LENIA BATRES
Ministra de izquierda
- PERIODISTA
- Patricio Cortés
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Entre los ministros de la Suprema Corte más conocidos está Lenia Batres, cercana a la 4T que formó parte del PRD (de aquel partido cuyo cisma dio origen al hoy partido oficial) y de Morena, sus posturas son afines al poder ejecutivo y hay quien la llama la ministra del pueblo. Hoy busca la reelección, por lo que charlamos con ella.
¿Qué características deberán tener los ministros que serán electos?
Entender su nueva función. Creo que, si logran entender este proceso histórico, van a comprender rápidamente que les toca acercarse a nuestro pueblo que está en el espíritu de esta reforma democratizadora del poder judicial. Eso tiene que ver con una crisis de distancia de los problemas de nuestro país y de las personas juzgadoras. Además, si logran entender que somos personas servidoras públicas, podemos brindar un servicio mucho más efectivo y quizá lograr más pronto ese gran compromiso que nos da nuestra Constitución de poder ejercer la justicia de manera pronta y expedita que eso en nuestro país no sucede. Esa es una principalísima deuda. El reto es pasar de ser los funcionarios ajenos a los problemas de la gente de nuestro país a ser los servidores públicos que espera y que necesita el pueblo mexicano, que comprendan sus problemas y ejerzan justicia con mucho espíritu y comprensión de esas problemáticas.
En una situación donde usted tiene la certeza de que México le conviene una decisión B, pero aplicando, estrictamente, la ley sería A. ¿Hacia dónde votaría usted?
No, bueno, eso lo tenemos todos los días en la Corte, en realidad, nuestras leyes nos permiten movernos siempre hacia posiciones justas. Esta idea de que la ley es injusta o si seguimos la ley vamos a proceder de manera injusta, yo no la he visto nunca. Siempre, en mi ejercicio profesional del derecho, he encontrado soluciones justas en el marco de la ley. El problema que tenemos es que a veces no se quiere mirar hacia allá y entonces se resuelve injustamente, queriendo no darle el alcance a la ley. La ley tiene alcance… bueno, más las leyes mexicanas tienen un alcance social extraordinario, podríamos emitir sentencias favorables a los trabajadores, a los ejidatarios defraudados en sus tierras, con la mano en la cintura y no lo hacemos o no lo hacen muchos juzgadores porque no quieren, no porque la ley se los impida. Entonces, ese dilema no he visto que exista.
Se dice que el derecho defiende el estatus quo ¿Está de acuerdo con eso?
Muchas leyes buscan defenderlo, pero también tenemos una Constitución magnífica que nos permite defender no el estatus quo, sino la posición más justa en una problemática determinada.
Hay juristas que dicen que se está abusando de la interpretación constitucional.
Efectivamente, lo que se ha hecho es interpretar la ley para negarla. Le pongo este ejemplo, el artículo 127 constitucional dice que las personas servidoras públicas no podemos recibir una remuneración mayor que la del presidente, ahora presidenta de nuestro país; sin embargo, los ministros lo interpretan y en esa interpretación resulta que eso que dice la Constitución no es lo que quiso decir; pues, ese tipo de sobre interpretación, yo creo que no deberían existir, pasa eso y lo que querían hacer ahora revirtiendo la reforma judicial, ahora resulta que la Constitución no es la ley suprema, que el amparo puede revisar reformas constitucionales, no, no, no puede, la ley tiene esos absolutos; sí los tiene y a veces los jueces no quieren verlos. Entonces estos jueces que andan multando consejeros del INE porque no quieren atender sus suspensiones emitidas, contraviniendo la propia ley de amparo y ahora la Constitución, no solo sobre interpretan, lo que están haciendo es negar nuestro orden jurídico. Son personas juzgadoras… diría en rebeldía si la rebeldía no tuviera una connotación positiva, son simplemente personas juzgadoras que no quieren cumplir la ley.
¿A qué lo atribuye?
Creen que tienen derecho a imponer sus criterios ideológicos, en este caso, incluso hasta políticos. No, no lo tienen; o sea, lo más contradictorio es que son los que alegan la supuesta imparcialidad necesaria en los jueces. No, pues, son parcialísimos, deberían cumplir con nuestra Constitución, con la ley y en ese marco no se permite el otorgamiento de esas suspensiones.
