SEPTIEMBRE: INCENDIOS, HURACANES Y SISMOS
- VERSO CONVERSO
- septiembre 2023
- Ing. Carlos Miguel Valdes Gonzalez
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Ya estamos en septiembre y nos tiembla un poco la memoria. ¿Volverá a temblar? La respuesta es que vivimos en un país sísmicamente activo y todos los días tiembla, unos días con sismos pequeños y cercanos que se sienten muy fuerte, pero que duran pocos segundos, como el del 10 de mayo de la CdMX. Parece ya muy lejano el sismo que azotó a Turquía y Siria de M7.8, el 6 de febrero de este año, pero la verdad es que es un recordatorio de que sismos similares, como el llamado de Santa Juliana de M7.6, cerca de Pátzcuaro en el año de 1858, pueden ocurrir en México y es necesario estar preparados y prevenidos. Ya hemos comentado que un análisis de los sismos mayores a M6 en México, desde el año 1900 a la fecha, nos indica que el día con mayor coincidencia de sismos es el 7 de junio, día en el que han ocurrido 7 sismos. Eso sí, es importante participar en el simulacro que habrá el 19 de septiembre, ya que es la oportunidad de verificar si estamos preparados, si sabemos qué hacer y cómo ir a los puntos de seguridad o de reunión, así como verificar si tenemos lista una mochila de emergencia, o al menos una mini bolsita con los teléfonos escritos de nuestras personas cercanas, un silbato, una pequeña lamparita, algo de dinero en efectivo, una batería para el celular y cable para cargarla. Es importante definir el punto de reunión de la familia, ya que después de un sismo importante, lo más probable es que se saturen los celulares y no haya comunicación. Si hay hijos/hijas pequeños, lo ideal es buscarlos en la escuela si el temblor ocurre a la hora de clases, si no, la casa es el lugar ideal de reunión. Habría que considerar el tiempo necesario para llegar a pie, ya que, si no hay energía eléctrica, no habrá semáforos y el tráfico no se moverá. Entonces antes de angustiarnos por los seres queridos, recordaremos que tardarán en llegar al lugar definido como punto de reunión. Si hay posibiliades de comunicarse por alguna red social, lo ideal es un mensaje corto: “estoy bien, voy rumbo a la casa y tardaré en llegar”. Una pregunta importante: ¿Se han estimado las posibles víctimas de un gran sismo en México? La respuesta es sí. Dos sismólogos, uno de ellos mexicano, publicaron un artículo en el año 2016, en una de las mejores revistas de sismología del mundo, “Bulletin of the Seismological Society of America”, en donde consideran que un sismo de M9 en las costas del Pacífico mexicano, podría provocar hasta 27,000 víctimas. Hay que resaltar que el mayor sismo estimado en México fue de M8.4 a 8.6 en Oaxaca en 1878. No es para asustarnos, ni es una predicción, sino para recordarnos que México es un país sísmicamente activo, y que la mejor alternativa es la prevención.
Pasando a otro tema, los incendios en Lahaina en la isla de Mahui. Por supuesto es un desastre y una desgracia, la destruccion de esa población y las muertes que provocó. La comunidad de unas 13,000 personas, tan solo, tres horas antes de la tragedia veían cielos azules, que poco a poco se tornaron grises, hasta que vientos con la fuerza de casi un huracán, acercaron el fuego, sin que hubiera alertamientos de ningun tipo, ni por celulares, ni por bocinas de ninguna forma, para avisar a la población. Murieron al menos 111 personas. El fuego se inició 9 horas antes de llegar a Lahaina, provocado por cables que se rompieron y cayeron al suelo iniciando así el incendio, que no pudieron controlar los bomberos. Los residentes que se salvaron mencionan que no recibieron ningun tipo de notificación. Una serie de fallas y errores provocaron el desastre. Tomas de agua para los bomberos que no funcionaron, carreteras cerradas por caída de postes de luz, embotellamientos de tráfico y ráfagas de viento de hasta 130 km/hora. Ante la sequía que prevalecía en esa región de la isla, más el paso cercano de un huracán, responsable de los vientos, no hubo una reacción preventiva por parte de las autoridades. Se podría hablar de la tormenta perfecta, pero es más bien la tormenta diabólica. La gente que pudo brincó al mar, para evitar ser quemados o ahogados por el humo. ¿Por qué no hubo un plan ante este tipo de contingencia? ¿Porqué no se emitió una alerta general? Eventualmente habrá respuestas y debemos aprender de estas situaciones, para evitar que suceda en México. Al igual que durante el huracán Katrina en 2005, que impactó la ciudad de Nueva Orleans, matando a 1,836 personas, y en donde se conocía la trayectoria y la magnitud de dicho fenómeno con varios días de antelación, no vislumbraron el posible impacto y la gente enfrentó la tragedia sin recursos de protección.
A la hora de escribir esta nota, el Huracán Hilary ha pasado del territorio mexicano al norteamericano, siguiendo una trayectoria inusual en ésta epoca del año, en donde más bien pasan por las costas de México para adentrarse en el Pacífico. En el Atlántico está la tormenta 9, que tocará la frontera entre México y EU, además de Franklin, Gert y Emily. La región Norte del país, se beneficia del agua que dejan estos sistemas, pero de nuevo, hay que ser precavidos, ya que cuando se trata de grandes cantidades de este líquido, en zonas más bien desérticas, puede generar problemas si no estamos preparados y prevenidos.
Las tormentas tropicales y los huracanes en sí son más benéficos, sobre todo en la región Norte de México, pero hay que entender lo que provocan y cómo mitigar el posible daño. Por ejemplo, el diseño estructural es más severo para viento, como el de huracanes, que para sismos. Los cauces de arroyos o ríos secos, en este tipo de tormentas, se convertirán en ríos cuadalosos y el nivel de agua en zonas bajas se elevará de manera importante. Si vivimos cerca de un río y nuestra casa tiene dos niveles, es importante, tener nuestros documentos y objetos valiosos en la parte alta. No cruzar zonas por donde circule el agua, aunque sea un tirante de 10 cm, ya que, si lleva mucha velocidad, moverá a un vehículo que trate de pasar.
¿Podría la Inteligencia Artificial ayudar a prevenir estas situaciones? Puede ser, pero creo, que por lo pronto, hoy el sentido común y la prevención son suficiente ayuda.
Carlos Miguel Valdés González