¡AGUAS CON EL AGUA!
- VERSO CONVERSO
- abril 2023
- Ing. Carlos Miguel Valdes Gonzalez
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Lo que ahora es tan trivial y común como girar la llave del agua y que salga ese fluido maravilloso, eventualmente se podría convertir en un acto milagroso. La mayoría damos por sentado que el agua estará siempre disponible. La situación que vivió la Ciudad de Monterrey el año pasado, con la escasez de agua, y la que vive y está por vivir la Ciudad de México, son simplemente fotografías de lo que nos puede deparar el futuro en cuestión del vital líquido. Parece increíble, que hace un poco más de 500 años, la CdMX, estuviera sobre un inmenso lago. Varias pinturas, inclusive miniseries como “Hernán” del 2019, muestran lo increíble que era. Pero al paso de los años, un manejo inadecuado del recurso hídrico nos ha dejado con pocos vestigios, como lo es Xochimilco, de lo que era ese gran lago. Es posible aún, en construcciones cerca del centro de la ciudad, ver que, al hacer excavaciones, necesitan estar bombeando agua que se acumula, de un día para otro, mostrándonos que aún sigue una especie de lago que satura el suelo arcilloso y blando de esta zona. Actualmente esa agua no puede, no debe ser utilizada para el consumo, primero porque al extraerla, generamos que la capa de arcilla, como si fuera una esponja exprimida, se reduzca en espesor, provocando hundimientos severos que lastiman los edificios y casas y los hacen vulnerables ante los sismos, además de amplificar el movimiento sísmico. Segundo, también, los hundimientos provocan que las tuberías del agua potable y del drenaje, se desacomoden y rompan, provocando un sinnúmero de fugas, que hacen que se pierda el agua o que se contamine.
Entonces, ¿de dónde conseguimos el agua para la ciudad? Principalmente de pozos en la zona Sur de la ciudad y del sistema Cutzamala (palabra Náhuatl que significa: Lugar de las comadrejas). Inicialmente se pensó que los pozos del Sur no provocarían más hundimientos, pero lamentablemente no fue así. Lo que indica que es un acuífero continuo. La otra fuente importante de agua, proviene del Sistema Cutzamala -que inicia en Michoacán, pasa por el EdoMex y llega a la CdMX- este colecta, almacena y envía agua a la CdMX, alrededor de 15.6 m3 por segundo (esto equivale a un canal de 5 metros de largo, por 3 de alto y uno de ancho –pasando cada segundo) a la CdMX–, a través de un trayecto de hasta 127 km y una variación de elevación de un poco más de un kilómetro, usando 7 presas, 6 plantas de bombeo, y 1 potabilizadora. Imaginemos que tenemos que recorrer esa distancia y además subir 1,000 metros (unas 4 veces la altura de La Torre Mayor), con un garrafón de 20 litros, que pesa 20 kilos. Y aunque la OMS (Organización Mundial de la Salud), sugiere un consumo diario de 100 litros de agua por ser humano, en la ciudad el 77% consumimos cerca de 150 litros al día para satisfacer nuestras necesidades, por lo que tendríamos que cargar 7 garrafones. ¡Mucho trabajo!
Precisamente esa es la definición en física de trabajo, fuerza por distancia.
Como no pensamos en lo que cuesta el suministrar el agua a la CdMX, u otras ciudades, a veces no la valoramos. También, por las condiciones de hundimiento antes mencionadas, se pierde cerca del 40% del agua por fugas, y además se contamina el agua por estas mismas roturas. ¿Por qué no reparamos las fugas? Pues porque es una tarea titánica y costosa que requiere de cambiar las tuberías de todas las calles de la inmensa CdMX, ya que se tendría que escarbar, reemplazar, cubrir y pavimentar, mientras se corta el suministro de agua y drenaje.
¿Qué podemos hacer para ahorrar agua? La primera medida poco popular es aumentar el costo que pagamos por ella. Mi recibo bimestral enero-febrero es de $86, en cambio en Costa Rica, país en el que sobra el agua, el recibo mensual equivalía a $800. Esto nos obligaría a cuidar el agua. Es interesante, que cuando compramos una botella de un litro de agua en el Oxxo, nos cuesta $19, con ese costo, nuestro consumo de 150 litros por día sería de $2,850, que nos daría un total por mes de $85,500, por persona. Seguro que no desperdiciaríamos el agua. Cuando vemos una fuga en alguna llave del agua, una pequeña gota que cae cada 3 segundos, contiene unos 0.25 mililitros, entonces gastamos, desperdiciamos un litro cada 3.3 horas o unos 8 litros por día, 240 litros por mes y 2,880 litros por año. Si somos 8 millones en la CdMX, una gota por persona cada 3 segundos, se convierte en 22.4 millones de m3, un poco más de un día de agua para la ciudad.
Entonces, hay que reparar las fugas, grandes y pequeñas. ¿Qué tanto de agua usamos en el WC? En promedio vamos 7 veces al día y estos equipos gastan hasta de 12 a 16 litros en cada uso. ¿Cómo podemos ahorrar agua en el WC? Pues tenemos que ir, cuando toca. Pero si colocamos una botella de plástico grande y que quepa, llena de agua y cerrada, dentro del tanque de agua, no le quitaremos la presión con que baja el agua y que es lo que hace funcionar al WC, pero ahorraremos dos litros por cada uso, o sea una botella de dos litros, ahorrará 14 litros por día y 5,110 litros por año. Nosotros así lo tenemos en el departamento y sin problema. Otro lugar en donde ahorrar agua, es en las llaves por ejemplo del fregadero, al poner estas regaderas que dispersan el agua y hacen más efectivo el uso del agua para lavar platos y utensilios de cocina. Estos dispositivos cuestan, los de plástico, unos $20. Igual con las regaderas para bañarnos, hay algunas que eficientan la salida del líquido y ahorran agua. También, no hay que pasarnos mucho tiempo en la regadera o cantar ahí canciones cortas, pues en 5 minutos en la regadera, podemos consumir hasta 60 litros. Entonces, ser breves y cerrar la llave al enjabonarnos, ahorrará agua. La lavadora con capacidad de 7 Kg de ropa consumirá unos 42-62 litros, en este caso lo ideal es usar la carga completa de ropa, menos kilos, implicará desperdicio de agua. Creo que se sobreentiende la importancia de usar una cubeta de agua en vez de una manguera cuando lavamos nuestros vehículos.
Un aspecto menos visible sobre el uso del agua es el consumo que se utiliza en producir lo que nos comemos. Por ejemplo, un kilo de aguacates requiere de unos 2,000 litros de agua para producirlo, un kilo de naranjas o jitomates utilizará 500 litros para su formación, y un kilo de arroz unos 1,670 litro de agua. Por supuesto, esto no es para dejar de consumir estos productos de la dieta mexicana, sino ser conscientes del gasto hídrico necesario, para tenerlos en nuestra mesa.
Así que la atenta sugerencia, es que cada una o uno de nosotros, cuando deseamos que llueva invocamos a Tláloc, recordemos que cuando Tláloc llegó a la CdMX, llovió a cantaros, no obstante, lo más importante es tomar conciencia del uso responsable del agua, cuidándola para que todos podamos tener acceso a ella.
Prevenir para vivir.
Carlos Miguel Valdés González