Revista Personae

CÓMO LOS CLÁSICOS DE DISNEY HAN INFLUIDO
EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Parte I

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CÓMO LOS CLÁSICOS DE DISNEY HAN INFLUIDO EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

 

Las películas de Disney muestran diferentes perfiles psicológicos de sus personajes. Los que tienen trastornos mentales y comportamientos poco sanos, que escenifican los villanos. Los estereotipos de ama de casa en “Cenicienta”, “Blanca Nieves” y “La Bella Durmiente” que idealizan las relaciones de pareja y sueñan un día en casarse con su príncipe azul.

Las protagonistas tienen que pasar por obstáculos y lidiar con terribles villanas antes de lograr la tan anhelada felicidad. Después de ser liberadas por sus príncipes y con música de fondo que anuncia su casamiento. Al final de la historia se escucha al narrador: “y vivieron felices para siempre”. Cuando en la vida actual difícilmente llega a pasar, la mayoría de los casamientos terminan en divorcio.

También, existe en los personajes diferentes síndromes que a continuación vamos a conocer:

 

CÓMO LOS CLÁSICOS DE DISNEY HAN INFLUIDO EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

El síndrome de Peter Pan

La persona se queda fijada en una etapa infantil y tiene miedo de crecer. Cuántos individuos hemos conocido con esa personalidad, donde sobresale la inmadurez, la falta de compromiso y no les gustan las responsabilidades. Mientras que el complejo de Wendy se basa en cuidar a sus hermanos. Su conducta es maternal y sobreprotectora, no solo lo hace con sus seres queridos, sino también, con los habitantes de “Nunca jamás”. Algo que es importante resaltar, la codependencia entre Peter Pan y Wendy.

El personaje antagonista es el del Capitán Garfio: es malvado, vengativo, cruel y despiadado. Su mayor deseo es acabar con Peter Pan y con los niños perdidos, pero no lo consigue a pesar de ser agresivo y con un grado de locura, ya que le teme al cocodrilo que se devoró su mano cuando Peter Pan se la cortó y se la arrojó al reptil. El miedo a ser devorado lo persigue, ya que padece según algunos especialistas, trastorno de estrés postraumático, que es una afección de salud mental y que desarrolló después de vivir la pérdida de su extremidad.

 

CÓMO LOS CLÁSICOS DE DISNEY HAN INFLUIDO EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Blanca Nieves y los Siete enanos

En la sociedad actual el culto a la belleza y la importancia de la imagen es uno de los simbolismos del papel de la madrastra. Así como ella, muchas mujeres se centran en ser hermosas y poder competir con otras mujeres. Sin embargo, la madrastra no solo está obsesionada por ser la más hermosa del reino, ya que posee un marcado narcisismo patológico, sino también, desarrolla sentimientos negativos, como la envidia, el miedo a envejecer como resultado de su inseguridad. Su obsesión la lleva a preguntarle al espejo: “Quién es la más hermosa del reino”. Posteriormente, su personaje se transforma en una anciana para poder acercarse a Blanca Nieves y ofrecerle la manzana envenenada. El tema principal de la historia, es la envidia, los celos y el ser la más bella del reino. Finalmente termina como no desea; envejecida y fea. 

Resalta en “Blanca Nieves” el amor idealizado al príncipe y la persecución que sufre por ser la más bella y también, la protección que encuentra en los 7 enanos. Un rasgo importante de la personalidad de la protagonista, es su obsesión por la limpieza, en cuanto llega a la casa de los enanos se pone a limpiar y ordenar la casa. 

 

El síndrome de Cenicienta

El síndrome de Cenicienta

Mujeres que se sienten desvalidas y dependen de la figura masculina, emocional y económicamente. Se idealiza al hombre como si fuera un príncipe azul y se le atribuyen cualidades que no posee. (Se magnifica a la persona).

En la historia se muestra a “Cenicienta” como una mujer resignada, que no cambia su situación hasta que el Hada madrina la transforma y aparece su príncipe azul como el salvador de su existencia; ya que depende de los demás para que su vida cambie y deje de ser una sirvienta para convertirse en princesa. Proyecta baja autoestima, deseos de ser cuidada, protegida, miedo a ser independiente y prefiere estar en su zona de confort.

Como en toda historia, existe el bien y el mal. La personalidad de Cenicienta que es el personaje bueno. Es una mujer hermosa, amable, dulce, dependiente y sumisa. Por otro lado, la personalidad de la Madrastra y sus hijas. Son arrogantes, malvadas, envidiosas de la belleza de Cenicienta, ya que ellas son feas, creídas y sienten que todo lo merecen. Por su parte, la madrastra haría lo que fuera, para que ellas tengan su futuro asegurado. En ambas personalidades no aportan nada más, como si el papel de la mujer es hallar al príncipe azul, siempre y cuando, para que el hombre encuentre a la mujer ideal, el requisito principal, es que sea hermosa; olvidándose que la mujer es un ser pensante, creativo y que aporta mucho a la sociedad.

El papel de Cenicienta es de una mujer vulnerable que tiene que pasar todo el día en labores del hogar, donde no puede aspirar a más y sin recibir una remuneración por el trabajo desempeñado.

Se concluye la división de género, Cenicienta pertenece a la servidumbre y el papel de su enamorado es el de un Príncipe. El repara en ella por ser la más hermosa. El exterior es lo que cuenta y por medio del matrimonio es el hombre el que le permite ocupar un lugar diferente en la sociedad.

El simbolismo de la zapatilla de cristal, es el papel de la mujer, para poder encontrar pareja debe ser hermosa, delicada, dulce y dócil. Cuando la mujer logra salirse de ese estereotipo, puede destacar en el trabajo y llegar a ocupar la presidencia de un país. Puede también, ser directora de una empresa o lo que decida ser. Casarse o no casarse porque es autosuficiente y brillar, no por un par de zapatillas; sino porque es inteligente. Cabe mencionar, que la belleza no está peleada con la inteligencia.

“Eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas”. Frase de la película: Winnie the Pooh.

 

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

55-55035476

SALUD

Núm. 293 – Abril 2024