JESÚS ESQUIVEL
Analiza la cobertura del narco
- PERIODISTA
- octubre 2024
- Patricio Cortés
- Fotografía: Mario Torres
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De forma mediática se habla mucho de cómo el tema del narcotráfico impacta nuestra relación con el vecino del norte, no obstante J. Jesús Esquivel hace importantes acotaciones al respecto. Nuestro entrevistado es corresponsal en Washington desde 1988, ha trabajado para los principales medios nacionales y actualmente lo hace para Proceso. Como analista político ha sido convocado en varias cadenas internacionales de radio y televisión como CNN, Univisión, Al Jazeera, Telesur y RCN. Es autor de media docena de libros con el tema que nos convoca.
Sobre la trascendencia de la lucha antidrogas en las relaciones bilaterales acota: “Es importante, pero no es definitiva. Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses y eso ha quedado muy claro a lo largo de los años; no sólo de la relación bilateral, sino desde que, bajo el concepto de la guerra contra las drogas, inició la cooperación. Enfatiza, ahora más que nunca, porque en Estados Unidos los gobiernos federales locales y estatales no han atendido una crisis de salud pública y de educación muy aguda que es la drogadicción; sobre todo a consecuencia de que el mercado negro ha inundado las calles y pueblos de los 50 estados de este país, de drogas psicotrópicas, elaboradas con fentanilo. Tan es así que tienen una muerte diaria en promedio de 330 personas, son datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Entonces, desde que han fracasado en su guerra, Estados Unidos ha buscado a quién responsabilidad de sus errores y esto es un hecho claro; lo hicieron con Colombia y ahora lo están haciendo con México de manera constante y no necesariamente porque México tenga la culpa, los narcotraficantes tienen a disponibilidad del consumidor lo que les pide”.
“Desde mi punto de vista, quienes tienen que reformarse son los gringos, porque México no tiene nada que perder si Estados Unidos se molesta, porque no abordan un problema de ellos, de salud pública y de educación. Si tú revisas lo que se ha dicho en el Congreso por parte de las agencias federales de Estados Unidos, lo que buscan son pretextos para justificar un presupuesto. La DEA ha fracasado absolutamente en todo lo que ha pretendido hacer más allá de sus fronteras. ¿Por qué lo digo?, pues, porque en estos momentos el contexto del trasiego de drogas ya tiene otra connotación en Estados Unidos”, expone el autor de La DEA en México.
“Ahora bien, con una relación tan complicada y mutua, el tema de las drogas no es lo crucial. La relación comercial es lo más importante para Estados Unidos, es un país capitalista y es el país que promueve más al capitalismo. Son tontos, pero van a misa, no van a echar a perder una relación económica tan importante por un problema de ellos”, expone.
“Me parece que, en los últimos meses, la prensa mexicana se ha dejado llevar por la retórica que sale de Washington; las amenazas que hace Donald Trump, lo que dicen los demócratas, lo que dice la DEA, lo que dice un embajador, desde mi punto de vista metiche porque se lo permitió López Obrador, y eso no marca la realidad que se vive en el tema del trasiego de drogas, ni en la cooperación. El ejemplo más claro es lo que ocurrió con Ismael El Mayo Zambada García, llegó a los Estados Unidos todavía no se aclara de qué manera y tal vez nunca se aclare por qué ya está negociando un acuerdo de cooperación con Estados Unidos y eso que ha generado que en México se pague con sangre y que en los Estados Unidos se responda con silencio”, añade.
Al referirnos a las perspectivas de la nueva administración opina: “Quienes deberían de reducir la demanda son los estadounidenses, no los mexicanos, las organizaciones criminales TRANSNACIONALES no sólo son mexicanas. En la prensa, hacemos eco de lo que se dice de México, pero si revisamos lo que dicen de Asia, las mismas agencias que critican a México están en el mismo tenor o lo que dicen de Colombia. Es ahí donde se pierde el eje de lo que, en realidad, hay en la relación antidrogas. Si gana Trump, yo no lo veo lanzando misiles para destruir a los cárteles, es simplemente un discurso para tratar de conseguir votos y, hasta el momento, Harris lo que pretende es una estrategia pragmática que es darle continuidad a lo que se ha venido haciendo con promesas de atender un problema de salud pública y de educación en Estados Unidos”.
“México paga con sangre y Estados Unidos con silencio, un problema de ellos. Los enfrentamientos de los grupos organizados de los cárteles son por la pelea de los dólares que le genera el mercado de Estados Unidos. Los narcotraficantes son empresarios, su único objetivo es ganar millones y millones de dólares o de euros”, denuncia.
