Revista Personae

ENFERMEDADES INVISIBLES Y SILENCIOSAS

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Enfermedades invisibles y silenciosas

 

Existen enfermedades invisibles que afectan la calidad de vida de muchas personas, llegan de forma inesperada y provocan un caos en el organismo, alteran el sistema físico, mental y emocional de quienes las padecen. En su mayoría son difíciles de diagnosticar, ya que su origen es desconocido.

Es angustiante cuando aparecen los primeros síntomas y la salud con el tiempo se va deteriorando, por eso es fundamental la atención médica oportuna y concientizar a la familia para que comprendan que estas enfermedades son reales y que los pacientes no pidieron tenerlas.  

Es importante conocer que la etiología de algunas patologías es por factor genético, son crónicas-degenerativas y pueden producir discapacidad. Dentro de las llamadas afecciones imperceptibles se encuentran: Fibromialgia, lupus, reumatismo, ansiedad, depresión, hipertensión arterial, diabetes, espondilitis, hipotiroidismos, esclerosis múltiple, síndrome de Sjögren y fatiga crónica, entre otros.

 

Las personas que son sobrevivientes del dolor tienen que lidiar no solo con su enfermedad, sino también con la incomprensión, falta de empatía y sensibilidad de la familia, médicos y amigos. Piensan que si la persona se arregla es porque se siente bien. En ocasiones cancelan compromisos de último minuto, ya que el dolor es impredecible.

Y aunque sonrían, esto no quiere decir que se encuentran en óptimas condiciones, solo que han aprendido a vivir con una enfermedad crónica invisible. Cuando se quejan de cansancio, no es por flojera o pereza. En ocasiones se sienten tristes y lloran con mucha facilidad, no es por debilidad, sino porque tienen que vivir con un malestar discapacitante. Hay cosas que antes podían hacer y ahora tienen limitantes, pero cada día buscan la forma de salir adelante a pesar de la falta de comprensión de los demás. Solo piden apoyo y un abrazo en los momentos difíciles.

 

HISTORIAS DE VIDA

Sara siempre fue sana, acaba de cumplir 28 años y una mañana al despertar, siente rigidez en sus manos y piernas, fiebre sin causa aparente. Cuando se expone al sol, aparece erupción en su rostro, orejas, hombros y manos. Dolor en las articulaciones, que se pasa de una a otra y un cansancio extremo la invade. Pensó en un principio que se había excedido en el gimnasio, nunca, que su vida había cambiado.

Pasaron los días y los síntomas no se quitaban. Se sentía muy mal, y muchos pensamientos negativos la atormentaban, al grado que imaginaba que iba a morir. Decidió consultar cuanto antes a un médico quien con ética profesional la canalizó con un especialista en reumatología. Al no saber qué tenía, la ansiedad y el miedo se hicieron presentes. Después de muchos estudios, le diagnosticaron lupus. Lloro al conocer el resultado, sentía que su vida había dado un giro de 180 grados.

Sara vive su duelo por la pérdida de salud. Se pregunta…. ¿Por qué a mí? No le hecho mal a nadie para merecer esto. A pesar de lo difícil que ha sido esta experiencia, tiene el apoyo de su familia y su novio. Recibe siempre un abrazo amoroso, que le ayudan a sentirse mejor y vivir cada día como un gran regalo, y está feliz porque su padecimiento lo está controlando.

 

Hay un libro maravilloso para quien está pasando por una enfermedad silenciosa… “Martes con mi viejo profesor”. Autor: Mitch Albom. Ed. Océano.

 

Enfermedades invisibles y silenciosas

 

Lourdes sentía un dolor tan fuerte que le provocaba dificultad de aprendizaje y para desarrollar ideas. Le daban mareos y tenía dificultad para respirar. Al pensar que se podía desmayar, se estacionó en un lugar para minusválidos. Cuando considero que estaba un poco mejor, bajo de su automóvil. La gente al verla arreglada, caminar de forma normal, le reclamaron por ocupar un lugar que no le correspondía. Ella trató de explicarles que se encontraba mal de salud, e ignoraba qué tenía, pero sólo recibió malas caras, he insultos. Se alejó en cuanto pudo, mientras grandes lágrimas corrían por su rostro.

Después de consultar a diferentes especialistas, tratamientos médicos y estudios. Le diagnosticaron espondiloartropatia indiferenciada. Su enfermedad es crónica, pero controla su padecimiento con medicamentos, hace yoga y meditación, genera pensamientos positivos y cuida su alimentación. Se alejó la obscuridad en la que vivía y ahora ha logrado llevar una vida normal y su fe en Dios siempre la acompaña.

