Revista Personae

MARCELA VILLEGAS SILVA

Comanda el mercado más grande del mundo

COMPARTIR

Facebook
Twitter

La Central de Abasto de la Ciudad de México es considerado el mercado más grande del mundo. Ningún lugar del país tiene su flujo de efectivo, por ahí pasa la mayoría de los alimentos que consumen en la capital del país (el 80%) y buena parte de la producción agrícola (el 35% del consumo nacional). Por ello, es difícil de imaginar las consecuencias, si por alguna razón, llegase a colapsar. Marcela Villegas Silva, coordinadora general de la Central de Abasto, es la encargada de evitar que esto ocurra.

 

Antes de iniciar, reconocemos la labor realizada durante la pandemia, ya que la Central de Abasto no se detuvo a pesar de los riesgos que ello implicó, la titular tras reconocer a su equipo, narra: “Nos enfrentamos a algo que no sabíamos ni qué pasaba, sí tuvimos muchos contagios, muchos muertos. Teníamos que hacer algo y con la estrategia sanitaria que se implementó, gracias al Gobierno de la Ciudad que nos apoyó, a partir de ahí se sacaron los módulos de vacunación, etcétera. También nos apoyaron varias instituciones, el sector salud fue fundamental, tuvimos médicos, promotores de la salud, un centro de pruebas gratuito (que no había en ningún otro lado), un módulo para llevarlos al Centro CitiBanamex y que disminuyera la concentración en los hospitales, y eso contribuyó a que la Central de Abasto nunca cerrara. Estuvimos abiertos 24 horas durante la pandemia para evitar concentraciones. Fue uno de los principales retos porque no teníamos ni idea de cómo hacerlo, nos dijeron «Está el módulo de Banamex, ahí están los consultorios ¿Ahora qué vas a hacer…?». Primero fue convencer a la gente de la Central que tenía que ir a hacerse pruebas y (en caso de salir positivo) se tenía que poner en cuarentena, eso fue todo un reto, pero, creo que mucho de esto se lo debemos a la comunidad de la Central de Abasto que fue muy solidaria y que poco a poquito fue entendiendo el compromiso que teníamos y salimos adelante”.

 

Marcela Villegas Silva

 

Marcela Villegas Silva fue extraída de la academia donde fungía como docente e investigadora, llegó con el sexenio como directora de Innovación y en agosto del 2020 fue nombrada Coordinadora General, quedando a cargo del gigantesco centro de abasto: “Ya conocía, porque me tocó una parte de la reconstrucción de los patios de maniobra, que fue también todo un problema, porque era cerrarlos y la gente se volvía loca. Entonces, ya cuando me dijeron, ya no hubo marcha atrás y tuvimos que ir poco a poco enfrentando los problemas que todavía tenemos. Encontramos una central con corrupción, con impunidad, repartida, comprada, todo el mundo era dueño de todo, liderazgos con ciertas mafias. Sí fue todo un reto que dijimos, «…hay que entrarle, reordenar y ordenar las cosas», se fue dando”.

 

Encontró grandes diferencias con el mundo académico: “Yo había dado clases en doctorado y maestría, en todos los niveles, y decía, «…Ya te enfrentaste a alumnos de todas las edades y de todos los sectores… No debe ser complicado». Pero ¡No! Es diferente hablar con comerciantes, con productores, que con la gente del mercado. Me dicen muchos que yo soy La Maestra, porque los regaño y les digo «pero ¿cómo haces esto, esto y esto?», como que se aguantan. O sea, sí logré tener esta autoridad moral para poder decirles en qué estaban mal y cómo teníamos que hacerlo. Claro, ha habido enfrentamientos difíciles, pero la verdad es que poco a poco me han respetado. Creo que lo importante es no desenvolverse a partir del «Ay pobrecita, es mujer», sino porque es la autoridad y ha mostrado que lo puede hacer y que lo está haciendo bien, de manera honesta, responsable. Creo que es lo que nos ha hecho que podamos hacer las cosas bien, somos completamente diferentes”.

 

La apertura ha sido importante: “Toda la Central tiene mi celular, no tengo ningún problema con ello. Me escriben hasta para abrir la puerta cuando ya no pueden entrar, ‘aquí no hay luz’, ‘que si esto, que aquello’, tienen toda la disposición para verme, para hablar conmigo y no hemos tenido por ahí ningún problema”.

