CARLOS RETA
Diagnóstico de la Administración Pública
- POLÍTICO
- septiembre 2021
- Patricio Cortés
COMPARTIR
La administración pública, como toda profesión, requiere para su buen desempeño de una preparación adecuada, así como la experiencia de quienes la comanden. De ello, charlamos con Carlos Reta Martínez, quien además de haber sido legislador y ocupar importantes cargos en el gobierno federal, ha dirigido el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), por lo que suma, como pocos, la práctica con la teoría.
De entrada, nos da su diagnóstico: “La administración pública en este momento, en este gobierno, se está llevando muy mal porque hay varios factores que la determinan en esos términos: 1) La falta de conocimiento adecuado de los cargos públicos que detentan a nivel secretarios oficiales mayores, etcétera, etcétera. 2) Ha sido un esquema en el cual, a través del tiempo, hemos visto como se ha deteriorado el concepto del administrador público de profesión y que se ha ido más bien por el amiguismo, por el incondicional, el propio presidente lo ha dicho ‘prefiero 10% de conocimiento y 90% de lealtad’”.
Si bien, expone que en el presente sexenio el problema va en ascenso, reconoce que es añejo: “No es un problema nuevo en el sentido preciso, si analizamos la historia de la administración pública que desde el siglo XIV hemos visto que siempre ha habido privilegios para los amigos del poderoso en turno. Es hasta entrado el siglo XX que se formaliza el concepto de estudios formales de administración pública, ligado a otras ramas como la creación del servicio civil de carrera, empieza a darse pasos muy relevantes, muy importantes para establecer una administración pública por méritos y dejar de lado una administración pública como botín, lo que a la fecha persiste todavía, llegan los cuates, compadres, amigos, las personas con las que se pueden hacer negocios y no importa si las personas saben de las tareas del cargo para que se les está designando. Se ha olvidado la preparación, la capacitación de los servidores públicos, desde los puestos más elementales hasta los de más alto nivel”, advierte.
En la charla, sale a colación que, en algún momento, México tuvo secretarios de Estado de primer nivel: “Si usted revisa los gabinetes por sexenio, usted va a ir notando los cambios desfavorables que hemos ido viendo en los últimos sexenios. Esas figuras que se produjeron a partir de la Revolución Mexicana, donde hay grandes figuras de nuestra vida pública, se han ido desapareciendo. Usted no puede tener, con todo respeto a las profesoras, de secretaria de Educación Pública a una profesora de primaria, de kínder, cuando tuvimos a un Vasconcelos, a un Torres Bodet, un Jesús Reyes Heroles, o un Fernando Solana; es decir hay distingos muy notables. Con todo respeto a las mujeres y a los profesores, hay niveles de responsabilidad que deben llevar quienes tengan esa capacidad, en la Secretaría de Educación Pública ha habido un buen número de mujeres a nivel de subsecretarias de primerísimo nivel. No importa el género, lo que importa es la preparación. Esta (Delfina Gómez) es una mujer que viene de haber creado, por mandato de un personaje que le pagaba, un kínder que luego creció y se conformó en primaria y luego llegó a secundaria, esa es la experiencia de la señora secretaria de Educación. Eso no es hablar, y lo quiero dejar muy claro, en términos de género, de despotricar en contra de una mujer, lo que pasa es que hay mujeres muy talentosas que podrían estar desempañando esos cargos como también hay hombres que les ha faltado capacidad para desempeñar los cargos para los que han sido nombrados”.
Surge el ejemplo de Doña Rosario Green quien fue subsecretaria de Relaciones Exteriores y después fue secretaria, cuya capacidad era manifiesta.
“En este sexenio vemos casos como el de un alto funcionario de nombre Marx (Arriaga Navarro) que desempeña un cargo que yo tuve hace tiempo de director general de Medios Educativos y se le ocurre que va a reformar los libros de texto gratuitos que han sido ejemplo en el mundo, elaborados por personajes de gran valía intelectual. Decidieron modificar 18 libros, finalmente terminaron dos y usted los ve con faltas de ortografía, ilustraciones que no corresponden al texto que se está leyendo, con una serie de elementos negativos que denotan la falta de conocimiento de estas gentes. Contrataron a quienes lo hicieron, les pagaron, pero parece que contrataron a militantes de un partido político no a educadores”, expone.
