VOLVER A TROPEZAR CON LA MISMA PIEDRA
- REPORTE POLÍTICO
- Juan Danell
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Alertas sanitarias de nueva cuenta encienden sus focos amarillos por la presencia del metapneumovirus humano (HMPV) en China y el aumento incontrolable de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) que la OMS ubica como la principal causa de muerte a nivel global para el presente año, lo que llevaría a pensar que 2025 será un desastre mundial para la salud pública, sobre todo para los países en desarrollo –los más pobres– y eso conlleva a una severa crisis económica, como la reciente del COVID de la que aún no se repone el planeta. Ese panorama que se difunde por los medios de comunicación masiva y redes sociales, al igual que hace un lustro, está plagado de noticias falsas “amarillistas” llenas de claroscuros que opacan la realidad de ese fenómeno ya advertido hace un par de años por los organismos internacionales.
“Inserta en una crisis económica global lejana de soluciones factibles y perdurables, la raza humana ve cómo los organismos internacionales llámese Banco Mundial, OCDE, OMS, ONU, dan voces de alerta y encienden las luces amarillas, más amenazantes que preventivas, ante una nueva pandemia por la “enfermedad X” de la que los científicos se preguntan no si aparecerá, sino cuándo, y que apunta a ser más devastadora que la COVID-19; a la vez urgen a los gobiernos y empresas a invertir en infraestructura e investigación en el sector salud mundial para enfrentar lo desconocido, dado que la experiencia pandémica reciente sacó a flote el escombro y la incapacidad en el que se encuentra el mundo para atender emergencias de esa magnitud.
“El Dr. Richard Hatchett, director general de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI-ONU) advierte que por terrible que haya sido la COVID-19, está lejos de ser la peor pandemia imaginable causada por una enfermedad infecciosa. El argumento del científico se soporta en las experiencias registradas en la historia no tan lejana de la pandemia llamada gripe española (1918) cuyo virus fue cinco veces más letal a la COVID, y algo más reciente con los brotes de SARS (2003) y MERS (2012), a los que ubica en 20, el primero, y 70, el segundo, veces más letales que éste, aunque, por fortuna, menos transmisibles.” (PERSONAE, No. 281, abril 2023/pág. 22).
Y es que el mundo fue advertido del brote del virus pandémico, pero no atendió el llamado a tomar medidas para atemperar la emergencia sanitaria. El 31 de diciembre de 2019 la Comisión Municipal de Salud de Wuhan (provincia de Hubei, China) notificó un conglomerado de casos de neumonía en la ciudad. Posteriormente se determina que están causados por un nuevo coronavirus. El 1 de enero de 2020, la OMS establece el Equipo de Apoyo a la Gestión de Incidentes en los tres niveles de la Organización —la Sede, las sedes regionales y los países— y pone así a la Organización en estado de emergencia para abordar el brote. El 4 de enero de 2020, la OMS informa en las redes sociales de la existencia de un conglomerado de casos de neumonía —sin fallecimientos— en Wuhan (provincia de Hubei).
Se repite la historia con algunas variantes que oscurecen más el horizonte. La Resistencia Antimicrobiana (RAM) se está consolidando como una de las mayores amenazas para la salud pública global. Según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), este problema podría convertirse en la principal causa de muerte en el mundo para el año 2025, superando incluso al cáncer (…) La OMS estima que la RAM podría ser responsable de más de 10 millones de muertes anuales si no se toman medidas inmediatas. Esto tendría consecuencias devastadoras, porque el mundo se está quedando sin antibióticos, (INFORMADOR.MX, Brenda Barragán/7-01-2025)
Y el 27 de diciembre de 2024, “la agencia de noticias Reuters y otros medios de comunicación, anunciaron un programa que el gobierno chino implementará para identificar el origen de los casos de complicaciones respiratorias (HMPV), agregando que entre el 16 y 22 de diciembre se mostró una tendencia al alza de infecciones”, aparece la noticia en internet, acompañada, días después, con desmentidos de que China y la OMS hayan alertado sobre el riesgo de una nueva pandemia.
La experiencia mundial de la pandemia por COVID está muy fresca, como para no recordar que una situación de descontrol y toma de decisiones erróneas respecto a cómo tratar el brote de ese virus, se debió a la confusión causada por la publicación de falsas noticias, alarmistas y limitadas en información emitida directamente por los organismos responsables de la salud a nivel mundial y locales, que los medios de comunicación masiva difundieron, pero sobre todo por las redes sociales que se desbordaron en esa práctica de desinformar.
El precio que pagó la humanidad, sólo en vidas, fue de siete millones de muertes, en números conservadores, aunque la propia OMS estima que al menos sería el doble. Sin embargo, pese a los llamados de los organismos como ONU, OMS, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, a los gobiernos de aumentar la inversión pública y privada en el sector salud para tener mejores condiciones de infraestructura y capital humano para enfrentar lo inevitable, que se presentará más temprano que tarde; la pandemia por la Enfermedad X, que ahora ya toma más forma con el HMPV y el RAM en el tiempo: 2025.
Para el caso de México, la decisión del Gobierno fue recortar el presupuesto para el sector de salud pública en 122 mil millones de pesos para 2025, respecto al de 2024. A esto se suma la constante denuncia de falta de medicamentos y el deplorable estado en que se encuentran hospitales y centros de salud, aunque en el discurso presidencial por las mañanas se repite que todo está bien en el país.
Y ante esto vale preguntarse ¿Quién o qué llegó primero? ¿La mentira? Esa herramienta del poder para reproducir y darle soporte al sistema de las desigualdades, la confusión, injusticias consensuadas, acuerdos perversos del Estado con las empresas multinacionales; o la inconsistencia cultural, hermanada con la ignorancia y reprimida por la apatía de la sociedad.