 

Marcela Villegas Silva

 

Los retos no se hicieron esperar: “El primer objetivo fue quitar el problema de la corrupción, un poco recuperar espacios que eran del Fideicomiso que estaban en manos de particulares, reordenar el mercado, empezar a establecer normas, y ya lo hemos estado logrando. Otra cosa fue impulsar este modelo de economía circular, donde decíamos, «Tenemos tantos recursos, la basura, la energía solar, el aceite vegetal, ¿cómo podemos transformar eso y hacer que la Central de Abasto, además de ser un centro de abasto tan importante, sea una punta de lanza en la parte sustentable, en la parte de utilizar y reutilizar los recursos?». Ahí hemos avanzado mucho, ya tenemos la planta de biodiesel, tenemos El Itacate para recuperar la mercancía que ya no se vende, el biodigestor y ahora vamos a tener los paneles solares. Hay que consolidar estos proyectos y también erradicar las malas prácticas en la parte comercial, ver de qué manera podemos evitar tanta merma y un poco incorporar a los productores, tanto de la ciudad como de otras regiones, a un modelo comercial donde sea un mercado justo donde todos ganen. Ese es el reto”.

 

“No hay otra Central de Abasto igual, ni por el número de hectáreas (327, equivalente a una pequeña ciudad), ni por el número de personas que trabajan, alrededor de 90 mil personas; entra diariamente casi medio millón de personas, así como una gran cantidad de vehículos, y tenemos de todo. El modelo de La Central de Abasto no existe; las europeas son más parecidas a mercados grandes y en Centroamérica y Sudamérica sí son como la nuestra, pero son muy chiquitas y la mayoría son privadas, la nuestra es una parte privada y una parte pública, es un modelo diferente”.

 

Retoma el tema ecológico: “Una planta solar urbana no existía en la región, en el campo sí existen, pero en la ciudad, no. Entonces, también es algo innovador y por lo que hemos hecho la planta de biodiesel. Creo que sí se han hecho algunas cosas importantes, innovadoras y sobre todo para mejorar el ambiente. Los problemas del cambio climático, de la contaminación y de los de los cambios de estaciones existen, entonces creo que la Central está actuando de manera muy responsable”.

 

Marcela Villegas Silva

 

Hablamos que es más que un mercado o si es una entidad gubernamental, nos comenta: “No es una oficina de gobierno porque tenemos que venir en la noche, a veces en las madrugadas, es un trabajo de 24 horas donde la gente da todo, la gente vive aquí, por lo tanto, tenemos que ser muy responsables para darle lo que merecen. El compromiso de nosotros siempre fue cambiar las cosas para bien, que ellos se dieran cuenta de que llegábamos para cambiar, para mejorar la Central de Abasto”.

 

La cultura también está presente: “Vamos a hacer una librería, afuerita de la Central, tenemos actividades culturales, dos Pilares (centros de esparcimiento cultural, gratuitos) que son muy importantes porque es de la comunidad en la Central, donde pueden estudiar, hay actividades deportivas, actividades lúdicas y creo que también eso es bueno y un centro de salud en forma”.  

 

Marcela Villegas Silva

 

Sabe que quienes laboran son personas, no estadísticas: “Nos toca la parte social. Tenemos una población vulnerable importante, hemos estado trabajando con las mujeres para cambiar un poco su situación, tenemos al Consejo Ciudadano apoyándonos, a la Secretaría de las Mujeres. Socialmente hemos hecho cosas importantes que también mejoran la situación de la comunidad, tenemos un albergue de perros que esterilizamos y damos en adopción. Eso también ha ayudado mucho porque la violencia siempre empieza por el más débil, hemos tratado de cambiar la forma de pensar de la gente, la forma de actuar, ser más solidarios, más empáticos y creo que poco a poquito lo logramos”.

 

“La Central también participa en las ferias del Bienestar, donde llevan los productos a las colonias más vulnerables a precios muy baratos. La Central es realmente el lugar donde la gente puede ir a comprar, es seguro porque también hemos bajado la delincuencia y tenemos una relación precio-calidad muy buena. Tenemos actividades culturales, pueden ir a hacer un tour por la central en la madrugada para ver cómo funciona en la noche, que es otro o mundo. Vale la pena que la gente sepa que la Central está cambiando, se está transformando para bien”.

 

Concluye manifestando su aprecio al ente que comanda: “La verdad es que, ya que la conoces, es otro mundo, son colores, olores. La llegas a querer y sobre todo, es la gente la que vale la pena y la que hace la Centra de Abasto”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024