Revista Personae

ALEJANDRO ROSAS

Divulgador de la Historia

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Charlamos con el divulgador de la Historia Alejandro Rosas, quien además de contar con populares libros como Erase una vez de México y Pandemia bizarra, es colaborador de W Radio y ADN 40 llevando la historia a los medios electrónicos de una manera amena.

La entrevista se pacta en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Mineria (UNAM), justo tras la presentación de su libro Ciudad de México (editorial Nostra) y la consecuente firma de libros, el recinto se ve rebasado, mucha gente se queda afuera, al entrar recibe una ovación similar a la de un rockstar. La firma de libros se entiende por hora y media, el autor conserva la sonrisa, incluso hay quien llega con una docena de libros distintos y le firma todos.

 

Alejandro Rosas

 

Expone su forma de trabajo: “Hay varias maneras de acercarse a la historia, desde luego la heroica que es tradicionalmente usada por la política, de broce y mármol donde todos son o impecables héroes o grandes villanos, entonces se vuelve prácticamente de flojera. Luego, hay otra donde,, evidentemente tienes que ser serio en la investigación pero puedes contarlo de una manera de vida cotidiana”.

Le comento que no hay feria del libro donde no se presente una historia de la Ciudad de México, explica: “Aquí la historia nunca va a terminar de contarse; o sea la hay por todos lados, por donde la veas, puedes dedicarte a los espectáculos, a los bajos fondos, a la policía, a los servicios, a los edificios, a las calles, es inagotable como en general lo es la historia. Esta, particularmente, tiene mucho, sus etapas como virreinatos, su etapa prehispánica, su etapa en la independencia, por aquí cruzaron caudillos revolucionarios, emperadores o sea realmente todo ha pasado por aquí. Al final, se concentraba aquí el poder, evidentemente, cada estado tiene su historia pero de algún modo todos pasaron por aquí”.

“Lo que tenemos que hacer, ahora, es recuperar las historias regionales. Así como hay muchas historias de la Ciudad de México, tendríamos que hacer las historias de Monterrey, de Guadalajara y de Colima, porque si no, nunca vamos a tener el rompecabezas completo de la historia nacional, siempre va a ser una visión desde el centro”, propone.

Antes existía la figura de Cronista de la Ciudad de México quien era reconocido por intelectuales, autoridades y demás, Alejandro Rosas Opina: “Yo soy de la idea de que tendría que haber un cronista y al que se le pagara bien para que se dedicara a estudiar la ciudad, pero esto de cargos honorarios creo que yo no lo tomaría por más que me dijeran, porque el trabajo cuesta, la investigación cuesta, sentarte a pensar y escribir cuesta. Entonces hay que tratar bien a los cronistas, tendría que recuperarse esa figura”.

Expone su estilo: “Nunca me gustó el asunto académico; o sea, yo creo que la literatura se puede combinar con una buena investigación, lo cual no quiere decir que sea ficción. Literatura es aprender a escribir y si sabes escribir puedes escribir historia fundamentada. Hay historiadores que son muy buenos, muy académicos, pero son cuadrados, aburridos, monótonos, preciosistas. Yo daría clases de redacción, de literatura y de narrativa a los grandes académicos de la historia para que aprendieran a escribir como debe de escribirse la historia, con interés, sin tener que falsear, ni inventar, simplemente haciéndolo narrativo”.

“Si en la academia te rechazan que escribas con soltura y con una narrativa literaria, pues entonces es peor para la academia; porque, entonces, nunca van a trascender esos historiadores, van a seguir vendiendo dos mil ejemplares en 18 años en la UNAM o en alguna otra institución”, advierte.

Sobre su éxito acota: “Lo importante es que hemos llegado o logrado que la historia sea agradable a quien le escucha, ya sea leída, contada o narrada a la gente le gusta que le cuenten así la historia y no tienes que falsear no tienes que inventar; simplemente tienes que quitarle todo el bronce y el mármol”.

 

Alejandro Rosas

 

Recalca el uso político de la historia: “Si la gente quiere aprender historia no es escuchando López Obrador o a Claudia Sheinbaum o a los gobernadores. La clase política, hoy Morena o antes el PAN o antes el PRI, siempre van a manipular la historia para hacerla a su discurso y a su conveniencia. Eso no es historia, eso es politización de la historia, si tú quieres aprender la historia vete con los historiadores, con los divulgadores, con los cronistas. Ahí donde está, lo demás es discurso chafa”.