Otro tema que causo ámpula fue el del General Cienfuegos, quien fue apresado por los estadounidenses, México lo solicitó para juzgarlo y lo soltó, sobre el impacto del hecho, el autor de A sus órdenes mi general explica: “Voy a ser claro y no es por minimizar el hecho, me parece un asunto importante, en el que por primera vez, en Estados Unidos, se detuvo y se acusó de narcotráfico a los integrantes de la élite las fuerzas militares de México, a uno de ellos, a Salvador Cienfuegos Zepeda, creer que en Estados Unidos eso fue un escándalo es no conocer a Estados Unidos, ni a la relación bilateral. Fue escándalo para México, en Estados Unidos la gente ni sabe quién es”.
No podemos omitir el tema de la integración, oficial, de la Guardia Nacional al Ejército, comenta: “El problema en México con las desapariciones, asesinatos, la violencia relacionada al narcotráfico es por la corrupción, desde abajo hasta arriba. Reitero, los narcos son empresarios no tontos y van a misa, están siempre adelante de cualquier estrategia gubernamental. Para ellos, lo más importante es controlar los terrenos por donde trasiegan y producen drogas, empiezan con las autoridades locales y las poblaciones, la compra de los policías municipales que están a su servicio y de ahí van hasta arriba. Una de las entidades más importantes para ellos y tenerlos en bajo el control del dinero, sin duda son las fuerzas de seguridad y en especial el ejército y la Marina. Lo han dicho, los narcotraficantes procesados judicialmente en Estados Unidos que los zapatones, como le llaman ellos a los militares, forman parte crucial para el negocio del narcotráfico. Ahora, militarizar más al país, me parece un riesgo muy grande de que se llenen de corrupción y ha estado muy claro que, antes de que se entregara al Ejército la Guardia Nacional, esta no hizo nada para controlar el problema de la violencia generada por el narcotráfico. Ojo, fíjate bien lo que estoy diciendo, de la violencia generada por narcotráfico, no por un problema de salud pública en Estados Unidos, porque te repito, los narcos se pelean por el control del mercado, por los dólares”.
Acota: “No podemos decir, ni generalizar, que todos en las fuerzas de seguridad son corruptos, porque hay casos excepcionales y hay gente que sí cree en su trabajo y en la labor que hace para la República Mexicana”.
Retoma el tema mediático: “Desde hace mucho, desde que la DEA le metió a la prensa mexicana el tema de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, extrapolando la capacidad de ese narcotraficante, calificándolo como quieras y haciendo apologías indirectas, desde que tenemos el problema social de haber caído en eso con los narcocorridos, con la gente que quiere imitarlos, dándole espacio a la frivolidad del narco como el asunto de Ema Coronel, nosotros, los medios de comunicación, hemos coadyuvado a que se vea mal México y que, cuando se hable a nivel internacional del narcotráfico, nos miren o piensen en México. Te lo digo por experiencia, a mí me da vergüenza, como mexicano, que me hayan venido entrevistar de Corea del Sur para un documental, que uno dice qué chingados tiene que ver Corea del Sur con nuestro país, pues por la de publicidad que le dio la DEA al Chapo y por todo lo que ven respecto a México en medios de comunicación es narco. Somos culpables de esto los medios y me parece que ya es tiempo de replantearnos la manera en que, en México, se cubre el problema bilateral del trasiego venta y consumo de drogas; porque, en lugar de estar ayudando a la sociedad a entender, me parece que estamos descomponiendo el entendimiento mexicano de un problema que por años nos ha costado miles y miles de vidas perdidas; sobre todo replantear y exigir a los gobiernos que hagan algo para eso, no por Estados Unidos, sino por los mexicanos, porque quedó demostrado que ni Calderón, ni Peña Nieto, ni López Obrador tuvieron la capacidad de resolverlo”.
Para concluir, propone: “Enfocarnos más al núcleo central del problema que es Estados Unidos, su mercado de consumo y de demanda. Cada vez que surge algo en Estados Unidos, armamos un escándalo pensando que toda la ciudadanía de este país, más de 330 millones de habitantes, están pendientes o saben quiénes son los narcos mexicanos. Sabían del Chapo por lo que ya te conté, pero desde el punto de vista periodístico y factual, Ismael El Mayo Zambada era mil veces más astuto, más estratega, más peligroso, con más responsabilidad del narcotráfico que Guzmán Loera y te puedo garantizar que dentro de la sociedad de los Estados Unidos muy, pero muy poquitos han oído hablar del Mayo, pero en México hemos narcotizado la cobertura periodística y, ojo, se nos quitó la costumbre de llenar las primeras planas de violencia como ocurrió el sexenio de Calderón, hasta que algunos medios hicieron un pacto con ese gobierno para dejarlo de hacer; pero, si tratamos de entender la razón del porqué se dejó de hacer, vamos a llegar a una conclusión, porque para la sociedad mexicana, ya no es nota, ni sorpresa, los muertos, los decapitados, los encajuelados, los colgados y todo lo que quieras porque por irresponsabilidad periodística, le quitamos la sensibilidad a la sociedad de México y los acostumbramos a los muertos”.