Hasta hace poco, Carlos Reta comandaba el Instituto Nacional de Administración Pública, por lo que conoce a fondo el tema de la capacitación de la burocracia. Nos explica que además existen otros centros de formación, pero advierte: “Tenemos un déficit de capacitación muy importante y relevante de esta materia. Hay muchas instituciones de capacitación e instrucción para temas de administración pública que no se aprovechan, se prefiere contratar a los llamados servidores públicos de la nación y pagar el recurso a estos activistas, a hacer algo realmente que beneficie a la administración pública en lo general”, añade.
Percibe la ausencia de personal capacitado en todos los niveles: “La administración pública requiere buenos ingenieros, doctores, dentistas, matemáticos, todas las profesiones que se pueda imaginar. Tiene que ver con la capacitación de personal especializado en las diversas materias donde el gobierno tiene responsabilidades y, lamentablemente, tenemos problemas muy serios. Leía que desaparecieron 74 mil 500 juguetes que estaban almacenados en una bodega en la zona del pantalón, en Cuajimalpa. ¿Cómo pueden desaparecer sin que nadie se dé cuenta? Ni siquiera podemos tener un buen servidor público que sepa labor de un vigilante”.
“Tengo la impresión de que hemos venido decreciendo. Hemos tenido buenas épocas en donde las escuelas y las oficinas llamaban la atención por el cuidado de quienes tenían a su cargo la tarea más elemental, la limpieza, y lo hacían correctamente, hasta en aquello manejaban niveles muy profesionales que implicarían labores de investigación, de mayor profundidad”, opina el también docente.
Pone en la mesa un ejemplo sobre cómo superar un desafío recurriendo a los profesionales adecuados: “Tuve la fortuna de trabajar mucho en las tareas educativas, fui director de la Telesecundaria en una época de mi vida y teníamos como labor impartir la secundaria por televisión en aquellos lugares donde no había electricidad (entre 1966 y 1969, aproximadamente). Entonces, se nos ocurrió hablar con el Instituto de Ingeniería de la UNAM y ellos nos desarrollaron una bicicleta que, al pedalear, generaba electricidad y se conectaba a una pantalla de televisión (los alumnos se turnaban para pedalear). Esto fue posible porque se había hecho un desarrollo con personal especializado, técnico y científico, que sabían que es lo que había que hacer para obtener electricidad en las comunidades donde no la hay”.
Explica cómo los temas administrativos en las instituciones repercuten en la prestación de los servicios públicos: “Con la pandemia, vemos que los profesores del ámbito rural no les llega la quincena, no llegan los libros de texto, una serie de fallas de carácter administrativo que responden a una falta de conocimiento universitario. Si usted no les paga, no les da los servicios que la Constitución y en las leyes se establecen, de un servicio médico, de un seguro de vida para proteger a sus familias, en caso de que falte la cabeza de familia, hay desaliento y luego el mal ejemplo que se ve, que en tal lado están robando, están desapareciendo cosas, no se ve nada y dicen ¿por qué sí tengo que hacer mi tarea y no lo que hacen fulano y perengano?”.
Forma parte del consejo directivo del INAP, mismo que presidió hasta hace unos meses y refiere: “El instituto se fundó en 1955 por gente de gran capacidad del área de hacienda que veían la necesidad de tener personal capacitado. Lamentablemente, para el actual gobierno, la capacitación para los trabajadores al servicio del estado no es relevante y lo que se tiene es un decrecimiento de la matrícula en el instituto que se ha resuelto en reducir los costos y lo pagos a los profesores que son de primera y que los alumnos paguen de sus propios recursos para poderse capacitar”.
Para concluir añade: “Simplemente que el gobierno se dé cuenta que la educación en general es muy relevante e importante. En administración pública es fundamental para que las cosas salgan bien a los gobiernos tanto federal, como estatal o municipales. No es posible que sin un mínimo de educación se puedan realizar actividades elementales”.