Hoy basta abrir una red social para ver como se generan apasionadas y poco respetuosas polarizaciones, Alejandro Rosas comenta: “Creo que tiene que ver con la politización, no tiene que ver con la historia, tiene que ver con tu posición política y eso va a seguir estando vigente porque no hay manera de cambiarlo, mientras persista la polarización”.

Al preguntarle si se considera un historiador de derecha, como lo han catalogado algunos, responde: “No, yo me considero un historiador de centro, porque lo mismo puedo criticar a la derecha que la izquierda y de hecho mi posición política es esa. Yo detesto muchas cosas del PAN y del PRI ¡no se diga! y muchas de MORENA, porque me parece que recuperaron lo peor de los partidos. Entonces que digan que soy de derecha porque estuve unos años con Krauze me viene valiendo un sorbete, no me afecta ni nada”.

Regresamos a la polarización y pregunto en que momento cree que se descompusieron las cosas, donde la tendencia predominante es de gente que ya no se analiza solo descalifica, opina: “Se descompuso frente a la promesa del gran cambio que no llegó. Primero con los panistas y priistas que no supieron cómo entrarle a lo que se necesitaba en este país que era luchar contra la corrupción y todos esos elementos que rescató muy bien López Obrador; pero, una vez que llega López Obrador, cuando esperas que se dé el gran brinco para una transformación real, te das cuenta de que siguen siendo lo mismo, por otros caminos”.

Reconoce que el actual presidente lo sorprendió negativamente: “Yo sí pensé que, después de haber estado 12 años en campaña, llegaría como una preparación increíblemente buena, con los proyectos muy amarrados. Me ha decepcionado porque llegó como si lo hubieran nombrado jefe de grupo de la secundaria, así, a ese nivel”.

¿Cómo crees que describan este sexenio tus colegas de dentro de 50 años?, es mi siguiente pregunte que responde con cautela: “Habrá que ver los números, para nosotros, los que nos dedicamos a la historia, ahorita si quisiéramos historiar esto, es imposible porque somos parte de los protagonistas y de los testigos de lo que está sucediendo. Yo creo que para poder analizar bien un sexenio, tienen que pasar cuando menos dos generaciones, dices bien 50 años, esos historiadores tendrán que analizar los números, qué derivó después de esto, de dónde veníamos antes; o sea, hacer un análisis mucho más profundo. Ahorita yo no creo que nadie ya pueda decir que esta 4T fracasó”.

 

Alejandro Rosas

 

Sobre su presidente más admirado y odiado, aclara: “Yo no odio ningún presidente y me gusta mucho Madero porque creo que su visión de los ciudadanos sigue vigente hoy en día; pero, me causa tanta pasión para escribir sobre el Huerta, como Díaz Ordaz, López Portillo o Peña Nieto; o sea, mi función no es ‘¡ah ese es maldito y es malo, ya no lo voy a escribir!’ No, al contrario, siempre he dicho hay que hacer un striptease de prejuicios para acercarte la historia, si entras con prejuicios, mejor dedícate otra cosa”.

“Por ejemplo, si estamos escribiendo de cosas del siglo XVI, si me afectara a estas alturas eso estoy frito como Claudia Sheinbaum. Si a ellos les duele que se le llame el árbol de la Noche Triste o la calzada Pedro de Alvarado, me parece que están fritos, totalmente. ¡Ya no, ya pasó eso!, ya por más que le cambies el nombre a una calle o un árbol, eso ya pasó y se quedó así y se va a quedar escrito así para la eternidad. Entonces pueden patalear quitar el Colón, quitar toda la ciudad si quieren; pero la historia fue así, punto. A mí no me importa si en el siglo XVI eran buenos o malos, yo hace cuatro siglos que sucedió, eso me parecería una tontería”, complementa.

Sobre si ha habido un cambio en el uso de la historia entre el PRI de hace 50 años y el MORENA de hoy expone: “Tiene la misma intención, pero ahora la diferencia es que tú puedes tener 10 libros con qué confrontar lo que te está adoctrinando MORENA y en la época del PRI no había diez libros para hacerlo, toda la historia se quedaba en la academia. Hoy tú si te dicen es que Juárez es el mejor presidente, tú puedes ir a buscar a Gandhi a Sanborns y a diez mil lugares buscar sobre Juárez y ver si lo que te están diciendo es falso”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024