo? O simplemente no relacionan estos síntomas con sus cambios hormonales.

 

La falta de información dificulta adaptarse y aceptar los cambios que está atravesando el organismo. Muchas veces, el desconocimiento y los tabúes hacen que todo esto se lleve bajo un aura de secreto y silencio, como si no hablar de la menopausia impidiera que llegara. ¡Hay que hablarlo! Porque si se habla, comienza a existir. No hay que llevarlo oculto o esconderlo en el cajón. Es muy importante que lo contemos, pues cuanto más lo hablemos, cuanto más preguntemos, más vamos a desmitificarla. Además, es la única forma en la que conseguiremos que nos comprendan y puedan empatizar con los cambios que estamos sufriendo, para así poder contar con una red de apoyo de nuestros seres queridos. También es necesario reconocer cuándo un poco de ayuda profesional puede sernos útil y buscarla.

 

 

La menopausia no tiene por qué convertirse en un momento traumático, solo es el paso a una nueva etapa de la vida, una de tantas que nos muestra que nos queda mucho por delante. ¡Apenas tenemos cincuenta y tantos! Por favor, no te acostumbres a vivir así, visita al médico, ya sea al ginecólogo o al endocrinólogo. De esto depende que los años que están por llegar sean grises o maravillosos.

 

Imagínate a los cincuenta y tantos, sintiéndote física y emocionalmente excelente. Súmale que toca hacernos cargo de nosotras mismas, de darnos ese tiempo maravilloso que tanto anhelamos para hacer y deshacer todo lo que nos propongamos. Toca chiquearnos. ¡Hagamos esta etapa la mejor de nuestras vidas!

 

PORQUE NO ESTA POR DEMÁS DECIR QUE A LOS CINCUENTA, LA EXPERIENCIA SE CONVIERTEN EN CERTEZA Y LA CERTEZA EN TRANQUILIDAD.

 

P.D.: El secreto para que todo esto suceda, además de una TH, es cuidarnos más que antes. Las recomendaciones de toda la vida:

+COMER BIEN.

+DORMIR BIEN.

+EJERCITARSE BIEN

+VISITAR AL MÉDICO REGULARMENTE.

 

Hoy, más que nunca, tenemos que llevarlas a la práctica.

MISCELÁNEO

Núm. 293 – Abril 2024