Revista Personae

MARTA LAMAS

El feminismo del 2024

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Hay nombres que irremediablemente nos remiten a una causa y viceversa; así es la relación del Feminismo en México y Marta Lamas. Por más de medio siglo ha luchado por los derechos de la mujer; es antropóloga que combina el trabajo académico con el activismo social como pocas, charlar con ella en estos tiempos es un pendiente que no podíamos dejar pasar.

 

Es investigadora en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México; fundó la revista FEM, cuenta con más de una decena de libros publicados y cientos de artículos; ha sido colaboradora en los más importantes medios nacionales; su voz se escuchó cuando la Suprema Corte de Justicia se pronunció a favor de los derechos de las mujeres en temas de salud reproductiva.

 

Marta Lamas

 

¿Cuál es su diagnóstico de la situación de los derechos de la mujer en México este 2024?

Mi diagnóstico es que estamos mejor que hace cincuenta años que entré al movimiento feminista y que todavía nos falta un trecho y que la nueva presidenta no es un hada que tenga una varita mágica y que no porque ella entre se van a acabar los feminicidios. Ella va a atacar las causas, a sentar las bases para que, en algún tiempo, con la colaboración de muchas otras fuerzas sociales y de los grupos políticos, podamos enfrentar un problema tan grave como el de la violencia, no solo contra mujeres, también contra los hombres. Tenemos un país destrozado con muchas desapariciones, secuestros, asesinatos y eso tiene que ver con el capitalismo.

 

En este sexenio que recién acabó ¿avanzamos?

Creo que arrancamos en algunos campos y en otros no. Yo creo que sí se han hecho cosas muy buenas, en algunos terrenos, pero, por ejemplo, en el terreno de la salud, no. Entonces, me parece muy importante que en este sexenio pues hayan puesto alguien como al doctor Kershenobich de secretario de Salud y que se está pensando en realmente hacer un servicio universal de salud. No hay gobernante perfecto, nadie puede hacer todo al mismo tiempo, maravilloso, se hicieron muchas cosas buenas, falta. Claudia va a hacer cosas buenas y va a faltar.

 

Entrevisté a varias diputadas y senadoras con una trayectoria de lucha de género en el sexenio que se acabó y como que no estaban muy contentas, aun siendo algunas de Morena, esperaban que se tomaran banderas como los derechos reproductivos.

A ver (su tono se torna enérgico), en este sexenio con Andrés Manuel se legalizó el aborto en 18 estados, legalizar el aborto no es una decisión del presidente es una decisión de cada uno de los congresos, somos una república federada. No pregunte solo por el expresidente. Por eso, en el sexenio, lo que digo es eso, es una responsabilidad de cada uno de los estados. Claro que falta mucho, nos faltan todavía 17 estados por legalizar, se acaba de legalizar en Michoacán; falta, pero se ha ido avanzando y es un tema donde el adversario principal es la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas. Entonces, tampoco es que esté fácil.

 

En algún lugar leí que usted también ha hablado sobre el mujerismo.

Yo hago una diferencia entre feminismo y mujerismo. Feminismo es un proyecto de emancipación de toda la sociedad, de transformar la sociedad transformando la relación entre los hombres y las mujeres y tratando de que la diferencia sexual no se traduzca en desigualdad social y política. El Mujerismo es una tendencia de pensamiento que cree que las mujeres por ser mujeres sufren más, son más víctimas, son más buenas, no son corruptas, etcétera, etcétera. Yo eso no lo creo, yo creo que las mujeres somos seres humanos iguales que los hombres y que puede haber mujeres buenas y puede haber mujeres malas. Entonces para mí son dos cosas distintas, una cosa es feminismo y otra es mujerismo.

 

En ese mismo sentido, en algún evento, algunas concejeras electorales decían que ya se está abusando del tema de violencia política de género, pues cualquier crítica a una mujer política ya dicen que es violencia de género y se está banalizando el término.

También creo que es cierto, o sea, la política es un tema, digamos, de lucha, de negociación, de catorrazos, es rudo. Si te subes al ring no te sorprendas pues que te den un nocaut y eso no necesariamente es violencia política de género. Entonces yo ahí tengo diferencias.

 

El hecho de que vayamos a tener una Secretaría de la Mujer, ¿qué tanto es un avance real o solo cambiará el papel membretado?

Sí es un avance real, porque el Instituto de las Mujeres aunque ha hecho cosas muy buenas y muy interesantes, no tenía las atribuciones para echar a andar muchas cosas de política pública. En cambio, ahora se hace secretaría, va a estar sentada en el gabinete y van a tener que escuchar cuestiones de política pública. Me parece no solo una buena decisión, sino que es muy buena la designación que sea la titular, Citlalli Hernández, una feminista joven de 34 años con una cabeza de una inteligencia política, me parece un gran acierto.

 

Hace 50 años, cuando usted era una joven feminista, ¿cómo se imaginaba que iba a estar México en este momento?

No me imaginé que íbamos a llegar tan pronto a tener una presidenta mujer, estoy muy contenta, o sea, no se imagina.

 

En cuanto a los derechos de la mujer en general, ¿creía que íbamos a avanzar o lo vea como una causa perdida?

Sí éramos bastante optimistas, sabíamos que íbamos para adelante. Nunca me imaginé que íbamos a encontrar tantos obstáculos y que iba a ser tan lento, pero ya no hay retroceso, yo sí creo y que estamos mejor, ahorita, que hace 50 años.

 

¿Cómo encontrar un punto medio, donde yo pueda defender los derechos de la mujer, pero que los hombres, mi género, no se sientan confrontados y/o agredidos? Porque hoy en las prácticas de sobremesa se refleja preocupación…

A ver, yo creo que, así como las mujeres tuvimos que aprender que cuando se hablaba en masculino, “los aquí presentes, ciudadanos mexicanos”, las mujeres nos teníamos que sentir incluidas, los hombres progresistas de hoy se tienen que sentir incluidos en el discurso de que es tiempo de mujeres.

 

Marta Lamas

 

¿Cuál es la cereza del pastel?, ¿qué es lo que usted le diría, esto es lo con lo que soñé? ¿qué nos faltaría, qué le gustaría que se aprobara?

El Sistema Nacional de Cuidados que ya lo tiene en la cabeza Claudia y que lo va a echar a andar. Eso va a ser la palanca fundamental para resolver conciliación trabajo-familia, va a ser la gran diferencia, eso es lo que frena a muchísimas mujeres, la carga del cuidado de los hijos, de los maridos, de las personas enfermas, de los viejitos. Un Sistema Nacional de Cuidados tampoco se va a poder echar a andar solo en un sexenio, vamos a necesitar dos sexenios por lo menos; eso va a ser lo que va a cambiar la relación de desigualdad entre hombres y mujeres.

 

No nos podemos despedir sin que la activista nos desglose un concepto de moda: “Tiempo de mujeres no es tiempo de revancha, no es tiempo de que ahora se chingan los hombres porque ya llegamos. Es un tiempo en donde la problemática de las mujeres, esta problemática de conciliar trabajo y familia se pone al centro como una palanca para transformar la sociedad para todes”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024