Un libro que les ayudará en este difícil proceso. “Tú puedes sanar tu vida”. Autora: Louise L. Hay. Ed.Diana.

 

Enfermedades invisibles y silenciosas

 

Luis, nos comparte su historia. Es muy difícil que aparentemente seas sano y un día, despertar con dolor físico y no poderte levantar, sentir rigidez e inflamación en las articulaciones. Dificultad para hacer las cosas más sencillas, cómo, ponerle pasta al cepillo de dientes, vestirte. Cansancio y fatiga, que no te permite pensar claramente y saber que todo cambio. Las cosas más sencillas ahora representan un gran reto y surgen muchos cuestionamientos… ¿Qué tengo?, ¿qué le pasa a mi cuerpo?, ¿por qué a mí?

Al paso de los meses empecé a experimentar dolor en las articulaciones de la espalda y rigidez, dolor en la cadera, hombros y enrojecimiento en los ojos, sensibilidad a la luz, acompañada de visión borrosa. En un principio aguanté sin comentarle a nadie, en ocasiones tomaba algún medicamento para el dolor. El tiempo pasó y mi columna vertebral no respondía, caminaba en posición encorvada y empecé a deprimirme.

Gracias a mi familia y amigos preocupados por mi estado de salud. Después de consultar a dos especialistas, ambos confirmaron que padecía Espondilitis Anquilosante, sentí alivio, porque ahora sabía lo que tenía y mis seres queridos se involucraron e investigaron más sobre esta enfermedad y recibí apoyo en todo momento.

 

Les recomiendo a los hombres hablar cuando se sientan mal, en un principio no lo hice, porque no quise que me vieran como débil, y siempre decía que estaba bien. Ahora entendí que ningún hombre es Superman y que existen enfermedades que te cambian la vida, pero la atención médica oportuna y el amor de tu familia hacen la diferencia.

 

Un libro que dejará una huella grande en sus corazones, “El hombre en busca de sentido”. Autor: Viktor Frankl. Ed. Heredé.

 

Miranda sufre de dos enfermedades invisibles, fibromialgia y artritis reumatoide. Su historia como las anteriores son de mucho dolor y desesperanza. También consultó a diferentes especialistas, y los diagnósticos fueron erróneos, por falta de conocimientos de los médicos y someterse a tratamientos ineficaces. Finalmente la atendió un especialista en Medicina Interna y Reumatología que conocía la sintomatología de sus padecimientos. Actualmente sus enfermedades están controladas, hace meditación, cuida su salud en todos los sentidos y vive rodeada del amor, comprensión y apoyo de su familia.

Para las personas que padecen fibromialgia, deben leer el libro en compañía de sus seres queridos, “Fibromialgia el dolor incomprendido”. Autor: Dr. Manuel Martínez Lavín. Ed. Aguilar

 

 

Enfermedades invisibles y silenciosas

HACER VISIBLE LO INVISIBLE

Se necesita más difusión para concientizar a la sociedad en que existen enfermedades invisibles, que no son imaginarias. Provocan sufrimiento físico, problemas cognitivos, de memoria, que afectan todas las actividades. Es importante las campañas de prevención e información, para poder ayudar a los pacientes a que tengan una vida sin dolor y poder hacer visible, lo invisible.

En cuanto aparecen los primeros síntomas, deben tratarse, no con un médico general, sino con un especialista. Después del diagnóstico, hay que seguir las indicaciones médicas, no porque se sientan mejor suspendan sus tratamientos, es conveniente continuar con ellos hasta cuando el médico lo decida para evitar una recaída. Se recomienda también, la alimentación mediterránea, hacer yoga, meditación, natación y cuidar la salud mental, logrando que la persona pueda disfrutar de tener calidad de vida.

Con profunda admiración y cariño para los grandes guerreros que cada día enfrentan una batalla, casi siempre incomprendidos, y que solo el amor de sus seres queridos, y su apoyo, contribuyen para que tengan la vida que merecen y puedan salir adelante. Mi reconocimiento también a los médicos que colaboran con sus pacientes a transitar por este difícil camino. “El amor es la gran cura milagrosa. Amarnos a nosotros mismos hace milagros en nuestras vidas”. Louise L. Hay

 

Psicoterapeuta y Orientadora en Tanatologia Raquel Estrada.

SALUD

Núm. 293 – Abril 2024