Revista Personae

VOLCANES, AGUACATES Y AEROPUERTOS

¿Qué tienen en común?

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México es un país volcánicamente activo. No es el país con más volcanes en el mundo, ni con los más grandes. Pero la actividad eruptiva que ocurre y ha ocurrido en el territorio nacional, en ocasiones ha tenido efectos muy adversos e importantes. La región central de México, que comprende una porción de los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Estado de México, Morelos, Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, conocida como el Eje Neovolcánico, aloja unos 2,000 volcanes, por supuesto la mayoría extintos. Algunos de estos volcanes tienen varios miles de años de que hicieron erupción, y otros no más de 78 años. Sobre esta zona, nos hemos asentado alrededor de 30 Millones de personas, de los cuales 2.8 Millones somos mayores de 60 años, hay cerca de 9.7 Millones de viviendas y 67 Mil escuelas, según las cifras del Atlas Nacional de Riesgos.

 

El impacto de la actividad de los volcanes es más puntual que el de los sismos, los flujos de lava no avanzan grandes distancias, ni los flujos piroclásticos (fragmentos ardientes), ni los flujos de lodo, tampoco las rocas o fragmentos, conocidos como balísticos, ya que son eyectados a muy pocos kilómetros. El fenómeno volcánico de mayor alcance es la ceniza volcánica y potencialmente el que produce más riesgo.

 

Volcanes

 

En nuestro país, han ocurrido eventos volcánicos recientes y no comunes en el mundo, como el nacimiento de un volcán, por ejemplo, el Jorullo y el Paricutín, ambos en el Estado de Michoacán. El primero nace en 1759 y fue visitado por el científico Alexander Von Humboldt, y el segundo en 1943, se forma en el terreno del Sr. Dionicio Pulido. Ambos volcanes, emitieron aproximadamente 1 Km3 de lava, que, como ejemplo, sería un cubo 5 veces mas alto que la Torre Mayor, con un Km por lado. En el caso del Paricutín, es un volcán pequeño y conocido como monogenético, pues su actividad se da en una ocasión, la lava salió por un volcancito lateral, que recibió el nombre de Sapichu, que en Tarasco o Purépecha significa el hijito. Este material lávico arruinó muchas hectáreas de tierra muy fértil, recorriendo cerca de 10 Km y destruyendo dos poblados: Paricutín y San Juan Parangaricutiro, del primero no quedó vestigio y del segundo aún es visible una de las torres de la iglesia. El avance lento de la lava permitió que los pobladores desalojaran y desarmaran sus casas de madera. La iglesia no pudo ser desmantelada. Curiosamente, ahora aún cubierta por la lava, la iglesia es un socorrido sitio para casarse. La lava del Paricutín se convertirá en un terreno muy fértil, como el que existe en esa región, pero tendrán que pasar cientos y quizá miles de años para que eso ocurra. A pesar del nacimiento y actividad del volcán, no hubo víctimas directas por el fenómeno, pero curiosamente sí se estima que 100 personas murieron por conflictos sobre las tierras, después de la actividad volcánica. El Paricutín inicia su actividad en el mandato presidencial del Gral. Manuel Ávila Camacho. El presidente Gral. Lázaro Cárdenas quien era de Michoacán y había sido también gobernador de ese estado, solo fue testigo del nacimiento del volcán en calidad de expresidente. Como anécdota, me comentó el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que, siendo niño, su padre lo llevo a ver el Paricutín.

 

Desde enero 2020, en la zona cercana al Paricutín, se han presentado más de 4,900 sismos con magnitudes hasta el mayor de M4.3, ocurrido el 17 de noviembre pasado. Los sismos en promedio presentan una profundidad de 17 Km y con el 98% de estos eventos en un radio de 25 Km del Paricutín. ¿Es esta sismicidad precursora del nacimiento de un nuevo volcán? No lo sabemos, la sismicidad siempre antecede una erupción o nacimiento de un volcán, pero no siempre que hay un enjambre sísmico (una secuencia de muchos sismos pequeños) nace un volcán. Esta actividad sísmica se encuentra cerca y dentro de la región que produce 8 de cada 10 aguacates en México, y de donde el año pasado salía un camión lleno de aguacate cada 6 minutos rumbo a Estados Unidos, para su consumo durante el Super Bowl. Dato interesante, un camión puede cargar 15 toneladas de aguacate, y el precio actual, en tiendas, es de alrededor de $60 pesos por kilo de aguacate, lo que representa un valor de $900,000 pesos por camión, dándonos una idea del impacto económico. En caso del nacimiento de un volcán en la zona, ¿cómo afectaría los cultivos? La lava no sería el principal problema, ya que seguiría las zonas topográficas mas bajas, en cambio la ceniza tendría mayores consecuencias, que dependería mucho de los vientos prevalentes, ya que, al depositarse sobre las hojas de los árboles de aguacate, provocaría que no reciban luz y por tanto su función de fotosíntesis no se llevaría a cabo. ¿Se puede solucionar? Colocando lienzos amplios de plástico degradable, como el material de las bolsas que se usaban en supermercados, que cubrieran estos grandes árboles, evitando que la ceniza se acumule en las hojas y dejando pasar luz solar.

 

En México tenemos otros grandes volcanes conocidos como poligenéticos, por que presentan muchas etapas eruptivas que los construyen, como el Popocatépetl. Este gran volcán de 5,400 m de elevación está a 60 Km del Sur de la CDMX. En un radio de 100 Km del volcán, vivimos 25 Millones de personas. El principal riesgo de este volcán, que inició su actividad el 21 de diciembre de 1994 –día en que el peso entró en flotación–, es la emisión de ceniza. Su nombre lo dice, Popocatépetl es la montaña que humea. Ese día Puebla amaneció cubierta de ceniza, ya que los vientos prevalentes van del oeste al este de noviembre a abril, en cambio de mayo a octubre son de este a oeste. El 30 de junio de 1997, el volcán produjo una explosión que emitió ceniza alcanzando en pocos minutos 8 Km sobre el cráter, para luego dispersarse y alcanzar a la CDMX, provocando que el Aeropuerto Internacional Benito Juárez cerrara por 12 horas, hasta que las pistas fueran limpiadas de ceniza. Aviones y ceniza volcánica, que es muy abrasiva, no son una buena combinación, ya que daña el fuselaje, parabrisas y motores. Es importante la coordinación entre aviones en vuelo y la vigilancia volcánica, para evitar encuentros de ceniza y aviones. La ceniza sobre el asfalto, banquetas y techos, si es enviada al drenaje, puede, mezclada con agua, taponearlo.

Vivimos cerca de volcanes activos y potencialmente activos, necesitamos saber qué hacer en caso de erupción, si estamos muy cerca de ellos y qué hacer con la ceniza, si vivimos lejos. Un buen hábito que nos deja la pandemia del Covid-19, es el uso obligatorio del cubre bocas, ya que, en caso de erupción volcánica, mitigaría la inhalación de ceniza volcánica.

POLÍTICA

Núm. 292 – Marzo 2024