Muchos columnistas dicen que las supremas cortes, a nivel mundial, tienden a estar de lado de la derecha.
Cuando actúan políticamente, sí. El problema que hemos tenido en el mundo es que como se han democratizado los poderes legislativos y ejecutivos, que se acercan a intereses más sociales, resulta que buscan cómo comprometer al único poder que no es elegido por el pueblo y resulta el más frágil para defender esos intereses. Entonces, sí lo han hecho, hasta negando sus propias legislaciones como en el caso mexicano. Se van inclinando hacia defender ideológicamente alguna posición y dejan de mirar el marco constitucional que los acota, que deberían atender de los que, en teoría, son los guardianes.
Bueno, a los diputados los elegimos desde hace mucho y han legislado barbaridades.
Un periodista del siglo XIX, Francisco Zarco, justo cuando en el Constituyente de 1857 defendía el voto de los ministros en su momento, porque se discutió mucho, afortunadamente se ganó y fueron elegidos por voto indirecto durante más de 30 años los ministros como Benito Juárez que fue el primer ministro presidente de la Corte elegido; él decía “no le teman al pueblo mexicano. ¿Cuál es el temor que se le tiene a la gente?” La gente tiene la mayor sabiduría y, de hecho, lo ha demostrado y él menciona que en realidad a través del voto había la posibilidad de tener a los mejores jurisconsultos y también nos podemos equivocar. Es cierto que el pueblo llega a equivocarse no es infalible y llega a nombrar a verdaderos, así lo dice su cita, imbéciles, como representantes populares; sin embargo, cuando se eligen, el pueblo mismo puede rectificarlo, cuando no se eligen, no.
Usted fue diputada en una época donde los mayoriteaban constantemente, hoy son tres contra ocho, otra vez la mayoritean como antes en el Congreso.
Pues fíjese qué paradójico, pues si no somos Congreso y cada vez se parece más a un Congreso. Desde que entré, ahí me ha parecido más estar en un debate político permanente que en un debate jurídico.
O sea, que la suprema corte, hoy por hoy, ¿es más política que jurídica?
Pues esta generación de esta corte ha sido creo que la más política de todas, es muy política. Parece, (congreso) permanentemente, tiene posicionamientos políticos.
De los ministros pasados, ¿a cuál admira?
A Benito Juárez, a Ignacio Ramírez, a Ignacio Vallarta.
Está convocando al siglo XIX, ¿hay alguien del siglo XX o XXI que usted admire?
Ha habido buenos ministros, ahí estaba Juventino Castro y también tuvo muy muchas resoluciones, creo que fue muy afortunado el ministro Góngora. El ministro Ulises Schmill, presidió incluso la Corte (sexenio de Salinas), fue él a defender que no se tomaran decisiones arbitrarias, dio una intervención en la Corte que me pareció sumamente inteligente y prudente, es más me pareció que incluso podía interpretarse como un llamado a quienes no querrían acatar la Constitución en este momento, entonces, hay esa prudencia. Hay también claroscuros en las resoluciones de algunos ministros que los hace menos admirables. Una corte que fue muy admirable fue a la que le tocó defender la expropiación petrolera, fue valiente y admirable.
Cito a Juventino Castro, cuando lo entrevistamos, dijo que antes de que se jubilara hubo asuntos que dilataron para que él no alcanzara a votar. ¿Corremos el riesgo de que aceleren asuntos para que no los alcancen a votar los nuevos ministros?
Sí, sí, claro, la ministra presidenta administra los asuntos de la Corte, pues, puede suceder lo que sea.
Para cerrar, ¿Cuál es su diagnóstico del Estado de derecho en México, hoy?
Hay una restitución de las instituciones públicas. Creo que tenemos múltiples problemas jurídicos en muchos ámbitos; por supuesto que el flanco más débil es el de la seguridad en la que tiene que atenderse mucho, revisarse a los ministerios públicos, revisarse la reforma que les dio autonomía y extensiones muy largas de periodos a los fiscales de los estados, al fiscal del país. Creo que no fue lo más afortunado, tiene que revisarse, incluso, la investigación penal. El diagnóstico es que hay esfuerzos, yo creo que notorios, evidentes, y muchísimo que seguir construyendo.